Editorial

Soy un NPC – Ernesto Adair Zepeda Villarreal

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Soy un NPC

Ernesto Adair Zepeda Villarreal

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Un NPC, en el gustoso mundo de los videojuegos es un No Playable Character, que significa, ‘un personaje no jugable’ dentro de una historia particular, saga o universo creativo. La finalidad de los NPC es ayudar a los jugadores a dar sentido a las historias que narran las aventuras, a alcanzar algunos objetivos o premios, o incluso a introducir elementos del lore (historia canon) del que se es parte simplemente por estar allí, a veces sólo para ocupar un espacio en blanco, dar un momento emotivo o incluso gracioso, dentro de la posible crueldad del destino. El NPC sólo existe porque existe el jugador, y su misión es ser parte de la travesía del héroe en el momento que ocurre el evento, siendo un evento que altera la percepción del jugador o su psique. Así, la mayoría de los NPC sólo tienen programada su existencia para una interacción definida con el jugador, apareciendo y desapareciendo a consideración del programador, incluso sólo articulando parte de su ‘vida’ en una cinemática o evento delimitado a un hecho altamente aislado. Curiosa la vida del NPC. Pero la duda que me asalta es qué tan consciente es un NPC de su destino. Sé que es una paranoia gratuita, pero podemos ahondar un tantito en ella.

Yo estoy seguro de que existo, porque tengo certeza, y la certeza se acompaña de recuerdos o hechos que me vienen la memoria, de sucesos, de palabras y de personas. Existe una complicada red de eventos y de tramas que me han traído hasta este momento de la vida, donde me detengo a refunfuñar sobre un tema quizá de poca importancia. Pero con ese espíritu transgresor del existencialismo posmoderno, cómo podría estar seguro de que soy el personaje central de mi vida y no el evento auxiliar de la de alguien más. El drama del NPC ocurre para darle volumen al desarrollo de un personaje, y puede tener un pasado de origen, un destino y un desenlace, incluso una forma de vida virtual dentro del proceso cuidadosamente seleccionado para que cumpla. Es como la pesadilla del clon, que posiblemente no sabría que es uno hasta que ocurre un arco argumental que lo desnuda ante sí mismo u otros, así como la de los replicantes de Blade Runers, donde la humanidad puede ser un misterio para uno mismo, o incluso los synths de Fallout 4, construidos para parecer tan humanos que muchos de ellos desconocían que no lo eran. ¿Podría un androide estar consciente de su inconciencia? Me gusta esta fantasiosa invocación de la locura.

Si yo fuera un NPC, lo más probable es que fuera tan feliz o patético como lo dictara el argumento de la historia. Incluso podría ni siquiera ocurrir como un evento aleatorio, y ser más que un atisbo eléctrico en el código de programación de una historia mayor, un resquicio de una probabilidad que no ocurrió, pero que pudo haberlo hecho. Más que nada por lo poco que parece que he logrado hasta ahora, lo que me daría un poco de aliento y escusaría mi desastrosa administración personal. Si no fuera un NPC tendría por el contrario la libertad de existir a mis anchas, aunque con una misión menos clara, y talvez menos digna que la de los demás. Ya que existo, puedo hacerlo de cualquier manera, ya que en mi egoísmo es poco relevante mi papel dentro del colectivo virtual de la sociedad. Al menos como un comodín en la vida de un campeón se justificaría cierta antipatía por los logros, pero sin ello, se reduce a una frugalidad comprometedora que hace doler la cabeza. Expresado de esa forma, ser un personaje de apoyo en la vida de alguien más gana un poco de dignidad.

Por otra parte, ¿son mis demás relaciones NPCs de mi propia vida? ¿Existen para que mi existencia cobre sentido o cumpla con un plan superior, como el divino o el laboral, o incluso el incidental? Es un coqueteo con la sociopatía, pero ayuda a reformularse la manera en que nos relacionamos con otros, ya que lo contrario se vuelve también una verdad inmediata. Pienso en las personas que han sido parte fundamental de mis recuerdos, y que hoy en día estarán labrándose su propio destino, apenas sin relación alguna conmigo. ¿Es mi familia un tutorial para alcanzar una formación adaptativa mínima, o tiene también sentimientos e ideas de lo que buscan en la vida? El egoísmo con el que vamos por la vida parece ser mucho mayor de lo que pensamos inicialmente cuando nos replanteamos el papel que tenemos ante los demás, y viceversa. Aquellas personas lo eran todo para mi vida según las condiciones, y justo ahora, me parecen apenas distinguibles del ruido blando por detrás de la humareda que llamaré mi conciencia. ¿O acaso habré soñado gran parte de ello? ¿O seré yo también el sueño de alguien más, o su alter ego, o su reflexión sobre su propia existencia? Para los demás, somo parte del relleno, somos una probadita de lucides, el escenario, lo que va construyendo su desarrollo personal hasta alcanzar algún final desbloqueable. Quién puede argumentar que no es lo mismo para nosotros mismos.

Ser o no ser un NPC, esa es la cuestión.

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