Editorial
APOCALIPSIS ANUNCIADO – Gloria Chávez Vásquez
APOCALIPSIS ANUNCIADO
Gloria Chávez Vásquez
Es algo así como la bomba de hidrogeno creada por una sociedad enloquecida
Víctor Davis Hanson (Historiador estadounidense)
Los comentaristas imparciales y especializados, coinciden en que los recientes incendios en California han sido una suerte de reto de la Naturaleza a la negligencia humana, poniendo en evidencia la corrupción y la arrogancia de una secta que dice proteger a sus semejantes pero que en realidad disfraza su agenda política con la ideología de moda.
Esquivando responsabilidad, el liderazgo DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión) otrora conocido como Acción Afirmativa, en este caso y por mucho tiempo de izquierda, ondea la bandera de un cambio climático que no es más que el ciclo que rigen, no ellos, sino las leyes naturales. Siempre habrá vientos y estaciones; sismos y tsunamis, erupciones volcánicas y desastres de proporciones bíblicas. Pero, en algunos casos los desastres son provocados o agravados por falta de precaución, o por la mediocridad o maldad del ser humano.
Independientemente de que los incendios hayan sido causados por una chispa eléctrica o por arsonistas, y que los escabrosos vientos de Santa Ana hayan contribuido a esparcirlos, se supone que, en el estado de California, considerado la quinta economía en el mundo, los gobernantes municipales y estatales deberían estar preparados para prevenir desastres y proteger a la ciudadanía, aun en el peor de los casos.
No ha sido así y varias comunidades de Los Ángeles arde en llamas. El fuego ha consumido legendarios sectores como Malibú y Sunset Boulevard y destruidos vecindarios enteros en Pacific Palisades, Eaton, Altadena y continúa consumiendo las preciadas regiones forestales.
Los fuegos se suscitaron y la respuesta de los encargados fue catatónica, pues aparentemente no se lo tomaron en serio sino hasta que aparecieron las enormes columnas de humo, grabadas por un hombre que filmaba aviones en el aeropuerto. Los bomberos que trataron de apagar los incendios muy pronto se quedaron sin agua pues los hidrantes perdieron presión. Resulta que los tanques abastecedores no fueron suficientes y al tratar de rellenarlos, el reservoir de Santa Inés, que es el que abastece de agua los tanques del condado de Los Ángeles, había sido vaciado hacia tres días por reparaciones que estaban pendientes desde febrero del año pasado.
¿Quiénes son y en qué andan los lideres?
Cuando ya se dieron cuenta de la magnitud de la conflagración, no había bomberos ni maquinas suficientes ya que la alcaldesa de L.A. Karen Bassa, comunista declarada, miembro del LGBT+ y quien andaba de paseo “diplomático” en Ghana, había ordenado un recorte mayúsculo que redujo la capacidad de operaciones de los cuerpos de bomberos de la ciudad.
La alcaldesa regresó un día después de que las llamas azotaban la ciudad, enmudecida ante las preguntas de los reporteros. Luego, en una acartonada declaración, recomendó a quienes necesitaran ayuda, buscarla en la internet. Ahora hasta sus votantes piden su cabeza, pero, gente sin vergüenza como está se agarran de sus propias crines para no dejarse tumbar del caballo.
Desnudando al emperador
Ahora sabemos que los hidrantes y embalses estaban vacíos porque hace un tiempo, Gary Newsom, gobernador del estado, autorizó a los preservacionistas la desviación del agua de los ríos para vaciarla en el mar. En cambio, rechazó el plan que Donald Trump propuso para trasladar agua desde el norte, más húmedo, al sur del estado, que es más árido. Pero los siniestros como Newsom emplean todo su tiempo, energía y recursos en “vacunar” a California contra la segunda presidencia de Trump.
No es la primera vez que la política de Newsom queda en entredicho. Una investigación en 2021 descubrió que el gobernador mintió sobre la cantidad de trabajo forestal contra incendios que el estado había realizado bajo su administración, exagerando un 700% de la cantidad de tierra tratada con cortafuegos y quemas prescritas. Una auditoría estatal llevada a cabo en 2022 reveló además que los esfuerzos de las empresas de servicios eléctricos de California para reducir los incendios forestales eran inadecuados, y que la Oficina de Seguridad de la Infraestructura Energética del estado había aprobado planes de prevención de incendios forestales «gravemente deficientes».
Los recortes al presupuesto estatal en California contrastan con la multimillonaria ayuda en equipos y maquinaria que se ha estado enviando a Ucrania para la guerra con Rusia o los sueldos fabulosos de los funcionarios DEI que sobrepasan la de sus colegas en el resto del país.
Echando leña al fuego
Bajo las restricciones ambientalistas impuestas en California, está prohibido limpiar de maleza los bosques y eliminar los árboles muertos o enfermos, permitiendo así que ese combustible natural se acumule, creando las condiciones para los incendios forestales explosivos. Las restricciones en el uso de la tierra también han obligado a desarrollar zonas residenciales más cercanas a las áreas propensas a los incendios forestales, lo que ha empeorado el daño y la pérdida de vidas.
Las instrucciones iniciales de emergencia fueron caóticas e involucraron a zonas que nada tenían que ver con los incendios. Durante los trancones en la carretera los ciudadanos tuvieron que abandonar sus autos y organizarse por su cuenta. Varios de ellos formaron grupos para abrir trochas por donde escapar.
En Pacific Palisade, uno de los vecindarios más ricos del condado, miles de estructuras, entre casas y negocios, fueron arrasados en la conflagración. Residentes de esa comunidad reportaron haber visto a dos hombres vaciando gasolina y prendiendo fuego a un área forestal. La policía sorprendió además a un arsonista añadiendo material combustible en una de las áreas en peligro.
Los fuertes vientos dispersaron las brasas y avivaron las llamas en seis sitios diferentes. El incendio se propagó rápidamente a extensas áreas forestales que llegan a las montañas. Las llamas consumieron mansiones, bancos, restaurantes, un templo judío y sitios turísticos, entre ellos un museo. Cientos de miles de personas se han visto obligadas a evacuar y otros tantos se han quedado sin electricidad.
Algunos residentes de Altadena, un vecindario más integrado racialmente, y donde nunca hubo presencia de los bomberos ni de la policía, regresaron después de que el incendio consumió sus hogares para buscar en los escombros. Hace unos meses, varias de las principales compañías de seguros habían cancelado las pólizas en su vecindario. A raíz del desastre, el gobierno concedió una moratoria a las cancelaciones. Dos o tres días después Joe Biden decidió enviar la guardia nacional y los gobiernos de México y Canadá han enviado sus bomberos. La labor de los bomberos, a falta de agua, se reduce entonces a salvar vidas.
La política del DEI en el medio
El escritor y periodista israelí Liel Leibovitz (1976) señala que los incendios de Los Ángeles no son el único ejemplo de las consecuencias de la política de diversidad y equidad. Las mismas ideas han convertido a Chicago, en la capital de los homicidios en Estados Unidos y, en un apocalipsis sobre ruedas al sistema de metro en Nueva York. Filadelfia es actualmente la ciudad estadounidense más afectada por sobredosis letales de drogas. Dondequiera que se mire, la miseria proviene del mismo conjunto de convicciones equivocadas, financiadas por las mismas fuentes e impulsadas por las mismas organizaciones políticas.
El historiador estadounidense Víctor Davis Hanson (1953) define el mal manejo de los incendios en California por la jerarquía del DEI como uno de los síntomas más alarmantes en una sociedad. Es el colapso total de un sistema, debido a su idea de no emplear el presupuesto en almacenar agua para irrigar y prevenir incendios, con un eficiente manejo forestal y la creación de una industria de seguros que resulte viable.
Gloria Chávez Vásquez escritora, periodista y educadora reside en Estados Unidos.