Editorial
Sophia de Mello Breyner, la primera escritora portuguesa galardonada con el premio Camões – Mario Morales Castro
SOPHIA DE MELLO BREYNER, LA PRIMERA ESCRITORA PORTUGUESA GALARDONADA CON EL PREMIO CAMÕES
Por Mario Morales Castro
Portugal es un país de poetas, desde su creación como nación independiente en el siglo XII la poesía ha sido una constante en su historia, incluyendo a los trovadores medievales y a reyes como al gran Don Dinís (Dionisio I de Portugal). En el siglo XVI tuvo su Edad de Oro cuyo máximo representante fue Luís Vaz de Camões, autor del poema épico Los Lusíadas, su obra cumbre; y, según el poeta Eugénio de Andrade, la centuria pasada fue su segundo Siglo de Oro portugués.
En efecto, a fines del siglo XIX el país volcado al Atlántico vio nacer a un poeta cuya obra ha deslumbrado al mundo literario y que hoy en día sigue siendo un referente; sin embargo, no sólo Fernando Pessoa destacó en la poesía, hubo muchos escritores que a pesar de haber tenido la influencia del “poeta de cuatro cabezas”, se abrieron paso por sí solos con su originalidad y talento.
Refuerza lo anterior la opinión del también poeta Fernando Pinto do Amaral: “Los últimos cien años de poesía en Portugal fueron clasificados por Eugénio de Andrade como ‘Nuestro Siglo de Oro’, y de hecho, a pesar de que aún estamos inmersos en el mismo siglo, no parece difícil estar de acuerdo con el diagnóstico del poeta. Es claro que el nombre de Fernando Pessoa continúa dominando las lecturas de nuestro siglo XX, no sólo por la importancia de su obra, sino además por el impacto provocado por la efímera revista Orpheu (1915), de la que Pessoa formó parte y que fue considerada como el emblema del modernismo en Portugal”.
De entre toda la pléyade de escritores y escritoras del siglo XX portugués, una de las mujeres que más se distinguió fue doña Sophia de Mello Breyner Andresen, nacida en Oporto en 1919, cuya poesía y narrativa dejó su impronta desde los años cuarenta al colaborar en revistas como Cadernos de Poesía, Távola Redonda y Árvore. Durante mi estancia en Lisboa, la llegué a ver en recitales de su poesía, aunque nunca llegué a tener un contacto directo como con otros escritores y escritoras.
A pesar de su origen aristocrático, Sophia fue una escritora con cariz comprometido y atento a las realidades sociales de su tiempo. Fue una figura de la oposición al régimen dictatorial salazarista, como se refleja en este poema que pronto se volvió un himno cuando, por defender sus territorios africanos en la llamada guerra colonial, mandaban a los jóvenes a luchar y éstos regresaban o muertos o mutilados:
EL SOLDADO MUERTO
Los infinitos cielos clavan los ojos
En su rostro absoluto y ciego
Y la brisa besa ahora su boca
Que nunca más nadie ha de besar.
Tiene aún dos manos cóncavas
De posesión de impulso de promesa
De sus hombros se desprende una espera
Que dividida en la tarde se dispersa.
Y la luz, las horas, las colinas
Son como llanto, en torno a su rostro
Porque él fue jugado y fue perdido
Y en el cielo pasan aves repentinas.
Al finalizar la dictadura en 1974, la poeta celebró la fecha histórica con este poema breve:
25 DE ABRIL
Ésta es la madrugada que esperaba
El día inicial entero y limpio
Donde emergimos de la noche y del silencio
Y libres habitamos la sustancia del tiempo.
Desde entonces se dieron grandes cambios en Portugal, se otorgó la independencia a las colonias y pasó a ser un régimen moderno y democrático donde actualmente tienen cabida todas las voces. En el universo de Sophia, entre sus temas recurrentes figuran el mar y la naturaleza, la libertad, la búsqueda de la justicia, evocaciones a Camões y Pessoa, a los descubrimientos portugueses, a su infancia, a la mitología griega y romana, así lo demostró tanto en sus poemas como en su famoso ensayo El desnudo en la Antigüedad Clásica. Tiene referencias a poetas, músicos, pintores y santos europeos, tocó temas ibéricos como en su célebre poema “Meditación del duque de Gandía sobre la muerte de Isabel de Portugal”, entre otros.
Su lenguaje tiene un estilo característico cuyos rasgos más destacados son el valor intrínseco de la palabra, la expresión rigurosa, la riqueza de símbolos y alegorías, las sinestesias y el ritmo evocador de una dimensión ritual. José Palla e Carmo consideraba su obra como “la interpretación del mundo, el entendimiento de las causas y los principios generales que se traducen en descubrir la relación del hombre con la Naturaleza y con los demás hombres. Los dioses, helénicamente hechos hombres desde siempre en su poesía, lo son tanto en el azul de una playa algarvía como al doblar los torsos en el esfuerzo por manejar una excavadora ‘en un septiembre del siglo XX’”.
La propia Sophia opinaba que “de la poesía dependen todas las cosas. La fidelidad máxima se debe a la poesía, pues sólo ésta asegura ‘la integridad’ y, cuando la palabra de la poesía no conviene a la política, es la política la que debe ser corregida”. Notable es su identificación de poesía con libertad, de actuación cívica con la “escritura del poema obstinado” por el “fuego sagrado de las palabras”.
LIBERTAD
El poema es
La libertad
Un poema no se programa
No obstante la disciplina
―Sílaba a sílaba―
Lo acompaña
Sílaba a sílaba
El poema emerge
―Como si los dioses lo diesen
Lo hacemos
Después de Fernando Pessoa, Sophia de Mello Breyner Andresen, junto con Eugénio de Andrade y Miguel Torga, han sido los poetas portugueses más traducidos a otras lenguas. Aquí en México, el primero que tradujo la fue Francisco Cervantes, como ya mencionamos en el artículo anterior. En 1998, con motivo de los 500 años de los Descubrimientos y de la Expo 98 en Lisboa, se publicaron dos libros donde se incluía a la escritora: Antología de la poesía portuguesa contemporánea, por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); y Antología breve de la poesía portuguesa del siglo XX, por el Instituto Politécnico Nacional (IPN). En 2002 fue publicada la Antología del cuento portugués del siglo XX, en la que se incluyó su texto “El viaje”, con apoyo del Fonca. De sus famosos cuentos infantiles, se tradujeron La Niña del Mar y El hada Oriana, en la serie Narrativa Breve del entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, ambos se agotaron rápidamente.
Sophia falleció en Lisboa el 2 de julio de 2004 a los 84 años de edad. Obtuvo numerosos galardones a lo largo de su carrera, entre ellos se encuentra el Premio Camões, concedido en 1999, la más alta distinción en el mundo de la literatura en lengua portuguesa; dos años después fue condecorada con el premio de poesía Max Jacob. En 2003 recibió por parte de la Universidad de Salamanca el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana; asimismo, consiguió el Premio Pessoa y el Vida Literaria que le otorgó de manera unánime la Asociación Portuguesa de Escritores (APE).
De la antología que me publicó Fernando Rodríguez en 2005 y que la denominó La sustancia del tiempo, título tomado el verso con el que termina el poema “25 de Abril”, reproducimos algunos poemas breves para los lectores que aún no conocen la poesía de esta gran poeta.
EN EL MAR PASA
En el mar pasa de ola en ola repetido
Mi nombre fantástico y secreto
Que sólo los ángeles del viento reconocen
Cuando los encuentro y pierdo de repente.
INSCRIPCIÓN
Cuando yo muera volveré para buscar
Los instantes que no viví junto al mar.
POEMA DE AMOR DE ANTONIO Y CLEOPATRA
Con tus manos medí el mundo
Y en la balanza pura de tus hombros
Pesé el oro del Sol y la palidez de la Luna.
EN EL TIEMPO DIVIDIDO
¿Y ahora oh dioses qué les diré de mí?
Tardes inertes mueren en el jardín.
Me olvidé de ustedes y sin memoria
Camino por los caminos donde el tiempo
Como un monstruo a sí mismo se devora.
EURÍDICE
Éste es el trazo que trazo alrededor de tu cuerpo
amado y perdido
para que rodeada seas mía
Éste es el canto del amor en que te hablo
Para que escuchando seas mía
Éste es el poema: engaño de tu rostro
En el cual yo busco la abolición de la muerte
LUSITANIA
Los que avanzan de frente hacia el mar
Y en él entierran con su aguda daga
La proa negra de sus barcos
Viven de poco pan y de brillo lunar.
LAMENTACIÓN DE ADRIANO SOBRE
LA MUERTE DE ANTINOO
No escribiré nunca más mi nombre en letras griegas
sobre la cera de las tablillas
Porque estás muerto
Y contigo murió mi proyecto de vivir la condición divina.
LA SOLEDAD
La noche abre sus ángulos de luna
Y en todas las paredes yo te busco
La noche eleva las esquinas azules
Y en todas las esquinas yo te busco
La noche abre sus plazas solitarias
Y en todas las soledades yo te busco
A lo largo del río la noche enciende sus luces
Moradas verdes azules
Pero yo te busco.