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Jesús Murillo Karam no irá a casa: juez le negó la prisión domiciliaria al exprocurador
Después de más de siete horas de audiencia, un juez se negó a cambiar la medida cautelar dictada en contra de Jesús Murillo Karam, extitular de la Procuraduría General de la República (PGR), por lo que permanecerá en la Torre Médica del Penal de Tepepan para su recuperación.
Marco Antonio Fuerte Tapia, juez de control del Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Norte, fue el responsable de la audiencia y, tras contemplar los argumentos presentados por la parte defensora, rechazó conceder la prisión domiciliaria al exprocurador.
Durante la audiencia, la representación legal de Murillo Karam argumentó que su cliente, de 74 años, no corre riesgo de fuga; además, defendió que su estado de salud juega un papel importante para garantizar su estadía en México, por lo que solicitaron que el exfuncionario del gobierno de Enrique Peña Nieto llevara el juicio en su domicilio, ubicado en una de las zonas más exclusivas de la Ciudad de México.
Murillo Karam es investigado por su presunta responsabilidad en los delitos de tortura, desaparición forzada y contra la administración de justicia por inventarse la mal llamada “verdad histórica” en el caso de la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
El acto jurídico en el que se pidió el cambio de medida cautelar estaba programado para las 18:00 horas del 1 de diciembre en las instalaciones del Reclusorio Norte, en donde Murillo Karam había sido ingresado en primera instancia tras su detención en agosto.
Debido a su estado de salud, el investigado participó de manera virtual desde la Torre Médica del Penal de Tepepan, en Tlalpan, donde permanecerá hasta su recuperación.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) contempla en su el Artículo 19 que la prisión preventiva oficiosa se deberá de aplicar en caso de que ninguna otra medida cautelar pueda garantizar la permanencia del acusado, por lo que se debe de contemplar el riesgo de fuga aún a pesar de su estado de salud.
Además, existe un catálogo de delitos en los que se aplicará esta medida cautelar de manera oficiosa, de entre ellos se contemplan los “cometidos con medios violentos como armas y explosivos”, por lo que también se debió de estimar si esto ocurrió durante las presuntas torturas que se le señalan a Murillo Karam para obtener los testimonios que supuestamente respaldaron la llamada “verdad histórica”.
Murillo Karam fue detenido el 19 de agosto de 2022 y vinculado a proceso el 24 de ese mismo mes por los delitos señalados en relación a la investigación oficial realizada por la desaparición de los jóvenes estudiantes en Iguala, Guerrero, la noche del 26 de septiembre de 2014, supuestamente a manos del crimen organizado.
Además, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) mantiene una investigación contra el exprocurador por su presunta responsabilidad en los delitos de tráfico de influencias, defraudación fiscal, operaciones con recursos de procedencia ilícita y lavado de dinero, por lo cual se podría armar una nueva carpeta de investigación cuando esta dependencia acuda ante la Fiscalía General de la República (FGR) para presentar la denuncia correspondiente.
La situación médica de Murillo Karam ha sido uno de los temas más relevantes desde su captura, pues el exfuncionario ha entrado y salido de diferentes hospitales donde se le han aplicado tratamientos para mejorar su deteriorada salud.
Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), hipertensión arterial sintética e insuficiencia vascular cerebral son los padecimientos que, continuamente, han comprometido al exfuncionario.
Incluso en el mes de octubre se le tuvo que practicar de urgencia una endarterectomía carotídea de alto riesgo, cirugía que consiste en la eliminación de depósitos de grasa y coágulos de sangre en las paredes de la arteria carótida. Generalmente se lleva a cabo en personas que han sufrido un estrechamiento de la arteria que suministra sangre al cerebro.
Desde el inicio de su proceso judicial se anticipaba que los padecimientos del exprocurador constituirían uno de los argumentos centrales de sus abogados para pedir que no enfrentara el juicio en prisión, sino en su casa de Lomas de Chapultepec.