Editorial

RADIOGRAFÍAS – La narrativa categórica de Anamari Gomis 

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RADIOGRAFÍAS

La narrativa categórica de Anamari Gomis 

NORMA SALAZAR

  

Ana María Gomís Iniesta, destaca académica, novelista, cuentista; maestra de tiempo completo en la Facultad de Filosofía y Letras-UNAM. Doctora en Literatura Comparada por la Universidad de Nueva York. Hoy, daremos un breve recorrido por su literatura.

Ya Platón en sus Diálogos departía de una medicina asentada en el diálogo amistoso, el discernimiento personal y familiar, la demostración concluyente. El paciente llega a la consulta con un relato de su experiencia, de cómo vive e interpreta su enfermedad, y la congoja es provocada y a la vez aliviada por el significado que da el paciente a su experiencia. El médico debe conservar una competitividad narrativa para atender, descifrar y dar réplica a esos relatos. En el tratamiento de la depresión esto es así, pero aún más acentuado. Sólo la palabra logra dar forma al ahogo depresivo y a través de la palabra (el psicoanálisis) el paciente logra aproximarse a la salud. Debe advertirse este mal en su literatura de Anamari Gomís lo expresa en Los demonios de la depresión:

 

                                   “ La depresión surge de la nada y desaparece

                                   de pronto, cubierta de misterio. El conflicto

                                    atroz radica en que, mientras este padecimiento

                                   nos domina, la visión del mundo y de nuestro

                                   lugar en él se transforma de manera completa y,  

                                   por supuesto, adquiere un sentido pesimista. El

                                   deprimido se vuelve otro, se siente otro, piensa

                                   como otro y permanece en un proceso constante de

                                   alienación. Todo aquello que le daba gusto o

                                   placer deja de hacerlo y uno no puede desprenderse

                                   de una inaguantable sensación de duelo.”

 

La catarsis de tensión narrativa se encuentra tan natural que es amable lector su estilo distintivo aunado a la mímesis y representación de sus historias, una fuerte presencia de melancolía que se entrelaza con su propia autobiografía. Gomís realiza en toda su obra el sumo cuidado de la refinación, permite a la sencillez permitiendo adentrarnos con sus personajes y sus situaciones emocionales.

Sus facetas narrativas de cuentista y novelista de la doctora Anamarí Gomís armonizan en dos rubros creativos muy importantes que la autora defiende como “símbolos obsesivos”. El primer orden por preservar la rehabilitación de la reminiscencia, por ejemplo, la novelista asiste al recobro de evocaciones juveniles en épocas de los 70´s, asimismo en la novela Ya sabes mi paradero, los protagonistas asentados en una edad mayor, evocan sus años infantiles con matices de ficción. Lo leemos con su libro Ya sabes mi paradero, Los demonios de la depresión, son atmósferas en donde los “protagonistas omniscientes” son los recuerdos que hablan, es el clímax de las narraciones.

 

                                                     “ Este libro trata de mi historia depresiva y

                                                     de mis lecturas sobre la depresión.

                                                     … acepté desde hace mucho tiempo que el

                                                     malestar forma parte de mi vida. Va y viene,

                                                     según mi caso muy particular.”

 

Ella, expone sin recovecos los bemoles de lo íntimo y lo público. Narra el modo en que algunos “masoquistas” se regodean y al mismo tiempo con desidia apuntala su propio mal, déjeme enfatizar lo encara

 

                                            “este padecimiento que tiene mucho de incomprensible,

                                             parece como si de pronto uno fuera atrapado por

                                             demonios verdugos, que nos despojan de nuestra

                                             precaria armonía, de nuestra identidad maltrecha,

                                            de nuestra alegría por la vida, y que nos sumergen

                                             en un diabólico mar de angustias, de culpa y de

                                             lobreguez.”

 

La depresión es una reacción emocional sana ante la conciencia de una pérdida, ante la decepción de un empeño o ante la derrota y el aislamiento e inacción. Déjeme volver a reiterar, muchos etológicos han demostrado su función adaptativa su utilidad para sobrevivir. Un duelo o desamor son, por tanto, experiencias tan humanas sanas al deshago, reacciones emocionales y no enfermedades.

Termino ávidos lectores, he tenido el gran honor de ser su alumna, el lujo de trabajar directamente con ella (mi jefa), cuando fue la Directora de la Coordinación de Literatura del INBAL, ahora somos muy cercanas. Nos unió más, un hombre extraordinario como lo fue Raúl Renán. He visto su pasión y compromiso por apoyar a sus alumnos y ex-alumnos, nunca los olvida. Es una de nuestras maestras muy querida en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, siempre con una sonrisa a flor de piel.

Anamari Gomís, le debo lo que soy, una apasionada por la investigación literaria con la disciplina

… muchas gracias.

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