RADIOGRAFÍAS – Haruki Murakami y su compañía solitaria

RADIOGRAFÍAS

Haruki Murakami y su compañía solitaria

NORMA SALAZAR

                                                                                                                                                              A Javier Guadarrama Carrillo

                                                                                                                                                                           Por ser una muralla

           en nuestros inviernos.

Hakuri Murakami escritor japonés, un referente adentro y fuera del país del sol naciente. Nació en Kobe en el año 1949 en una ciudad de la bahía de Osaka del Japón Central, lugar donde se ubican los centros económicos más importantes. Amable lector el signo de Oriente se cierne en el mundo Occidental, nos enfocaremos algunos títulos de su vasta narrativa. Novelas coloridas de cuadros exquisitos relatadas al natural, así como el progreso de tramas con golpes bajos en circunstancias disimuladas da riendas abrumadoras en párrafos metafóricos, bautiza a sus protagónicos con nombres de escritores asimismo sus personajes secundarios En sus novelas Murakami escribe aquellos momentos donde la juventud habla con sus actitudes y muestra sus conductas para el desamor o el amor equilibrado, una particularidad que leemos constante en su literatura trata la libertad interior dentro del mundo inmutable aún sin perder la tradición antigua; la historia familiar importante del Japón que adapta perfectamente en sus letras con actualidad escritural.

Kafka en la orilla (2002), una narrativa fluida y nostálgica, sí, una travesía al pretérito en los caminos se cruzan los principales personajes. A medida de la trama se vislumbra una esperanza para ellos, un futuro que Murakami reflexiona muy atento con los reconcomios de amistad, amor sin perder otros emociones como son la tristeza y soledad son momentos vitales para el ser humano. Esta novela sobresale la miscelánea típica de cultura popular, un realismo mágico con suspicacia citadina aunado al suspenso, humor y la sexualidad, pero, hace énfasis en la novela de las tradiciones religiosas en particular el sintoísmo. El autor de Kafka a la orilla introduce a los personas de sus otras novelas como Toru Watanabe de Tokio Blues. Norwegian Wood y Toru Okada de Crónica del pájaro que da cuerda al mundo es obvio en la lectura la diferencia de edades por ende los cambios físicos y psicológicos de sus protagonistas en particular el sensible tema complejo del Edipo en su cauce sinuoso de Kafka Tamura con tan solo 15 años va a su encuentro con su vida. La obra de Murakami no es fácil de comprender se debe procurar una minuciosa lectura con inquietud y asombro al ir avanzando en cada capítulo Hakuri Murakami ha cautivado a un público habitualmente juvenil de oriente a occidente. A pesar de su extensa cultura occidental se nota en sus lecturas de grandes autores como Sófocles, William Shakespeare, entre otros Murakami fiel a sus raíces engrandece su cultura nipona mostrando evolución de esta cultura a través de sus personajes caminan con tiempos posmodernos otros avanzan con la contemporaneidad del siglo actual, como lo dice en Sauce ciego, mujer dormida (2006)“Mis cuentos son como sombras delicadas que he puesto en el mundo, huellas borrosas que han dejado mis pies.”

Tokio Blues. Norwegian Wood (1987) es una narración de osadía ante la vida de Watanabe , el escritor subterráneamente ha pensado retratarlo en situaciones desemejantes con emociones turbias en capítulos. Leemos ansiedad y soledad, la locura y la sexualidad, la pérdida y lealtad, el suicidio y el amor, la familia y el nuevo destino todo esto vive su protagónico con sus amores Naoko y Midori.

Quiero ser enfática, un autor que efectivamente incita emociones contradicciones entre ambos sexos cada párrafo están presentes sus interrelaciones han sido una figura central en la obra de Murakami. La fémina una fábula sombría muy hermosa típica japonesa, como en su libro Hombres sin mujeres (2015) son 7 relatos de ficción con pinceladas de Ernest Hemingway seres humanos entrelazados en triángulos amorosos obvio viven artimañas nos adentra al universo de los sueños y los miedos, mientras en Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (1994) Ópera, jazz y pop. La novela comienza en la cocina (muy peculiar), el protagonista está cocinando un spaghetti al tempo de la obertura de Gazza ladra de Gioacchino Rossini interpretada por London Symphony Orchestra bajo la batuta de Claudio Abbado la armonía circula en sus entrañas de éste autor nipón. Entre sus títulos podemos ver la alusión por la música qué le fascina, no olvidemos que instaló un bar de jazz el Peter Cat atendió con su esposa Yoko Murakami en los años 1974 a 1981. Crónica del pájaro que da cuerda al mundo novela hechiza a lectores porque entre su escritura crea una obsesión de acertijos con moraleja, verdad con misterio que dicta a través de su personaje Tooru Okada

                  “¿Por qué me gustan las medusas? No lo sé. Las encuentro bonitas. Antes,

                  mientras las miraba, he pensado una cosa. Escucha, lo que nosotros vemos

                  es sólo una pequeña parte del mundo. Damos por hecho que esto es el mundo,

                  pero no es del todo cierto. El verdadero mundo está en un lugar más oscuro,

                  más profundo, y en su mayor parte lo ocupan criaturas como las medusas.

                  Eso nosotros lo olvidamos. ¿No te parece? Dos terceras partes del planeta

                  son océanos y lo que nosotros podemos ver con nuestros ojos no pasa de ser

                  la superficie del mar, la piel. De lo que verdaderamente hay

                  debajo no sabemos nada.”

Reitero, la obra de Murakami fluctúa con directrices de cognición sencilla, algo incumbimos con temor avizora lo incógnito, sentimientos tan humanos, es decir, trastoca en su literatura la soledad como un personaje necesario en nuestra vida. Termino ávidos lectores en palabras de Hakuri Murakami

“Todos vivimos en una especie de jaula. Puede ser de oro y hermosa,

pero es la jaula que supone ser uno mismo”