Editorial
Docentes en Pandemia – Y Aquí Empieza el Abismo
Docentes en Pandemia
Roberto Cardozo
Y Aquí Empieza el Abismo
Cada día es más común leer en las redes sociales cómo los docentes de nuestro país se quejan de las condiciones en las que están trabajando. Cuando hablo de quejas, hay que reconocer en ellos que la mayoría está haciendo lo mejor posible con lo que tienen en todos los sentidos, desde lo emocional, lo tecnológico y lo pedagógico entre todas las competencias que se requieren para no fracasar ante las exigencias de los tiempos actuales.
Tenemos que reconocer que tanto docentes, como alumnos y padres de familia, no solamente no estábamos preparados para esta contingencia de la cual no vemos un fin cercano y que, en mi visión, no podremos regresar a la anterior normalidad, sino que tendremos que prepararnos contra reloj para una nueva normalidad en la que las clases a distancia o mixtas sean una constante.
Mucho se ha hablado de que los estudiantes no cuentan con las herramientas necesarias para hacerle frente a esta situación, dando como resultado que muchos no tengan la manera de seguir el ritmo de las clases, aunque, incluso estas sean únicamente resolver ejercicios enviados por WhatsApp por los docentes.
Claro, como docentes, cuando vemos que nuestros estudiantes no pueden integrarse a las videollamadas, estamos comprometidos en hacerles llegar esta información y lo hacemos vía mensajes a través de documentos en los que intentamos explicar de manera clara las actividades y esperar a que sean comprendidas, realizadas y devueltas correctamente.
Pero no está sucediendo. Resolvemos el aspecto tecnológico, pero no estamos resolviendo la parte pedagógica con el envío de los trabajos, por lo que necesitamos encontrar la manera adecuada para poder también mejorar en el aspecto pedagógico.
Por otro lado, es una realidad que los docentes no están teniendo un apoyo real desde las autoridades en este sentido para lograr que nuestros estudiantes adquieran un mayor porcentaje de conocimientos, porque lo que hasta ahora se está realizando es únicamente una colección de tareas y prácticamente no hay una evaluación válida para los aprendizajes de los estudiantes.
Desde finales del curso anterior, he manifestado que lo mejor que se pudo hacer hubiera sido tomar este ciclo escolar para reforzamiento en áreas de competencias emocionales, a través del arte y mas actividades un tanto más lúdicas, dando por sentado que todos los estudiantes, sobre todo los de educación básica, tendrían que continuar con el ciclo superior correspondiente al siguente ciclo escolar, dicho con otras palabras, lo ideal hubiera sido “perder el año” y retomar el siguiente ciclo escolar.
Ahora tendremos estudiantes que no tendrán ni el treinta por ciento del aprendizaje esperado, docentes estresados y desilusionados, padres y madres de familia enojados principalmente con los maestros y maestras porque son quienes dan la cara ante la sociedad y, en general, una colectividad emocionalmente cansada que tendrá que empezar de nuevo en el siguiente ciclo escolar si no encontramos la manera de subsanar las carencias actuales.
Urge que las autoridades realmente apoyen a los docentes en su labor a partir de acciones que nos permitan encontrar diversas vías para los procesos de enseñanza y aprendizaje, de tal forma que cada docente elija la que más le quede para su realidad educativa.