Editorial

La Pandemia y la Capacidad Cognitiva – Alejandro Romanella

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La Pandemia y la Capacidad Cognitiva

Alejandro Romanella

 

A principios del año 2020, los rumores de una tercera guerra mundial se hicieron tan presentes, que las relaciones internacionales pendían de un fino hilo, al mismo tiempo que el precio del dólar y la bolsa de valores estaba tan fluctuante que el futuro de la civilización era incierto.

Lo cierto es que, ahora que estamos a la mitad de este movidísimo año 2020, nos dimos cuenta de que no eran las ametralladoras, tanques y bombas a las que teníamos que temer. Más bien, la causa de tantos males era tan pequeño que resulta invisible a la vista humana. Si, hablamos sobre el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.

Si bien muchos científicos y activistas predecían la guerra entre los humanos y los virus, nadie estaba realmente preparado para lo que estamos viviendo actualmente. El mismo Bill Gates, multimillonario y fundador de la empresa Microsoft, ha invertido muchísimo tiempo y recursos en concientizar a la humanidad del inevitable cataclismo viral, obviamente sin éxito alguno.

No estábamos listos médica, emocional ni intelectualmente. Aún así, la porción productiva de la sociedad puso las manos a la obra para confeccionar, distribuir y, en ciertos casos, donar los insumos necesarios para sobrevivir: cubrebocas, guantes, caretas, respiradores, trajes especiales, etc. Ni hablar del limitado e infravalorado personal médico que sacrificó tanto en virtud de su juramento hipocrático.

Otros se dedicaron a compartir y trabajar por el bienestar emocional. Psicólogos, pedagogos, maestros, couches, trabajadores sociales, y miles de otros oficios que, a pesar de tener sus propios problemas, dieron todo de si por aminorar las cargas de los demás.

Pero a pesar de todos los esfuerzos, de toda la población que protegió su vida y la de los demás, hubo un ámbito que nos hizo falta, muchísima falta, para tener una respuesta efectiva ante la contingencia más grande de nuestra historia: la capacidad cognitiva de la humanidad.

En otras palabras, subestimamos la inteligencia de nuestra especie, ignorando la presteza con la que algunos individuos se conducen alegremente hacia su propia ruina. Las conductas autodestructivas se ven hoy tan presentes como en la época más primitiva de humanidad, en donde la selección natural decidía qué espécimen sobrevivía y cual no, basado únicamente en qué tan adaptable era al cambio.

¿A qué nos referimos? Simple, a varios estudios que se han hecho en cuanto a la respuesta de la población ante las indicaciones de las instituciones de salud del mundo. Más específicamente, hablemos sobre un estudio realizado por la Universidad de California (Riverside), en el cual se llegó a la conclusión que la memoria de trabajo y la capacidad cognitiva da como resultado el acatamiento o desobediencia a las medidas de prevención del SARS-CoV-2. Algo tan simple como respetar el distanciamiento social, usar cubrebocas y lavarse las manos regularmente, es completamente rechazado por una porción de la población.

Otros estudios sugieren que, además de la tendencia a la baja capacidad intelectual, la desobediencia social ante las medidas de prevención se debe también a otros motivos: el egoísmo, la falta de empatía, el complejo de inferioridad, la falsa sensación de ser especial o de tener opinión propia por llevar la contraria a las pautas internacionales de distanciamiento social.

A pesar de que decenas de experimentos científicos que se han hecho en los últimos meses prueban que el uso del cubrebocas y distanciamiento social reduce hasta un 100% el contagio del COVID-19, muchas personas deciden ignorar esto y desobedecer abiertamente estas medidas.

En resumen, ahora la humanidad realmente ha abierto los ojos a la lista con la que nos prepararemos para futuras pandemias: obviamente a los recursos médicos y emocionales, pero también intelectuales. Quizás al aumentar nuestra capacidad cognitiva a nivel social, podremos hacer frente no sola a ésta, sino a todas las pandemias y crisis que atravesaremos como humanidad en nuestro paso por esta tierra.

 

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