Editorial
¿Qué Son los Aceites Esenciales? – Alejandro Romanella
¿Qué Son los Aceites Esenciales?
Alejandro Romanella
Mucho se habla últimamente de los famosos aceites esenciales, como si de una nueva moda se tratase. Pero la realidad es que la búsqueda de una mejora en la salud utilizando este líquido precioso se remonta a épocas antiquísimas.
Existen más de trecientas referencias en la Biblia sobre aceites esenciales. Los egipcios, griegos, romanos, árabes y casi cada civilización utilizaban a dichos aceites por muchísimas razones: desde la medicina hasta la religión.
Pero ¿por qué reciben ese nombre?
El vocablo “aceite” proviene del árabe azzáyt, el cual tiene origen en la palabra aramea zayta; ambas describen lo mismo: el jugo de la aceituna. Posteriormente se utilizaría para nombrar a todos los jugos o zumos de diferentes frutos y plantas.
En español adoptamos la palabra árabe, en vez de la raíz latina ólevm (pronunciado óleum), a diferencia de muchos otros idiomas, como en el caso de oil en inglés, huile en francés, öl en alemán y olio en italiano.
La razón puede ser debido a que el famoso alquimista árabe Avicena, pionero del método de destilación de plantas medicinales, denominó como “aceites esenciales” a el líquido insoluble en agua que se formaba tras terminar las destilaciones con alambiques. Se llamaba de esa manera debido a que se pensó que el aceite esencial era el jugo vital de la planta, así como el alma para los humanos.
Siglos después se descubrieron, clasificaron y perfeccionaron hasta lo que usamos hoy en día: aceites esenciales de flores, hierbas, tallos o maderas, especias, mentas y cítricos. Si existe una propiedad beneficiosa para el ser humano que alguna planta o fruto tenga, existe también su versión en aceite esencial.
Y ahora nos preguntaríamos, ¿cuál es la diferencia entre las plantas y sus aceites esenciales? La respuesta más sencilla es que el aceite esencial contiene el cien por ciento de los compuestos químicos naturales que la planta ofrece. Por ejemplo, se requieren 1000 kilos de menta para generar 25 litros de aceite esencial de menta. Por ende, una gota de menta tendrá una equivalencia aproximada a 28 tazas de té de menta.
En cuanto a su composición química, vale la pena recalcar que, al ser compuestos volátiles, es decir, que tienen una oxidación con el simple contacto con el aire y se absorben con mucha rapidez en la piel. De hecho, si se vierte una gota de aceite esencial en la piel, viajará en alrededor de 22 segundos hasta el cerebro por medio del sistema nervioso; en dos minutos estaría recorriendo el torrente sanguíneo; y en menos de 20 minutos, casi cada célula del cuerpo habrá tenido contacto con dicha substancia. De ahí la eficacia de los aceites esenciales en transmitir sus beneficios de tres formas básicas: pueden ser aplicados de forma tópica (en la piel), aromática (simplemente oliéndolos) e incluso interna (consumiendo los aceites de forma pura o diluida)
Sin duda queda aún mucho por aprender de los beneficios de los aceites esenciales, siendo que la aromaterapia científica, la cual es la disciplina que estudia el uso y propiedades de estos compuestos bajo un riguroso método, se comenzó a formalizar desde hace menos de cincuenta años. Entonces, vale la pena echarle un vistazo a los aceites esenciales y el potencial que tienen para normalizar o incluso mejorar nuestra calidad de vida.