Editorial
Dioses digitales – Letranías
Dioses digitales
Alan J. “ El Tosco” Luna Moreno
Letranías
Cuestiono los microchips que logran poner a temblar mi ser al reproducir el sonido de tu voz.
Tu belleza es una conjetura del código binario en formato tecnológico que cierto es nada real.
¿En dónde se encuentra la verdad de tu existencia?, lo que proyectan las pantallas es eco de tarjetas de audio y video interpretando una variable de tu naturaleza.
Perturbador es, ¿hasta qué grado una reacción de social media puede ser más agradecida que un abrazo verdadero de cariño puro?.
¿Soledad? ¿Miedo? ¿a qué? La muerte puede ser la respuesta, pero considerando que es un paso innegable, la lógica indica que es a la vejez, miedo a la melancolía del antaño glorioso y nunca repetible.
¿Qué será de tu cintura después del quincuagésimo aniversario?, ¿qué será de tus pechos cuando la gravedad en el planeta los deje tristes y sin ánimo?, miraras alegre el pictograma digital de tus firmes glúteos modelando un bikini en la bahía, y pasará que no será nada grato saber que ahora son cubiertos por pañal de la incontinencia.
Has pasado tanto, pero tanto tiempo deleitando tu hambre de ego encerrando tu presente en sistemas digitales perecederos, ya no hay papel en tu vida, ya no se habita la carne, se habita el ordenador, el móvil.
Agitadores sociales se desbordan entre letras que nunca conocerán su sonido en la voz de un orador potente, frases celebres acompañadas de un cigarro solitario y emanando falta de amor propio, esa falta de amor propio que se manifiesta con una poesía del existencialismo nihilista y se decora con una sensual silueta en paños menores.
Lo he dicho antes y lo he de mencionar cuantas veces sea necesario, los poetas han muerto, los profetas han sido juguetes del inquisidor, los artistas se han tornado en económicas meretrices a favor de la gula para las glotonas coronas de cartón y camisas de blanco cuello manchadas de sangre bajo el smoking.
No importan ni el desvelo, ni el ayuno, ni las jaquecas de quien busca leer un mensaje del universo para contribuir al desarrollo humano.
Basta con alcohol y piel para sentir la euforia de respirar agitado, ¿qué, importan tus piernas escritas sobre plasma con simples dígitos 010101?, no puedo sentir el aroma de las gotas que exhuman tus poros.
Dioses digitales que promueven el crecimiento de lo sexual, lo implícito en la perversión.
Emperadores del mundo virtual donde lo único real es aquel que tras la pantalla se colma bajo la esperanza de alcanzar esas falsas adulaciones, los aplausos vacíos que nos alejan de ser humanos.
Dioses digitales que empoderan una imagen de cuerpos sin alma que el tiempo es capaz de derrotar en un abrir y cerrar de ojos.
Dioses digitales, tristes patéticas existencias que solo roban aire y pasan por la vida sin dejar nada útil a la creación.