Editorial
Entre mitos y leyendas – Gloria Chávez Vásquez
Entre mitos y leyendas
Gloria Chávez Vásquez
“Un héroe es alguien que ha dado su vida a algo más grande que uno mismo” Joseph Campbell
Carl Jung y Joseph Campbell que se pasaron la vida estudiando las causas y efectos de los mitos y las leyendas en la siquis humana, concluyeron que eran absolutamente necesarios para la salud mental en este mundo. Es más, los mitos y leyendas son como un mecanismo de defensa ante la realidad cortante de la vida, la rutina además de ser un antídoto para la desidia y el aburrimiento.
Por siglos y a falta de papel y de escritura, los pueblos apelaron a la historia oral que con el tiempo creció en mitos y leyendas y cuyos relatos pasarían de boca en boca hasta nuestros días, rescatados por la literatura universal. Son los mitos que alimentan las religiones y el alma de los devotos y sirven de consuelo y bálsamo al espíritu. Leyendas que sirven de referencia a la historia de los pueblos y les dan su identidad. Su moral está contenida en cuentos infantiles y folclóricos que atraen la imaginación de niños y jóvenes porque ofrecen lecciones que su sociedad no les puede dar.
Pero hemos llegado a una época en que el común de las gentes, ayudados por la ignorancia que actualmente se celebra, no creen ya ni en los huevos que pone la gallina. La tecnología se superpuso a la cultura y todo el conocimiento que se ha puesto al servicio de la gente vía teléfonos digitales y computadoras no ha servido sino para confundir unas mentes faltas de dirección y renuentes a las guías. La educación ha pasado a ser un instrumento de las maniobras ideológicas y el mundo no espera otra cosa, como no sea una invasión extraterrestre que los despierte de semejante pesadilla.
Pero la literatura que marca la vanguardia tiene una respuesta. No es destruir monumentos ni quemar libros la respuesta. No es borrar la historia ni sus protagonistas. Es contar la verdad y sus detalles. Quizás la gente está cansada de escuchar sermones políticos sobre sus héroes, y aburrida de las fantasías de un Hollywood que eleva a sus estrellas al estatus de dioses o semidioses mientras falsifican la historia. Talvez queremos escuchar la verdad sin adornos ni maquinaciones. O leer que nuestros héroes son personas como todo el mundo, que cometen errores, se equivocan y tienen debilidades en el carácter.
Arturo Pérez Reverte, por ejemplo, ha escrito la novela de El Cid, bajo el título de “Sidi” (el término original utilizado por los árabes de esa época) en la que humaniza al hombre con todo y sus trasiegos de campeador. Y Fernando Vallejo con la biografía de Porfirio Barba Jacob El mensajero nos ofrece detalles de la vida bohemia y tormentosa de nuestro genio literario. En su novela “La Malinche”, Laura Esquivel hace justicia al quitarle el estigma de traidora que por siglos le habían endilgado sus compatriotas. Mientras, el español Fernando Diaz Villanueva nos revela la verdad del lado más oscuro en su libro “Vida y mentira de Ernesto Che Guevara”.
La nueva ola de historiadores se ha volcado por su parte, en buscar y rebuscar datos o rescatar los que ya existían, (pero que se mantenían velados), para presentar al público una versión más auténtica, con pelos y señales o como dicen los anglosajones, “con todo y verrugas”.
Pero es el papel del lector inteligente vigilar que en la reinterpretación de la historia, no nos estén metiendo gato por liebre.