Editorial
Tengan niños o no saldrá para pensiones – Jonathan Ruiz Torre
Durante las próximas dos horas en México, siete parejas tendrán un encuentro que derivará en un hijo. Con eso difícilmente saldrá para pagar las pensiones para el Bienestar.
Ayer el Inegi nos pegó un susto. Cada vez nacen menos mexicanos que trabajarán en algún momento. ¿El problema? Que apenas vamos en 2023 y para el año entrante, el gobierno ya espera obtener créditos que le den dinero suficiente para pagar, entre otras cosas, las pensiones.
Hasta ahora, más o menos un millón de personas cada año llegan a los 65 años en este país, ese número crece cada día. En 2022 nacieron 1 millón 891 mil personas y ese número, al contrario, va a la baja con una caída de 1.1 por ciento en 2022; el largo plazo muestra la dimensión del problema: es una caída de 23 por ciento respecto a 2013.
Es en este contexto en el que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador pidió aumentar a 4.9 por ciento el déficit para 2024, porque su equipo espera que no salgan las cuentas. Es necesario pedir prestado más dinero.
Ojo, no es todavía una situación alarmante, pero ya cambió la tendencia. Este gobierno ha sido respetuoso con el Banco de México y austero en las cuentas del gasto, cuando no se relaciona con Pemex o con proyectos sexenales como el Tren Maya.
Los hechos son fríos: AMLO inició con un déficit menor al 2 por ciento y ahora espera que los diputados aprueben uno de casi 5 por ciento para el Presupuesto 2024.
Guardemos proporciones, pero permitan el ejemplo. Es como si en casa estiman que van a recibir 100 mil pesos, pero van a gastar casi 105 mil pesos el año entrante. De algún lado deben sacar la diferencia.
¿Y si no nacen más?
Si los mexicanos no revierten la tendencia de natalidad, hay al menos dos sabores: el más amargo sale de exprimir más a los mexicanos que ya pagan impuestos.
A los generosos contribuyentes les han recetado en el pasado aumentos en tasas de IVA y en el precio de la gasolina, como ejemplos de estrategias que pueden repetirse. Es una decisión que caerá sobre el escritorio de quien gane la presidencia.
Hay otra opción, pero es de largo plazo. Conviene hacer más prósperos a los que ya están aquí, para que ganen más y paguen más impuestos. Si todos siguen ganando unos 16 mil pesos mensuales, que es el salario medio de cotización que registra el IMSS este año, no hay mucha masa para hacer pan. Pero entrenar mexicanos que entren a la nueva economía brinda un camino.
En el pasado, la ruta se limitó a estudiar carreras profesionales. Hoy, empresas tecnológicas demandan en México a gente capacitada con habilidades que pueden conseguirse, en algunos casos, en línea y en cuestión de meses.
El de la Ciudad de México y otros gobiernos estatales tienen programas que les vinculan en este propósito con Google, Microsoft, Accenture o AWS. Algunos ya caminan por esa vereda. Otros más hábiles con las manos, pueden aprender carpintería, electricidad, refrigeración y oficios particularmente escasos en ciudades peninsulares.
El mejor de los casos
El gasto social en pensiones y para gente sin oportunidades es apenas una compensación. La pobreza es resultado de malas administraciones gubernamentales que puede compensarse transfiriendo esos recursos directamente, pero idealmente deben ser producidos con la generación de riqueza, no readministrando la mediocridad. La riqueza solo va a salir de la generación de tecnología mexicana que pueda venderse al mundo.
Eso están haciendo los países asiáticos, principalmente.
El vecino al norte ayer presentó mejoras en Dall-E, el sistema de Open AI que genera imágenes a partir de la inteligencia artificial; también, el gobierno cedió el permiso para que Neuralink use su tecnología en cerebros humanos, lo que podría derivar finalmente, en la posibilidad de dar o devolver el movimiento de su cuerpo a personas que lo perdieron. Eso es valor y se vende bien.
Eso no requiere necesariamente del gobierno, sino de que los ricos asuman más riesgos al invertir en emprendedores nacionales. ¿No quieren reproducir sus genes? Tomen el riesgo de reproducir su dinero.