Editorial
Superhéroes o Villanos – Y Aquí Empieza el Abismo
Superhéroes o Villanos
Y Aquí Empieza el Abismo
Roberto Cardozo
Hace unos días utilicé Waze para dirigirme a una ubicación. En esta temporada agregaron un avatar, un vehículo y voces de Batman y El Acertijo, por la moda de la película. Tengo que confesar que no soy admirador de este personaje, como de prácticamente ningún superhéroe de cómics, así que, como siempre me voy por el bando de los villanos, elegí como avatar a El Acertijo, su vehículo y su voz para las instrucciones. Todo fue divertido, pero luego me puse a pensar sobre el motivo por el que siempre elijo el “lado oscuro”.
Una de las cosas que más recuerdo de niño, es sentirme feo por mi color y por mi complexión, además de que sentía que no pensaba igual que los demás, lo que hizo que creciera con cierto rechazo hacia los superhéroes, ya que todos eran guapos, fornidos y de color claro. Los feos y negros siempre fueron los villanos, por lo que fue natural que me sintiera identificado hacia estos bandos cuando, por alguna razón, veía alguna película o serie de estas que tantos seguidores tienen.
Al crecer con este sesgo de actitud ante las cosas, uno ve con naturalidad el hecho de romper las reglas y las buenas costumbres sin mayor cargo de conciencia. También esta incomodidad te hace ir en busca de maneras de entender la realidad, de reinterpretarla y de enfrentarla, partiendo de la idea de que ya estamos en este mundo y que no tenemos más remedio que aguantar e intentar disfrutar de la vida.
Esto me llevó a buscar en el arte, primero como consumidor, leyendo, observando, disfrutando y sobre todo, sintiéndome identificado con las historias y obras que iba conociendo en mi búsqueda. Aunque, no dejaba de pensar en eso, que había algo que no encajaba con las realidades que pretenden vendernos como únicas.
Esos ideales a los que había que llegar como el final de un proceso de emancipación, para mí solamente son el camino a nuevas maneras de aprisionar tus ideas de una manera en la que te sientas a gusto en una supuesta felicidad.
Todo depende del lado en que uno esté, porque del otro lado te verán como rehén de estos ideales que no concuerdan con la mayoría de los pensamientos y de este lado nos sentimos libres de los estereotipos cansinos de simular realidades perfectas.
En todo caso, estoy cercano a cumplir un año más (o uno menos) de estar en este mundo y aún sigo pensando que ser negro y feo ha sido mi mayor virtud ante lo aburrido de las normalidades y cotidianidades.