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Visitan a vecinos de La Plancha: o desalojan o vivirán con restricciones
Fonatur propone reubicar a vecinos por el Tren Maya
La amenaza de desalojo entre vecinos que tienen sus viviendas frente al parque Artículo 123 de La Plancha renació la semana pasada cuando un representante del Tren Maya los visitó para proponer un plan de reubicación.
El enviado, de nombre Daniel, solo les dio dos opciones: el desalojo de las viviendas a cambio de nuevas en un fraccionamiento o que permanezcan en ellas, pero no tendrán lugar para automóviles ni negocios porque todo se convertirá en una zona de áreas verdes.
De acuerdo con una grabación que uno de los probables afectados proporcionó al Diario, la semana pasada el identificado como Daniel se presentó en algunas viviendas para informar del plan de Fonatur para esta sección de viviendas, que han sobrevivido desde que existía el tren en la ciudad.
El primer aviso fue que Fonatur arreglaría las fachadas de las casas y les dio dos opciones a los habitantes porque ese terreno serviría para el proyecto del Tren Maya.
Según les propuso, Fonatur les daría el título de propiedad en cualquiera de las opciones que acepten.
Si aceptan la nueva casa que les darían en un fraccionamiento nuevo, cuya ubicación no les dijeron, les darían el título de propiedad.
Si se quedan en la casa también les darían el documento, pero con la condición de que no podrán estacionar ningún automóvil ni tendrán uso comercial porque cerrarán la calle y la convertirán en área verde, con un entorno que vaya con el diseño del Tren Maya.
El enviado de Fonatur dejó muy en claro que en este proceso de desalojo no dará dinero y que no hay otras alternativas a las dos que ya se indicaron.
Un “estorbo”
“Hay opción de quedarse, pero bajo las condiciones que nos pongan”, señaló una de las vecinas que se reunió con otras para comentar la propuesta. “Nos vinieron a explicar lo del Tren Maya, pero eso no nos importa, ni nos va ni nos viene. “Lo que nos interesa es por qué nos están convocando a nosotros”.
“Ya sabemos que estas casas estorban, la vez pasada lo mismo pasó, vinieron los americanos, querían las casas, que aquí sería la estación, pero se ve que solo querían el terreno”.
Esa franja de viviendas está entre lo que fue la estación central y los talleres y patio de maniobras.
Los vecinos empezaron a comunicar el plan de Fonatur a los dueños de las casas, no a los que lo habitan ahora, porque ellos pueden tomar decisiones sobre el planteamiento.
No se removerá a nadie más de los que viven alrededor de La Plancha, solo a los que habitan frente al parque Artículo 123, dicen.
Desde el momento del planteamiento surgió división entre los vecinos porque a algunos les gusta la idea de que les reparen la fachada, cierren la calle lateral y construyan un área jardinada porque podrán salir al frente a admirar las áreas verdes, tomar fresco y ver el movimiento de los ferrocarriles y de la gente.
“No habrá paso aquí (la calle lateral), verán limitaciones como a ellos les convenga, no me importa, meto mi coche a la vuelta, me siento en la terraza a ver las áreas verdes”, habría dicho una de las vecinas.
“Allí (en el fraccionamiento donde las cambiarían) no habrá nada, será privado. Nos dijo (el enviado de Fonatur) que harán las casas y las bardas colindarán con un parque, que podemos poner nuestros puestos, hacer algún negocio, pero creo que solo es para convencernos”.
Otras vecinas recordaron que las casas tienen más de 100 años, allí vivieron sus abuelos, sus padres y ahora ellas. Saben que el terreno y las casas le dejarán mucho dinero a Fonatur, invertirán dinero mexicano, pero cobrarán en dólares por ese terreno.
Además, desconfían de Fonatur porque ven el caso de otros vecinos de Campeche a los que quieren desalojar: a pesar de tanto pleito (en los tribunales) Fonatur no les resuelve nada y sigue el proceso de desalojo contra la voluntad de los propietarios.— Joaquín Chan Caamal
Proyecto presidencial La Plancha
Personas que viven frente al parque Artículo 123 se dicen preocupadas por el cambio.
Reubicación
“Ya lloré, pero es inútil, quién sabe a dónde nos mandarán”, relató una vecina. “Si nos darán una casa, no podemos decir que nos están botando”.
El INAH
“Como le dije al muchacho (el enviado de Fonatur), somos personas que hemos estado 50, 60 y 100 años en estas casas, son casas históricas, ojalá las proteja el INAH”, señaló.
De otro país
En la grabación proporcionada al Diario se escucha que una vecina dice que sería triste que las saquen de ese lugar y con el tiempo vean que los americanos son los nuevos dueños.