Editorial

TANATOLOGIANDO – UNA MIRADA A LA GESTALT

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TANATOLOGIANDO

LAURA SALAMANCAL.

UNA MIRADA A LA GESTALT

 

Bleuler decía “lo afectivo es lo afectivo” y el dejarse sentir tiene trascendentes repercusiones en la conducta humana. Simplemente no se logra una psicoterapia efectiva si no hay un matiz afectivo para indicar o propiciar un cambio.

Sabemos que la afectividad nace con el ser humano, logrando la maduración del sistema límbico durante los primeros 5 años de vida en que maduran 8/9 partes del sistema nervioso central.

El psicoterapeuta Gestalt no quedará conforme si no logra propiciar la afectividad unida a la sensación del “darse cuenta”. Los dos elementos, el darse cuenta de sus sensaciones y sus afectos tienen sus raíces en la filo/ontogenética, la función mental que aparece desde el primer mes de vida del niño. Toda sensación antes de ser percepción o escena hace sinapsis en el tálamo óptico …donde se da el matiz efectivo a las sensaciones, y al trabajar con sensaciones y con el afecto vamos a desencadenar el inicio de lo que llamamos el ciclo de la experiencia o sea que aquí se puede iniciar una nueva oportunidad de movilizar energía para el adecuado contacto, propiciando una reimpresión de la historia del sujeto, siempre con el estímulo afectivo, intensidad y tiempo simultáneamente para lograr la calidad del ser y de esta manera el todo emocional del trabajo que se va a realizar será más eficaz, que en las terapias verbales.

En terapia Gestalt se induce con sensaciones a un elevado tono afectivo necesario para que el paciente guiado por el terapeuta, que encuentre sus propios contactos con sus conductas pertinentes: es decir trabajando con el impulso vital para el cambio que es la afectividad.

Va en este sentido:

1.- reposo ….sensación, darse cuenta, movilización de la energía,

2.- acción y contacto, con nuestra conducta dirigida y pertinente

En la fase de acción y contacto intervienen lóbulos frontales, donde el psicoterapeuta conducirá a su paciente a una integración con la conduta adecuada a cerrar su Gestalt, ya que si no se realiza esta energía nerviosa quedará estancada en el Tálamo/hipotálamo ocasionando angustia, depresión y las graves somatizaciones, con las consecuentes alteraciones de la personalidad.

El problema es integrar lo neurofisiológico, lo psicoanalítico y lo social para entender a la gente que sufre y darle la respuesta en forma de medicamento, de una palabra, de una sonrisa, de un gesto para conseguir su alivio.

¿Es posible correlacionar aspectos psicofisiológicos, con padecimientos psicológicos y problemas socioculturales? Esto realmente ha sido un reto y una crítica hacia los que lo intentaban. Y es que el eclecticismo científico no podía ser entendido. O se era organicista o se era psicologista o se administraban fármacos o se daban palabras interpretativas de sueños, resistencias, transferencias etcétera.

Existen miles de seres humanos que sufren y quienes acuden a los consultorios, desean encontrar alivio y ven en el psicoterapeuta el homólogo del médico que administra un antibiótico para solucionar el problema infeccioso. El papel del psicoterapeuta es colocarse como espejo reflejante del otro, que interpreta y que trata de ayudarle.

Sin embargo, en muchos de los casos la gente no sabe ni para que sirve un psicólogo, un psiquiatra o un psicoterapeuta o el término psicoanalítico y ¿no existe gente que sufre por no ver satisfechas sus necesidades básicas elementales? Ignorando que algunas veces esas necesidades básicas son producto de una frustración ante esa enfermedad característica de los países subdesarrollados como es el hambre, la carencia, la miseria, la ignorancia y muchas veces, ni saben que existe un hospital psiquiátrico. Como pedirles que sepan que hay psicoterapeutas. Al menos en México estas terapias son reducidas a pocas personas, solo las que están informadas que existen por medio de médicos, trabajadoras sociales, psiquiatras y pensar en poner un consultorio en las zonas suburbanas de todo el país y en municipios de los estados de la república, con seguridad fracasaría y no se diga de dar alguna platica en alguna escuela a nivel básico y medio superior en donde los directivos tiene que pasar por un filtro lo que se les va a decir a sus niños, por el riesgo que pueda traer el no coincidir con el religión que profesan o las creencias de las que no quieren salir.

Lo aceptado y adecuado es nuestro medio es un elitismo profesional en el que existe una cúspide de una pirámide que se le llama psicoanálisis o psicoterapia psicoanalítica y aquel que no la ejerza, automáticamente esta descalificado; en el medio, las personas o terapeutas, psicólogos clínicos que intenten realizar otro tipo de técnica, son mal vistos y habitualmente tachados de superficiales, poco serios, charlatanes, etcétera, y es que a veces ésta crítica es justificada ya que por el intento de solucionar problemas, algunas personas improvisan sin preparación y lo único que logran es sufrimiento en vez de beneficios.

El psicoanalista en nuestra sociedad solo atiende a un grupo elitista y nuestra población marginada solo se tiene que conformar con orientaciones o platicas a padres, estudios comunitarios por especialistas, instituciones que en ocasiones organizan actividades recreativas y culturales y es que ningún psicoanalista siquiera tiene su consultorio en una colonia popular, excepto para hacer investigaciones pero no viven de eso, viven de la clientela, producto de la información psicológica y de alumnos que algún día van a pretender emular a su maestro realizando sus psicoterapias en grupo, o individual, y es que la intervención psicoanalítica es demasiado cara y a largo plazo.

Es triste que los agentes del ramo de la salud, donde se incluye el psicoterapeuta, no se entregan a solucionar los problemas emocionales o trastornos de la personalidad de la gente común, estos se dejan para los hospitales y que pasa en el hospital, que solamente se interesa por la recuperación pronta a nivel administración de fármacos, no interesándose por entender que también la palabra es un factor terapéutico, junto con una serie de técnicas en las que los movimientos corporales, los gestos, la comunicación paraverbal influyen poderosamente para lograr un cambio, o sea las técnicas gestálticas, donde eficacia, menor costo y mayor número de pacientes atendidos en cierta unidad será en un menor tiempo, que sometiéndose a un psicoanálisis.

Hector Salama

 

Cuando le enseñas a un niño algo, le quitas para siempre su oportunidad de descubrirlo por sí mismo

Jean Piaget

 

lauhipnosis@gmail.com

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