Editorial

RADIOGRAFÍAS -Quino y su entrañable Mafalda

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RADIOGRAFÍAS

Quino y su entrañable Mafalda

NORMA SALAZAR

 

Joaquín Salvador Lavado Tejón nació el 17 de julio de 1932 en la Provincia de Mendoza, Argentina, recientemente falleció éste 30 de septiembre del presente año, a los 88 años. El lector lo reconoció con el sobrenombre de Quino, propuesto así desde temprana edad para hacer una diferencia con su tío Joaquín Tejón que fue un diseñador, pintor respetado. Quino a los trece años se graduó en la Escuela de Bellas Artes y, cuando cumplió la edad de dieciocho años se trasladó a Buenos Aires en busca de un editor que se interesará en publicar sus dibujos y poder realizar su anhelo. Subsiguientemente los tres años fueron de sufrimientos económicos, tuvo su debut en el semanario Esto, en 1954, a partir de ese momento, ni él, se lo imaginaría la relevancia que vendría en su futuro. Hoy en día sus dibujos de humor se divulgan ininterrumpidamente en diferentes diarios, revistas de América Latina y Europa. Fue en el año de 1963 que publicaría su primer libro de humor, Mundo Quino, una recopilación de dibujos de humor gráfico mudo con un prólogo de Miguel Brascó que lo llevaría posteriormente a la Agens Publicidad donde requerían los servicios de un dibujante para organizar y publicitar una historieta; una línea de productos electrodomésticos llamados Mansfield, y que los nombres de algunos personajes debían comenzar con la letra M, por ello el nombre de Mafalda, una campaña que nunca se realizó. 

Mafalda, una niña de seis años, de cabello negro se publicó el 29 de septiembre de 1964 en el semanario Primera Plana de Buenos Aires. Para el año de 1969 publica el libro Mafalda la Contestataria con la presentación de Umberto Eco, el gran auge de la tira cómica sería internacional. Quino continuaría publicando semanalmente páginas de humor freudiano, sagacidad y madurez: “¿No será acaso que esta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida? En este sentido la niña de seis años deslumbra por su acierto y, que no está acorde con su edad. Sus metáforas son un inconsciente afilado: “Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas”; paradojas sinsentido de lo que representa socialmente: “En este mundo cada quien tiene su pequeña o gran preocupación”. Dice el dramaturgo italiano Luigi Pirandello: “El humor gráfico se vale de la utilización de palabras e imágenes, exclusivamente. Los recursos lingüísticos que utiliza son la polisemia, la ironía o la exageración, o una conjunción de ambas”. El contratiempo y el disparate son los aparentes sinsentido para expresar un humor exquisito, ese sorpresivo efecto de verdad, el historietista al compartir con el lector son una dualidad, un  portavoz social que dibuja el contexto sociocultural, para Eco en “Mafalda, o del Rifiuto”, Mafalda, la Contestaria: “ya nadie niega hoy que el cómic (cuando alcanza niveles de calidad) es un testimonio del momento social; y en Mafalda se reflejan las tendencias de una juventud inquieta, que asume el paradójico aspecto de un disenso infantil, de un eccema psicológico de reacción a los medios de comunicación de masas, de una urticaria moral producida por la lógica de un país dividido, de un asma intelectual consecuencia del hongo atómico. Puesto que nuestros hijos se preparan para ser —por elección nuestra— una multitud de Mafaldas, no será imprudente tratar a Mafalda con el respeto que merece un personaje real.

Déjeme ser enfática estimado lector; Mafalda hizo representar a diferentes actores sociales la validez de sus creencias, prejuicios y lugares comunes abriendo de esta manera la construcción de una sociedad mejor.

Mafalda con una corriente intelectual progresista de clase media inquietada por la humanidad, por la justicia y por la irracionalidad social. Susanita de una noción del mundo tradicional, burguesa y conformista. Manolito, tosco prototipo del egoísmo capitalista, materialista y de escasos talentos. Felipe siempre coexistiendo un mundo de aventuras poco atento con la realidad. Miguelito ególatra, no admite que el mundo exista primero que él naciera. Libertad y Guille actores tardíos, la niña de ideología anarquista y Guille descubridor de una lógica con intenciones jocosas en un mundo adulto. Los personajes maduros son los padres de Mafalda, el padre un oficinista de clase media con una ideología precaria, la madre una ama de casa con una hija avivada.

Escribió Jaques Lacan: una referencia del psicoanálisis en el arte, un artista retoma de sus complejos reprimidos el material para crear su obra, Mafalda nos muestra este aspecto: el personaje de Felipe: “¿Por qué justo a mí me tocó ser yo?”, es un claro ejemplo de insatisfacción de lo “poco” que soy frente a mis metas.

Reitero nuevamente amable lector, hace un par de años tuve la oportunidad de leer y reseñar el libro: Mafalda: historia social y política de Isabella Cosse, doctora en Historia, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, ella  nos presenta sus inquietudes de cómo ha subsistido el personaje de Mafalda en aquél entonces estaba cumpliendo cincuenta años de creación y cuáles han sido los temas primordiales en la tira cómica que toca aspectos políticos, sociales, culturales sin perder el humor ácido de su creador Quino; diversas reflexiones en temáticas como el autoritarismo, enfrentamientos generacionales, el feminismo, las identidades de clases sociales y las tradiciones familiares. Mafalda es un fenómeno significativo a escala global, y lo seguirá siendo.

Termino ávido lector Mafalda y Quino serán entrañables en nuestras bibliotecas, en nuestra memoria porque es una representación tan actual con una multiplicidad de expectativas, otro punto a relevar es el juego que Quino utilizó con los personajes entre palabras y dibujos, siempre con una información agregada que nos remite a los momentos a los contextos locales o externos pero con su propia realidad.  Mafalda odia la sopa, le fascinan The Beatles, ella siempre lee los periódicos, escucha la radio y platica con un globo terráqueo sobre los últimos acontecimientos no sólo de su país sino del mundo, sí, Mafalda tiene la inocencia de una niña y la perspicacia de una persona mayor.

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