Editorial
Los financiers – Ana Suárez
Ana Suárez
Conversaciones del Taller Malix
Tema 5: Literatura gourmet
Parte 8
Los financiers
Ana Suárez
Aún recuerdo aquel domingo en casa de la abuela Leticia. A diferencia de otras ocasiones, en que la encontraba leyendo o escuchando música en su biblioteca, la hallé en su espaciosa y elegante cocina, rodeada de tazones de porcelana y relucientes utensilios de cobre. Llevaba un pequeño delantal con encajes y bordado con delicados detalles florales, a pesar de lo cual mezclaba varios ingredientes con entusiasmo.
—Abuela, ¿qué estás haciendo?
Sin dejar de batir algo que parecía de crema y chocolate, me respondió que me estaba preparando unos pastelillos muy especiales, sus favoritos, y que estaba segura de que también me gustarían. Me dijo que se llamaban financiers y eran pequeños, suaves y perfectos para acompañar una taza de té y un rato de conversación.
—¿Financiers? —repetí, intentando imitar su acento francés—. ¿Por qué se llaman así?
—Ah, es una historia interesante. Se dice que porque fueron muy populares en París entre los banqueros y hombres de negocios pues, por su forma rectangular, los hacían pensar en lingotes de oro.
La abuela tomó un tazón y comenzó a mezclar una mantequilla brillante con harina de almendras y azúcar glass, explicándome cada paso con la precisión de una maestra de repostería.
—El truco está en la mantequilla noisette, ma chérie. Debe dorarse justo hasta el punto en que libere el olor a nuez, sin que se queme. Después, se junta todo con cuidado, creando una masa delicada y aromática de manera que, al deshacerse en la boca, los pastelillos sean como una pequeña sorpresa. Recuerdo la primera vez que probé uno en un café cercano a L’Opéra. ¡Oh, qué delicia! Al volver a San Cristóbal del Valle, conseguí la receta y los hago de vez en cuando.
Yo observaba fascinada como trabajaba. Cada movimiento era medido, cada ingrediente añadido con gracia, como si estuviera creando una obra de arte. Por último, colocó la masa en unos pequeños moldes individuales y los metió en el horno. La cocina se fue llenando de un cálido y delicioso perfume.
—Abuela, ¿por qué te gustan tanto estos pastelitos?
Mientras fileteaba las almendras con los que los decoraría, me respondió:
—Bueno, no solo porque son exquisitos, sino porque me traen a la mente la primera vez que estuve en París. Fue un viaje muy especial para mí, un momento de independencia y descubrimiento. Sentada en aquel pequeño café, probando este pequeño regalo de la France, sentí que el mundo entero estaba lleno de posibilidades. Cada vez que lo preparo, experimento lo mismo. Es mágico.
—¿Podré algún día hacer el mismo viaje?
—Por supuesto, corre por mi cuenta.
Cuando los financiers estuvieron listos, no los acabamos en un santiamén entre las dos, sabiendo que habíamos creado un recuerdo que, como el dulce, perduraría en el tiempo. Comme il faut!
Ana Rosa Suárez es historiadora, directora y colaboradora de la primera revista académica mexicana de divulgación de la historia: BiCentenario. El ayer y hoy de México. Ha recibido el Premio «Genaro Estrada» de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Premio «Maus» de la FFyL, Universidad Nacional Autónoma de México, y el Premio «Francisco Javier Clavijero» del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Actualmente es Coordinadora Académica de la Maestría en Historia Moderna y Contemporánea del Instituto Mora. Es parte del Taller de Escritura Creativa de Malix Editores desde 2021.