Editorial

Año 1 dC (después de COVID-19) – Alejandro Romanella

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Año 1 dC (después de COVID-19)

Alejandro Romanella

¿Cuántas pandemias ha habido en la historia de la humanidad?

Muchas, pero ninguna tan mediática como la del presente COVID-19. Incluso no podemos darnos el lujo de catalogar a esta enfermedad como la peor de nuestra historia. Ni siquiera de decir que el virus del SARS-CoV-2 es el más letal que hemos tenido. Entonces, ¿por qué tanto alboroto?

Regresemos en el tiempo. Ha habido por lo menos dos pandemias que fueron bautizadas como las “más devastadoras de la humanidad”. La primera de ellas fue la peste negra o peste bubónica fue una enfermedad causada por una bacteria conocida como Yersinia Pestis, transmitido por las ratas, que diezmó a un tercio de la población de Europa, alrededor de 25 millones de personas. De esta pandemia nace la palabra cuarentena, ya que los enfermos eran aislados por cuarenta días. Y aunque actualmente existen brotes ocasionales de esta enfermedad, es relativamente fácil de contener debido al uso de antibióticos, los cuales eran inexistentes en la época en que atacó por primera vez.

La segunda se trató de la gripe española, o la influenza de 1918. Si bien tuvo su origen en un campamento militar de Estados Unidos, debido a la Primera Guerra Mundial, los medios de casi todos los países decidieron no mediatizar a la temible enfermedad que mataba aun más que las balas. España, quien no formaba parte de ningún bando en la guerra, monopolizó la cobertura de la pandemia, por lo cual se le bautizó como “gripe española”, aunque no se originara del lugar. Ésta también fue llamada la “más devastadora” pandemia, y con gran motivo, ya que erradicó con un numero abrumador de personas, la mayoría adultos jóvenes y sanos: entre 20 y 40 millones de personas en tan solo un año. El virus asesino fue la influenza A del subtipo H1N1.

Consecuentemente, en el México del 2009 hubo un brote parecido: influenza A H1N1, o la “gripe porcina”. Por suerte, esta vez estábamos más preparados, sin guerras mundiales, por lo que la mortalidad fue entre 150,000 y 575,000 muertes. ¿Por qué fue distinto? Quizás hubiera más inmunidad, más cobertura mediática, más respuesta por parte de la población.

Entonces, ¿qué pasa con la pandemia actual de COVID-19? Al momento de escribir estas líneas, el número de muertes a nivel mundial es de 645,000. Tenemos que contar que esto es de diciembre del 2019 a junio de 2020, alrededor de 7 meses, ¿qué nos esperaría para el año?

Ninguna otra pandemia ha logrado frenar al mundo entero por tanto tiempo.  Las imágenes del encierro voluntario, del distanciamiento social y el uso de cubrebocas ronda lo apocalíptico. Los protocolos del lavado de mano, el gel antibacterial, la desinfección y sanitización han estado más presente en cada hogar que en cualquier otra época. Nos referimos a un fenómeno que, a pesar de que encontremos la vacuna (tan buscada como la piedra filosofal), las cicatrices emocionales quedarán por muchos años intentando sanar.

A pesar de que no es la peor enfermedad, ni el virus más letal ni la pandemia más devastadora, el COVID-19 pisó el cuello de la humanidad, coronándose como uno de los momentos más críticos de nuestra joven especie.

Seguramente esto es un antes y un después en los libros de historia, esperando un mejor amanecer del año 2021, o como podríamos llamarlo, el año 1 dC (después de COVID-19).

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