Editorial
LAURA SALAMANCA L. – DIMENSIONES DE LA MUERTE
TANATOLOGIANDO
LAURA SALAMANCA L.
DIMENSIONES DE LA MUERTE
El profesor de psicología Briant L. Mishara de la universidad de Quebec, Montreal autor del libro “el proceso de envejecimiento”, se adentra más al proceso de la muerte en sus 4 dimensiones, las 3 primeras muy conocidas y la 4ª en la que nos detendremos a hablar.
1ª dimensión, la Muerte Psicológica: son los testigos de matanzas enormes, como los sobrevivientes de Hiroshima, que tienen una vida un tanto zómbica, viven traumatizados por el impacto que les implicó la muerte al no haber sido ellos los que murieron. Los psicóticos que viven muertos en vida sin reconocer su cuerpo en los que se les hacen más común el campo exterior y por lo tanto se les hacen más familiares los fenómenos místicos y religiosos.
2ª dimensión, la Muerte Social: que viven los presos y marginados por la sociedad, la tercera edad en residencias y todos aquellos que no desempeñan un papel activo en la sociedad, comienzan a sentir que no forman parte de su entorno.
3ª dimensión, la Muerte Física: la que más bien es diagnosticada por la ausencia de una serie de curvas cerebrales y con lo que sobreviene la muerte de los órganos que podrían estar funcionando en una forma solo artificial.
4ª dimensión, la Muerte Bioenergética, según investigaciones biofísicas del Dr. Wilhelm Reich, que realizó en los últimos años de su vida. Él nos habló de la energía Orgónica, que es la madre de las fuerzas energéticas siendo este el movimiento de la pulsación. Y en función de esto afirma que no existe lo vivo o lo muerto, sino diferentes estados que están regidos por el mecanismo de pulsación que se desarrolla en una forma homeostática (catabolismo y anabolismo) característica de lo vivo o bien como un proceso de catabolismo únicamente donde existe un desprendimiento paulatino y progresivo de la energía, pero sin una capacidad de absorción de la misma característica en lo no vivo. Pero para que exista una capacidad pulsación y por tanto vida, debe haber unos factores que lo permitan, y si estos no favorecen la situación vital, existirá una disminución en la capacidad de pulsación y una tendencia a la muerte y así lo explica Reich:
“La biofísica Orgónica reduce todas las manifestaciones de vida a la función biofísica básica de la pulsación. Y donde la vida se ve por una continua oscilación en el organismo como totalidad y en cada uno de los órganos individuales entre expansión y contracción. Y la salud depende de la regulación de la energía y por la plenitud de las pulsaciones en todos los órganos. Y cualquier alteración en esta energía de pulsación nos puede llevar a un desequilibrio claro que a mayor desequilibrio menor pulsación llegando a la muerte. La muerte del organismo va acompañada del rigor mortis que nos muestra la contracción del sistema vital. El tejido muerto no muestra un aumento de potencial bioeléctrico en la piel, lo cual significa que la fuente de energía biológica se extingue. Primero se encoge el campo de energía Orgónica que rodea al organismo, luego la pérdida de orgón de los tejidos, y es que hablar de la muerte en la mayoría de los casos va vinculada a una enfermedad y al proceso de envejecimiento, ya que si no hay una enfermedad aguda, el sujeto morirá de una enfermedad progresiva, que está vinculada al debilitamiento y la degeneración de la pulsación y de la célula.
Durante los últimos años la muerte ha sido analizada por cientos de médicos y científicos y finalmente de las experiencias de individuos que han vuelto a la vida después de un periodo de muerte física, clínica, que luego han sido reanimados por volver de un estado de coma.
El periodo que precede a la muerte es un periodo de máxima receptividad de estados alterados y en pacientes regresados aparece la necesidad de no estar solos al morir y es que en el momento que la persona muere sigue escuchando y a veces depende de la actitud de los cirujanos de animar a la vida-
Y es que muchos pacientes afirman haber visto lo que pasa en la habitación y describirlo detalladamente al tratar de reanimar su cuerpo físico, también hablan de visiones, de luces, túneles, Ángeles y en lo que más coinciden es en ver como en una película toda su vida en los acontecimientos más relevantes.
Wilhelm Reich demostró que la percepción y la autopercepción (sensación del órgano) van vinculadas siempre al campo energético externo, y en 1944 hizo el medidor del campo de energía orgonómica que registraba la existencia de un campo de energía orgonómica ubicado más allá de la superficie epidérmica por lo que no se puede dudar de la existencia del sexto sentido, igual dijo que parte de la existencia de un quantum energético a nivel nuclear se le llama “quantum bioenergético” y da una energía a nivel de la piel en la membrana, aquí hay una carga bioeléctrica diferente y un campo energético externo, es lo que denomina Aura (el campo energético orgonómico ) que es una consecuencia de la constante pulsación, del constante potencial entre la carga energética interior y la energía del exterior, del entorno.
A partir de la existencia de este campo energético y de la correlación y entre nuestros organismos, y el exterior cósmico, donde nuestro cuerpo físico es un mediador con funciones psíquicas y somáticas. Muchos fenómenos denominados paranormales por la psicología y por la ciencia también, podemos entender mejor los sucesos vinculados al fenómeno de la muerte.
Gracias a este fenómeno podemos experimentar en la autopercepción que en estados alterados de conciencia por alguna otra causa, como es la hipnosis, se experimenta el tiempo de un modo muy distinto a nuestra cotidiana percepción del tiempo del reloj.
Concluyendo la bioenergética va más allá de la muerte del cuerpo físico, ya que el cerebro sigue pulsando intensificándose el campo energético y el sujeto puede seguir percibiendo lo que pasa a su alrededor y a él mismo y vivir su propia muerte, al mismo tiempo que desaparece la energía vegetativa que mantiene la tensión muscular, la coraza deja de existir, y puede vivirse un cumulo de emociones, vivencias y recuerdos de su historia, durante ese breve tiempo objetivo, pero enorme tiempo subjetivo por el estado de conciencia alterado.
Según las explicaciones de la religión “el alma abandona el cuerpo” y las esotéricas “la muerte es la proyección del cuerpo astral” y el afán de conocer y adentrarse en saber más de la muerte, es por el tema de la reencarnación, para los que creen en ella.
La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos
Antonio Machado
El hombre que no percibe el drama de su propio fin no está en la normalidad sino en la patología y tendrá que tenderse en la camilla y dejarse curar
Carl Gustav Jung