Editorial

Misión cumplida… al 0.06% de lo prometido

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En la famosa película “La Ley de Herodes”, el ridiculizado protagonista, el presidente Varguitas, convocaba a actos de gobierno para inaugurar una y otra vez la misma obra. Como Varguitas, el presidente López Obrador lleva todo el sexenio anunciando lo mismo y nomás no sucede: que ya habrá miles de puntos de acceso gratuito a internet en el país para que todos los mexicanos tengan conectividad. 

De vez en vez, en la mañanera, en videos, en boletines, anuncian que ya viene el mentado internet gratuito. De qué tamaño será el ridículo que el 9 de diciembre de 2020, el presidente prometió que para el 2021 habría 120,000 comunidades conectadas (cada comunidad es un punto de acceso). Aceptan que en realidad llevan como mil, y eso que han inflado los números porque cuentan hasta hospitales públicos y oficinas de gobierno como puntos de internet gratis. De qué tamaño será el fracaso que este 19 de enero de 2022, el vocero presidencial, Jesús Ramírez, presumió en un tuit que la Sedatu, en coordinación con la CFE “estableció 70 puntos de acceso gratuito a internet”. Leyó usted bien: prometieron llegar a 120,000 puntos de acceso y tienen el descaro de presumir que inauguraron… 70. ¡Solamente 70! Un avance del 0.06%. 

Cuando llegó al poder, López Obrador prometió alcanzar la cobertura universal de internet para el año 2021 con su programa Internet para Todos. No lo logró. Pospuso la meta para el 2023: 123 mil localidades conectadas beneficiando a 30 millones de personas. ¡Es el mismo programa de cobertura que había anunciado desde el 1 de octubre de 2019!

No es la única en la que la 4T aplica el “método Varguitas”. Cada tres o cuatro meses, anuncian que ya están construyéndose 3,000 “centros integradores” que hacen de todo: son sucursales del Banco del Bienestar, dan internet gratis, hacen trámites, reparten programas sociales. El 26 de mayo de 2020, el gobierno decía que ya existían 3 mil centros integradores conectados. No es cierto. Existen máximo 400.

La nueva son la sucursales del Banco del Bienestar. El 10 de septiembre de 2019 el presidente dijo que construiría 13,000 sucursales. El año pasado ya sólo iba por el 20% de la meta original: ya nada más serían 2,700. Y como exhibí en esta columna hace unos días (La nueva de AMLO: el banco que no es banco), pronto van a anunciar que inauguran 300; en realidad, 250 no las construyeron en el actual sexenio, sino que usaron viejas sucursales hechas por Peña Nieto para el Bansefi, y las repintaron. Y en la mayoría de las sucursales que hay, los usuarios se quejan de que casi siempre están cerradas, no hay personal, no hay sistema… Eso sí, llevan 50 mil millones de pesos asignados.

Estas varias tramas de engaños convergen en los escritorios de personajes que tienen o han tenido oficina en Palacio Nacional, que navegan entre el gobierno y Morena: Gabriel García y Emiliano Calderón… y claro, el jefe que los protege. 

SACIAMORBOS

¿Será cierto que la Auditoría Superior de la Federación se encontró cosa de medio millón de beneficiarios fantasmas de los programas sociales? Nada más le doy un dato: ¿sabe a quién puso Gabriel García de titular de la Unidad de Finanzas de la Secretaría del Bienestar? A Reyna María Basilio Ortiz, quien fue denunciada por irregularidades cuando era directora de Administración de Contratos de Proyecto… ¡de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México! La funcionaria fue inhabilitada 15 años, pero García la puso al frente del manejo del dinero de los programas sociales: nada más son como 500 mil millones de pesos al año. 

 

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