Editorial
TANATOLOGIANDO – AGRESIÓN, IRA Y EL NIÑO HIPERACTIVO
TANATOLOGIANDO
LAURA SALAMANCA L.
AGRESIÓN, IRA Y EL NIÑO HIPERACTIVO
Hay ciertos problemas por lo que los niños son enviados a terapia, aunque no es posible mencionarlo como una enfermedad por muy desagradable que parezca. El niño solo actúa como un mecanismo de sobrevivencia y hará todo lo que pueda y piense que es mejor para completar la tarea de crecer.
Hemos escuchado que es fácil ser niño, porque solo se piensa en jugar comer y dormir y esto no es así, aunque la mayoría de los adultos piensan que por ser seres que aun no conocen el mundo, por vivir en una especie de jardín donde todo se les da y se les protege de los peligros de la calle, hasta que se vuelven lo suficientemente fuertes e inteligentes para enfrentarlo, pero algunos de los niños mas que protegidos, se imaginan que no se les permite salir al mundo exterior a experimentar, porque no se les tiene la confianza, no porque se les proteja y verán el mundo desde una prisión donde la impotencia les invade al no poder hacer nada, por la edad con la que cuentan. Y el mayor dolor está en poder abandonar ese jardín/prisión, porque su estancia ahí se prolonga demasiado y no existe forma gradual, sensata e indolora de dejarla. Y deben aguantarse a crecer para tomar sus propias responsabilidades y puedan ser respetados por los demás y no solo andar respetando a todo el mundo sin que sean tomadas en cuenta sus opiniones.
La Agresión.
Aquí los padres consideran que los niños se dejan llevar por sus impulsos espontáneos y agresivos. Se les describe como atacantes del mundo, al ambiente y a la oposición a reprimirse, y es un niño que es extremadamente inquieto, actúa impulsivamente, a veces con golpes a otros niños sin razón, es desobediente, habla fuerte, interrumpe a menudo, molesta y provoca a otros, aunque cuando ve niños similares intenta ser dominante. Los adultos piensan que este tipo de niños destruyen la situación social que nos hace sentir cómodos, pero hay que ver que un adulto no se ve mal interrumpiendo a un menor y solo estamos acostumbrados a poner etiquetas a nuestros niños tildándolo de rebelde, desobediente, agresivo etc. Pero son solo nuestros juicios.
Y habrá que investigar si no solo está expresando su enojo por andar reprimiendo su ira, rechazo, inseguridad, angustia, sentimientos heridos y a menudo un nulo sentido de identidad. Aparte de tener una muy mala opinión del yo, que él conoce; teme expresar lo que siente, porque si lo hace puede perder su fuerza. Y es que cuando ha tratado de expresar sus necesidades, los adultos no le han prestado la más mínima atención, hasta que exagera sus comportamientos.
La Ira
El enojo es un sentimiento normal y todos lo hemos experimentado, el problema es como lo expresamos, y es que los niños con respecto a la ira reciben doble mensaje, ya que observan a los adultos con un arrebato de ira en forma directa y también en la forma indirecta en una gélida reprobación. Y lo cierto es que no se acepta que los niños manifiesten su propia ira, enseñándoles a reprimir estos sentimientos de acuerdo a la vergüenza de los padres quedando en un grado de culpabilidad por ser muy malo. Este sentimiento lo ven en el cine o la televisión como violencia y pueden llegar a asustarse, así que cuando ellos mismos la sienten, se fascinan. Y aquí se les puede ayudar 1.- dándole métodos prácticos para expresar su sentimiento de ira. 2.- ayudarle a acercarse al verdadero sentimiento de ira que puede traer contenido. 3.- darle la experiencia de ser verbalmente directo con sus sentimientos de ira. 4.- hablar con él sobre la ira, ¿qué hace cuando la siente?, ¿cómo se enfurece?
A los niños les cuesta trabajo expresar la ira por las conductas antisociales, que se consideran irritantes. Pero tenemos que pensar que todos nuestros sentimientos involucran el uso de la energía física, que se expresa mediante funciones musculares y corporales y si no es expresada, se manifestará de alguna otra forma dañina para él mismo.
El Niño Hiperactivo
Es el niño que no puede quedarse quieto, tiene que moverse y habla demasiado, puede tener modales irritantes, golpea a otros niños causando una serie de conflictos y disputas, tiene problemas para controlar sus deseos, es impulsivo, algunas veces tiene mala coordinación y un deficiente control muscular, es torpe, deja caer cosas, rompe cosas, le cuesta centrar su atención, se distrae fácilmente, hace muchas preguntas, pero difícilmente espera las respuestas. Son niños con los que es difícil vivir; rápidamente son identificados por el maestro de la escuela, con frecuencia tiene severos trastornos de aprendizaje causados por un deterioro de las facultades perceptivas-visual, auditiva, y a veces táctil, hay mala coordinación ojo mano, que afecta su capacidad de escribir clara y fácilmente. Lo irritan los estímulos del ambiente, los adultos no le tienen paciencia, no confían en él, le gritan y a veces no pueden soportarlo, es humillado y tiene pocos amigos por lo que su autoimagen es muy pobre, pero sigue luchando por sobrevivir en este mundo hostil e injusto los médicos les recetan para aquietarlo, pasando en ocasiones a una reversión de la personalidad por su docilidad, pero esto no ayuda en nada a un niño que no adquiere las fortalezas para enfrentarse al mundo. Por lo regular su dieta no es la adecuada y comen mucha comida chatarra. Esto niños están esquivando sentimientos dolorosos, sin embargo, estos niños en terapia cuando logran la atención de una persona para escucharlos y tomarlos en serio, pueden minimizar sus síntomas y si además se le da los materiales que son sedantes, como la arcilla, la arena, el agua, la pintura de dedos, se puede seguir rápido el enfoque y desenfoque de la atención del niño y llamar su atención a lo que está haciendo para ayudarle a vivenciarlo más plenamente. Cualquier experiencia táctil ayuda a estos niños a que se concentren y mucho mejor si se usa música clásica para tomen más conciencia de si mismos
Es más fácil construir niños fuertes que reparar adultos rotos
Frederick Douglas
Cuando aprietas el puño nadie puede poner nada en tu mano, ni la mano puede recoger nada
Alex Haley