Editorial

TANATOLOGIANDO – ABUSO INFANTIL

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TANATOLOGIANDO

LAURA SALAMANCA L.

ABUSO INFANTIL

 

Un tema demasiado delicado es el abuso infantil. Por generaciones se ha dado en todo el mundo, pero solo hablare de las familias mexicanas y como si fuera normal es guardado como secreto de familia, cuando el abusador forma parte de la misma.

El sentimiento de desamparo forma parte de casi todos los tipos de abuso. Y si fuera el mismo padre, padrastro o algún otro miembro de la familia incluido hombre o mujer, y la madre no hubiera hecho algo para evitarlo. Ambos padres defraudarían al niño en cuestión.

Estamos de acuerdo de que, si un desconocido intentara abusar de nosotros, pediríamos ayuda y/o escaparíamos. Pero el problema se acrecienta cuando el que abusa es alguien a quien quieres y por lo regular forma parte de la familia (padre, hermano, primo, tío, abuelo etc.) y ¿Qué pasa?, en el fondo toleraste ese abuso, porque necesitabas la relación con esa persona.

Para la mayoría de los niños, mantener alguna relación, incluso aunque sea abusiva es mejor que no tener ninguna relación.

Existen 3 clases de abuso. Y los 3 son causa de violencia

Abuso físico, cuando los padres con su frialdad abusan de la corta edad de niño, y lo golpean, ya que se escudan en que el niño no podrá hablar con otras personas de esta situación y mayormente son amenazados.

Abuso sexual, cuando un adulto en posición de poder usa la coerción y obliga al niño o niña a cualquier tipo de actividad sexual forzada o no.

 Abuso verbal es un tipo de violencia que no se ejerce con golpes, sino con palabras minimizando al niño o niña, haciéndolos quedar en un estado de indefensión. Ocasionando un efecto devastador de la autoestima a largo plazo.

 Y las tres implican la misma mezcla de amor y dolor, quedando en un estado de indefensión por el miedo. Es difícil expresar lo caótico que parece el mundo cuando eres niño y alguien cercano te invade o te hiere y el sentimiento de seguridad que muchos adultos dan por hecho, no existe, simplemente no se da.

 El abusador hace que el niño pierda su autoestima, culpa al niño y el niño acepta la culpa. Pero permanentemente quedara con una desconfianza hacia los demás. Ya que aprendiste que la mayoría de la gente puede actuar de esta misma manera de la que un ser querido actúa. Y será tu referencia.

El abuso crea un poderoso sentimiento de inutilidad, provoca que te avergüences de quien eres, te hace sentir que no mereces la pena y que no tienes el derecho de hacerte valer o defenderte si permitiste que te utilizaran y que se aprovecharan de ti, habrás sentido que el abuso es lo que te merecías.

La última defensa que tiene el niño es psicológica, cuando la realidad es demasiado terrible cuando finalmente dependiendo de la gravedad de los abusos podrás haber pasado épocas de tu infancia en un estado de disociación, sobre todo cuando el abuso se producía. Fue una respuesta adaptativa de tu niñez. Disociarse pudo haber sido una forma de distanciarse completamente de una situación emocional extrema para acabar con ella, incluso hay jóvenes que recuerdan en terapia que mientras los estaban abusando solían desprenderse de su cuerpo para no sentir. Y al niño, esto le proporciona un respiro para poder seguir la relación con el agresor o abusador en otras situaciones con relativa normalidad. Y termina por olvidarlo conscientemente y resurgirá cuando aparezca otro episodio de dolor que tenga la misma carga energética negativa, aunque la sensación es la que se repetirá sin recordar el acontecimiento, el subconsciente guarda tremendamente bien, los recuerdos dolorosos para poder seguir viviendo en la vida y mientras eso no se trabaje en terapia, volverán las sensaciones de abuso que lastiman el cuerpo sin saber porque aparecen. Será necesario volver a la etapa del suceso en una visualización y trabajar el evento doloroso, (quizás volverá el dolor, pero es necesario que se evapore del cuerpo) para poder continuar adelante en la vida.

De no tratarse, inconscientemente el abusado, ya en su edad adulta pudiera convertirse en el abusador, humillando a los demás, manipulando o divirtiéndose viendo el sufrimiento de otras personas. Es esa parte que puede parecer espantosa, que contraataca y que te convierte en aquellos que te hacían daño. Es difícil superar esta situación sin cicatrices significativas.  

Tiene que haber tolerancia cero con la violencia hacia niños y adolescentes. No se pueden justificar los bofetones y los insultos, porque son una humillación. 

El niño necesita a alguien muy vinculado a él mismo para poder compartir lo que siente, lo que le está sucediendo.

El niño no es propiedad de la familia. Ésta no puede hacer con él lo que quiera. El niño es un ser humano: pertenece a la sociedad y representa su futuro.

Un niño no es un juguete, es la más grande manifestación de la naturaleza, la divinidad y la inocencia en todo su noble esplendor…ámalo, cuídalo, cultívalo; NO lo violentes, pues no merece sufrir por tus falencias

 

«La violencia en la voz es a menudo la muerte de la razón en la garganta». (John Frederick Boyes)


lauhipnosis@gmail.com

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