Editorial

Inteligencia Artificial en la cultura – NORMA SALAZAR

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Inteligencia Artificial en la cultura

NORMA SALAZAR

Ante el inicio del siglo XXI, el gran cambio tecnológico con sus retos en todos los ámbitos de la vida humana está presente. La Inteligencia Artificial (IA) habita como una herramienta de innovación disruptiva en casi todos los campos laborales del quehacer humano y sector industrial,

creativo-cultural  son ámbitos en los que quizá mayor potencial e impacto podemos vislumbrar, la IA ha transformado la representación en que creamos y gastamos contenidos de comunicaciones visuales, música, el arte, cine, literatura o producciones sonoras, sino también ha inducido que se estén abriendo nuevas oportunidades para la formación y el progreso profesional.

Existe una postura  en la cual la IA podría reemplazar a los humanos en disciplinas culturales, sigue en curos este debate a nivel global,  sin embargo estamos asistiendo desde nuestra perspectiva al surgimiento de forma vertiginosa a una pléyade de herramientas que jamás nos hubiéramos  imaginado. No hay que perder de vista que la IA se viene gestando desde los años  50ʾs del siglo XX, con varios adelantos; en cierto filtro para los medios de comunicación lograron mostrar al mundo en el año 1997, la máquina Deep Blue, que logró vencer de manera definitiva al ruso Gary Kasparov, campeón mundial de ajedrez tras varias partidas. La victoria de Deep Blue fue un antes y después en el ámbito de la inteligencia artificial porque expuso que una máquina podía superar a un humano en un juego de estrategia que demanda un pensamiento complejo y una organización minuciosa.

El año 2023 post pandémico  fue crucial,  sigue un proceso hasta hoy la recuperación del fenómeno de salud que cimbro al mundo,  no son gestas aisladas; si bien podemos deducir que la irrupción viral de la IA en 2023 es de orden multifactorial sin duda la crisis sanitaria es uno de los componentes que la fortaleció. Observaciones empíricas apuntan que en pocos meses la humanidad con acceso a internet asimilaron en menos de un año lo que de otra circunstancia, sin crisis sanitaria les hubiera llevado una década. Es importante resaltar que se vieron más evidentes las desigualdades sociales en específico la brecha digital.

Otro hito en la IA fue la aparición de Chat GPT a finales del año 2022, en los 5 años previos ya habían liberado las primeras versiones, no es sino hasta noviembre de 2022 cuando surge la versión que hoy por hoy está en uso (3.5), para marzo del año 2023 se liberó Chat GPT 4, la versión de pago.  Se aprovechó el ChatGPT en creación de contenidos,  brainstorming, esbozos iniciales de guiones para audiovisuales, propuestas de escaletas para podcast, discernimientos de curaduría de imágenes, creación de listas de reproducción musical para avivar ambientes creativos, formalizar debates en torno a ideas, desafíos habituales que colocan en juego nuestra creatividad o instan retroalimentación sobre ideas de creación, entre diversas posibilidades. No debemos perder de vista que el propio Chat GPT examina sus incertidumbres y sesgos, por eso es imperioso vislumbrar que es solo un principio de inspiración que no exima a profesionales de las instituciones, secretarias creativas y culturales para trabajar arduo y prudentemente.

En cuanto a otras herramientas de IA, estamos ante un mundo avasallante de la tecnología; algunos artistas visuales utilizan  esta tecnología para explorar nuevos estilos formales, escritores para ampliar literaturas complejas y cineastas las han utilizado desde un hace tiempo atrás para posproducciones.
Esta unión de la IA y la creatividad humana está tratando de llegar a una disrupción en el arte y la cultura muy fascinante para alguna sociedad para otros es muy amenazadora, ya que implica nuevos replanteamientos éticos por nombrar uno de ellos.

¿Será que las personas estamos próximas a ser reemplazadas por la IA?

Con respecto a esta preocupación, que no es privativa de las instituciones artísticas y culturales, el economista estadunidense Paul Krugman, refiere:

“Los economistas como grupo siguen siendo menos pesimistas acerca de la IA que muchos; pocos predicen un futuro sin empleo. Reconocen que, como muchas de las grandes tecnologías de “propósito general” de épocas pasadas, la IA tiene el potencial de mejorar dramáticamente nuestras vidas”

Sin embargo, no vaticina que esto ocurra en un corto tiempo. Lo que sí está claro  es vislumbrar que los profesionales de las disciplinas humanísticas utilicen con responsabilidad y sepan trabajar las herramientas de IA. Por otra parte, no se trata de reemplazar, sino de sumar, de aprender a emplear la IA para ser más eficaz y consignar más tiempo a los solicitantes procesos creativos.

Termino ávidos lectores, la adopción de la IA en estos campos no sólo pretende destrezas técnicas, sino también una insondable perspicacia de los contenidos éticos, así como del respeto a las personas en general.

Los profesionales, investigadores y académicos interesados en los trabajos creativos y culturales deben reflexionar la posibilidad de cursar un posgrado, master que incorpore en sus formaciones laborales de aprendizaje la  IA.

 

 

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