Notas DHM

EL SILENCIO OFICIAL: ¡EL QUE CALLA OTORGA!

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El actual Gobierno federal padece de incompetencia para dar respuesta pública a las crisis coyunturales que ha enfrentado, y el reciente capítulo del socavón que se abrió en el tramo carretero Paso Exprés –donde además hubo dos víctimas mortales– muestra que no aprendieron de las que le antecedieron, refieren politólogos consultados…

Para ellos, lo ideal es una respuesta rápida y adecuada, y no tarde y costosa para todos. Esta situación, dicen, refleja debilidad en el equipo del del Presidente, e incluso falta de capacidad del Jefe del Ejecutivo federal para hacer que los secretarios respondan de manera adecuada.

Casos como el de Ayotzinapa, el de “la casa blanca”, la fuga de “El Chapo”, las acusaciones de espionaje por parte del Gobierno federal y el mencionado socavón de la autopista México-Cuernavaca, dan cuenta de la dilación para brindar una reacción pública, no sólo porque en ocasiones el Gobierno mexicano no se pone de acuerdo en las hipótesis y respuestas, sino porque tarda días en pronunciarse oficialmente…

El Presidente Enrique Peña Nieto ha tardado hasta diez días –es decir, unas 240 horas– en brindar una reacción pública ante los asuntos coyunturales que más preocupan a la población, como las tragedias o los señalamientos de corrupción. Además, una vez que reacciona, ha brindado discursos “poco contundentes”, que incluso, han subestimado el problema, de acuerdo con la visión de politólogos…

En promedio, en los seis casos más críticos de su sexenio, la reacción del Primer Mandatario ha tardado 4.5 días en alcanzar al escrutinio público. Su récord de velocidad es 1.5 días. Esto sin tomar en cuenta sus publicaciones en redes sociales

Cuando la noche del 26 de septiembre de 2014, 43 normalistas de la Normal Rural de Ayotzinapa desaparecieron en un camino de Iguala, Guerrero, el Primer Mandatario no expresó una sola palabra hasta el 6 de octubre cuando dijo: “Lamento de manera muy particular la violencia que se ha dado y, sobre todo, que sean jóvenes estudiantes los que hayan resultado afectados y violentados en sus derechos en el municipio de Iguala”.

¡¡Maaree Ninio!! Diría el Compadre Chiles

Este año, Enrique Peña Nieto habló tres días después de que la organización canadiense Citizen lab revelara que el Gobierno federal espiaba mediante un software llamado Pegasus a activistas y periodistas. En esa ocasión dijo: “Espero que la Procuraduría General de la República con celeridad pueda deslindar responsabilidades y espero, al amparo de la Ley, pueda aplicarse al justicia contra aquellos que han levantado estos falsos señalamientos contra el gobierno”. ¿Qué onda?

La dilación y luego el discurso de lejanía se impusieron también en crisis como “la casa blanca” y la fuga del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán Loera, tras salir por un túnel de la prisión de ALTA SEGURIDAD ¡¡CARAJOS!!

Ahora, cuando dos personas perdieron la vida en un socavón en el paso exprés de la autopista México-Cuernavaca, una obra del Gobierno federal que el mismo Mandatario presentó como “de las más seguras y modernas”, el Presidente Enrique Peña Nieto no ha dicho nada. ¡¡NEL PASTEL!!

Para el politólogo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), José Antonio Crespo, esta característica del Gobierno ha abonado a la reprobación social de la gestión peñanietista. GEA-ISA, en su último ejercicio sobre este punto, le da 74 por ciento de desaprobación, mientras que los diarios nacionales Reforma y El Universal le han otorgado poco más de 90 por ciento para el mismo rubro.

Pero¿Porqué se calla el Presidente?

Marco Leopoldo Arellano Toledo, investigador del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expone que la administración federal presenta problemas para responder a las crisis de coyuntura “por falta de oficio político”.

COLOFON

 LA DEBACLE: A partir de septiembre de 2014, tras la desaparición de los 43 normalistas en Iguala Guerrero, esta inoperancia política se hizo más evidente. Fue hasta enero de 2015 que el entonces Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, dio a conocer la “verdad histórica”, que abordaba una única narrativa acerca de los hechos, incluido el asesinato y posterior incineración de los cuerpos de los estudiantes, en un basurero ubicado en la localidad de Cocula.

Al día de hoy, el caso no ha sido esclarecido y a lo largo de los años las autoridades se han contradicho en sus aseveraciones. En 2014, el Presidente Enrique Peña Nieto tardó 10 días en externar su indignación y consternación por los hechos…

El 6 de octubre de ese año, el jefe del Ejecutivo federal señaló que las autoridades actuarían para dar “el debido esclarecimiento de los hechos, encontrar a lo responsables y aplicar de manera estricta la Ley ante estos hechos”. Sin embargo, fue hasta el 4 de diciembre que el primer mandatario visitó el estado de Guerrero, momento en que pidió a la ciudadanía hacer “un esfuerzo colectivo para que vayamos hacia adelante y podamos realmente superar este momento de dolor”

Por esas fechas, el 9 de noviembre de 2014, una nueva polémica enredó a Enrique Peña Nieto y a su esposa, Angélica Rivera de Peña. Una investigación periodística, dada a conocer por Carmen Aristegui, reveló que la pareja presidencial poseía una casa en las Lomas de Chapultepec, con un valor de 7 millones de dólares (86 millones de pesos, al tipo de cambio de ese año). Destacó que el recinto fue construido por Grupo Higa, una de las compañías ligadas al Presidente Peña desde que gobernó el Estado de México, y que había ganado la licitación del tren México-Querétaro.

Así las cosas, hasta la fecha, el Rating presidencial esta causando escozor ya entre las huestes del tricolor que claman deslindarse del “Primer Priísta” pues no quieren tenerlo como su aliado para la que sigue en el 2018, sino que además, impedirle que sea él quien digite al ungido ¿Lo lograrán?

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