Editorial

RADIOGRAFÍAS – David Lodge un clásico de la literatura inglesa

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RADIOGRAFÍAS

David Lodge un clásico de la literatura inglesa

NORMA SALAZAR

La obra teórica y crítica del novelista, guionista y crítico inglés David Lodge puede definirse como una incesante batalla en pro del reconocimiento de los méritos artísticos y sensatos del realismo literario. Como lo muestra en sus libros Language of Fiction (1966), The Novelist at the Crossroads (1971), The Modes of Modern Writing (1977), Working with Structuralism (1981) y Write On (1986), sus desemejantes reseñas, artículos y ensayos se leen como una discusión contra aquellos críticos literarios que han sido inexpertos al considerar los logros de la novela realista, bien por su tesón en elegir discernimientos de valor y normas adecuadas de otro tipo dentro de la literatura,  por considerar que la superación del realismo está en obtener una copia pulcra de la realidad.

Una búsqueda con un enfoque teórico y práctico para mostrar la eficacia del género que inicia con Language of Fiction. Escritor con resistencia a la línea continua por los ejecutantes del New Criticism, con cierta excepción se habían ajustado exclusivamente a la poesía y el melodrama poético, por otro lado, la novela en algunos casos ignorada y en otros había sido conjeturada como un retrato de la realidad, Lodge protege el minucioso análisis y sensitivo lenguaje poético, al referirse al lenguaje de la prosa que lo lleva a anhelar un método formalista adaptable a la novela. Discurre que ambos, poesía y prosa son substancialmente un arte del lenguaje en el que lo que se dice y cómo se dice son esenciales y, por lo tanto, una novela al igual que ante un poema ha de ser una conclusión a la hermosura y razón interna de su lenguaje. En su siguiente libro, The Novelist at the Crossroads, Lodge retorna intrínsecamente a interrogantes, pero, con The Modes of Modern Writing, su tercera obra crítica da un giro trascendente en su pensamiento crítico, Lodge se da y reconoce su actitud monótona en sus primeros libros asimismo afirma que es impropia y todas las cuestiones que plantea una obra de ficción en prosa que reducen a interrogantes del lenguaje. Exonera más de una acción en el discurso implícito literario, y algunas de estas funciones involucran las inseparables formas literarias y significados, mientras que otras no. Este cambio que se produce en los supuestos teóricos de Lodge se debe a su hallazgo del estructuralismo y concretamente a las ideas que Roman Jakobson exterioriza sobre el lenguaje en Two Aspects of Language And Two Types of Aphasic Disturbances. Lodge atina el inicio fundamental para desarrollar una tipología del discurso literario que no aplauda las excelencias de la novela de tipo más conceptual frente a otra análisis más formalista o viceversa, sino que sea capaz de apreciar desde un punto de vista artístico y literario los méritos de ambos. Jakobson, basándose en estudios efectuados con enfermos mudos, distingue dos extremos en el lenguaje, el metonímico y el metafórico.

El primero concierne al eje de composición e implica contextura o lo que Lodge prefiere denominar deletion, afirmado en el principio de afinidad. El segundo incumbe al eje de selección y sobrelleva la posibilidad de sustitución asentada en la relación de semejanza. Basándose en esta diferencia, Jakobson asevera que el desarrollo de un discurso puede abrir a través de dos líneas semánticas disímiles, tomando en cuenta la conexión entre un tema y otro está establecido en la semejanza o en la cercanía, el primer caso habla de un proceso metafórico y en el segundo de proceso metonímico. Para Lodge lo que se origina es la autoridad de un sumario sobre otro, pero en ningún caso la total eliminación de uno de ellos, ya que esto complicaría un error de orden es decir,  sin habla por parte del creador. Como ejemplo de un producto puramente metonímico Jakobson cita la novela realista e implora la omisión de que este polo ha sido esencia por parte de los estudiosos que han trabajado el análisis de la metáfora. Ahora bien, este punto de vista  estructuralista considera que la exploración actual puede indicar uno de los dos trastornos mudos que él describe en su ensayo, concretamente el contiguity disorder, aprobando así lo que Lodge siempre ha protegido: el realismo literario no ha sido apreciado en su justa medida porque o bien se han aprovechado criterios erróneos o bien ha sido completamente ignorado.

La labor crítica de David Lodge es necesaria, es un referente, asimismo sus grandes influencias de análisis y crítica literaria como lo fue Mikhail Bakhtin. Si, por un lado, artículos como Joyce and Bakhtin: Ulysses and the Typology of Literary Discourse (1983), Mimesis and Diegesis in Modero Fiction (1984), Lawrence, Dostoevsky, Bakhtin: D.H. Lawrence and Dialogic Fiction (1985) y The Novel Now: Theories and Practices (1988) revela el interés de su autor por señalar el beneficio y aplicación de la teoría y práctica de este formalista ruso, por otro, sus afirmaciones en entrevistas no estuvieron exentas de indicaciones de sus obras de este crítico. Su actitud es de total respeto y admiración y es frecuente encontrar afirmaciones como que Bakhtin es la respuesta a aquellos que creen que hay vida después de la deconstrucción o la aplicación de calificativos como illuminating a diversos aspectos del pensamiento de Bakhtin.

La razón de esta integral filiación-crítica-literaria de Lodge con el crítico ruso se evidencia por dos razones, primero; la teoría de la novela que desdobla Bakhtin manifestó el eterno obstáculo entre críticos humanistas o “realistas expresivos”, como los designa la crítica británica Catherine Belsey, críticos estructuralistas y posestructuralistas. Lodge, por lo tanto, la afirmación de Bakhtin de que la ficción en prosa es una alocución polifónica se demuestra que la novela realista no está estilísticamente confinada a una sola voz y admite una repercusión a la opinión de aquellos que consideran que sólo es viable hallar una variedad de voces en otro tipo de creación literaria más experimental. La novela clásica del siglo XIX, George Eliot, William Makepeace Thackeray, Charles Dickens no es un monólogo discurso  que asigna la visión del autor observa sus vivencias en cada uno de sus personajes, como ocurre en la épica, la lírica, o la misma tragedia, Lodge nombra a kind of ventriloquism, es decir, la combinación de numerosas voces y disertaciones en un mismo texto, no solamente la voz de autoría. En este ámbito perceptible esta la concepción de la novela que no tiene interrupción tan substancial entre la novela realista y la modernista, puesto que lo que un autor como James Joyce escribe en sus novelas es puramente un desarrollo escritural que ya existía en la novela tradicional con su multiplicidad de voces y estilos.

Termino ávidos lectores, esta RADIOGRAFÍA de inicio de año nuevo del 2025, con un breve reconocimiento al gran novelista, guionista y crítico inglés David Lodge que nació un 28 de enero de 1935 en Dulwich, London, United Kingdom y fallece el 1 de enero de 2025 en Birmingham, United Kingdom.

“La desgracia de Adam Appleby era que, en cuanto despertaba del sueño, su conciencia se inundaba inmediatamente de todo aquello en lo que menos deseaba pensar. Tenía la impresión de que otros hombres se enfrentaban a cada nuevo amanecer con la mente y el corazón renovados, llenos de optimismo y decisión; o bien de que se arrastraban ganduleando durante la primera hora del día en un estado de bendito sopor, incapaces de pensar en nada, ni agradable ni desagradable. Pero, agazapados como arpías en torno a su cama, los pensamientos desagradables esperaban para asaltarle tan pronto como Adam parpadease y abriera los ojos. En aquel momento se veía obligado, como alguien que se ahoga, a examinar su vida entera, dividido entre lamentaciones por el pasado y miedos futuros.”

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