Editorial

TANATOLOGIANDO – SECUESTRO AMIGDALAR

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TANATOLOGIANDO

LAURA SALAMANCA L.

SECUESTRO AMIGDALAR

 

La amígdala del cerebro es el radar que detecta los peligros y si detecta una amenaza, en un instante puede tomar el mando sin tomar en cuenta a la corteza prefrontal, que es la que nos hace hacer conciencia de lo que estamos haciendo. A esto se le llama “secuestro amigdalar”

El secuestro apresa nuestra atención y la dirige hacia el peligro en cuestión y dejamos de concentrarnos en lo que estábamos haciendo o en las cosas mas importantes, para solo enfocar nuestra atención en los peligros y tomando en cuenta que de la amígdala surgen los centros emocionales y la autorregulación de las emociones y los impulsos es dada por el córtex prefrontal, así que teniendo dormida esta zona, la amígdala desencadena la angustia, la ira, el impulso, el miedo, etc.

La interacción equilibrada de estas dos zonas del cerebro en especial es lo que hace que tengamos autodominio

Normalmente nos llegan espontáneamente desde la amígdala y de algunas otras zonas subcorticales emociones, y no sabemos cuáles son, ni cómo actuar ya que según lo que vamos viviendo se van presentando y cuando llegan, entran por el córtex prefrontal con unos circuitos inhibidores que nos permite tomar las mejores decisiones o las más adecuadas para nosotros y que nos hacen responder de alguna manera ya sea para bien o para mal en alguna situación, y esto es la esencia de la autorregulación.

En “El secuestro amigdalar” la memoria deja de funcionar con normalidad y solo recuerda con más facilidad lo que tiene que ver con la amenaza y entonces lo realmente importante no es tan claro. En este estado somos incapaces de aprender y solo nos apoyamos en lo conocido repitiendo hábitos y conductas así que no podemos innovar ni ser flexibles.

Cuando alguien esta tan alterado, es que su amígdala derecha se encuentra activa y ha apresado al córtex prefrontal derecho y lo gobierna, ahí es donde el cerebro reptiliano hace que respondamos entre huir y luchar ante un peligro y el cuerpo sufre una descarga de hormonas sobre todo el cortisol y la adrenalina.

Con mucha frecuencia la amígdala se equivoca en lo que ve y escucha, ya que solo llega una pequeña fracción de las señales que recogen estos órganos de los sentidos y al hacer una lectura rápida del evento se vuelve rigurosa y debe reaccionar de inmediato, por eso reaccionamos de forma exagerada, aunque luego nos arrepentimos y eso sucede cuando:

La gente teme quedarse sin trabajo

Teme por su seguridad económica

Teme perder una casa o algún bien material

Cuando piensa que pude hacer con el mismo dinero teniendo más compromisos

Que pasa al haber un embarazo no deseado etc. Y la ansiedad se apodera de la persona

 

Al sufrir un secuestro amigdalar, que nos está arrastrando no tendremos posibilidad de recobrar el equilibrio emocional, y esto puede durar unos segundos, minutos, horas, días y hasta semanas así que podemos ver que las personas viven sin energía, en un enojo constante y con mal humor, pareciéndoles que es su estado normal y es que en el momento del secuestro no supieron pararlo a tiempo

 Pero ¿cómo podemos darnos cuenta que estamos dentro de este secuestro amigdalar?:

 

  1. Ser conscientes de lo que está pasando y desconectar (mirarnos desde afuera y decir “estoy exagerando” y “he perdido los nervios” o “estoy a punto de perder el control”)
  2. Detectar sensaciones conocidas al inicio de un secuestro como, cosquilleo en el estómago o algún síntoma físico que sabemos que antecede al evento
  3. Mientras menos tiempo haya pasado, es mejor atajarlo, que cuando ya le dimos rienda suelta
  4. Hay que emplear autoconvencimiento y razonar con nosotros mismos, teniendo que considerar todo lo que decimos, pensamos y sentimos y darnos un tiempo para asimilar las cosas desde la realidad y no desde la ilusión desde donde las pensamos
  5. Ponernos en el lugar del otro, y pensar que si nos trataron mal, es porque quizás ellos están pasando por un mal día o tenga problemas serios y no tomarlo personal
  6. Recurrir a la relajación y a la meditación haciendo que se convierta en un hábito mental y tratar de aplicarlo en el momento del “secuestro amigdalar”

Daniel Coleman

 

UNA BUENA RELACION ENTRE NUESTRA AMIGADALA Y NUESTRO CORTEX PREFRONTAL NOS TRAERA UN BUEN AUTODOMINIO DE NOSOTROS MISMOS

 

 

Para conservar el equilibrio, debemos mantener unido lo interior y lo exterior, lo visible y lo invisible, lo conocido y lo desconocido, lo temporal y lo eterno, lo antiguo y lo nuevo

John O´Donohue

El equilibrio es el perfecto estado de agua calmada. Que este sea nuestro modelo, permanece tranquilo en el exterior y sin disturbios en la superficie

Confucio

lauhipnosis@gmail.com

 

 

Leyendo a Daniel Coleman

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