Editorial

Mariel Turrent – Padecimientos literarios y otras afecciones

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Mariel Turrent

Padecimientos literarios y otras afecciones


 

 

Tarde de quimeras

 

En un intento por sentir la luna, como decían sus compañeros, Marina se atrevió a probarlo. Bastaba con cerrar los ojos e imaginar. La primera vez incrédula, con cierta moderación, pues empezaba apenas a integrarse al grupo. Posteriormente, “soltó el pelo”. Ahora se daba cuenta de que, tras haberlo probado un par de veces, lograba como los otros, sin hacer mayor esfuerzo, experimentar la grandeza selénica. Sintió también las estrellas, y aparecieron en su mente un gran número de personajes, situaciones y hechos que jamás imaginó: todo dentro de ese cubo de concreto. No solo veía cosas, además, múltiples emociones se producían dentro de su ser: “Una vez que entras, si te gusta, no podrás dejarlo”, le aseguraron. Y así fue. Lo que empezó como algo de una vez por semana, se convirtió en parte de su vida.

Los compañeros, cada tarde, compartían sus quimeras, sentimientos y visiones. A veces eran espectros, realidades deformadas, dragones, lagartos demudados; otras, atardeceres tenues, prados sosegados, aves en fuga. Así llegó a ser otra más de los adictos que, sumergidos en la imaginación y el lenguaje tropológico, participaban en el taller literario.

 

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