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España golea a Argentina sin compasión
España perdió el respeto a Argentina. Este párrafo parecía destinado al juego de Messi, el registrador de la propiedad de sus partidos. Por unas molestias en los isquiotibiales, unas piezas que terminarán en un museo del fútbol, se quedó al lado de la estufa sin pisar el césped. El amistoso iba hacia los archivos con un asterisco para distinguir el día que no jugó Messi en el Metropolitano. 90 minutos después los notarios daban fe de que España astilló la historia argentina. Hay amistosos que se convierten en una emboscada.
La primera estrofa de España fue contundente, con Isco y Asensio en la academia de la imaginación. La segunda fue demoledora, con tantas llegadas como arañazos. Messi abandonó la localidad a un cuarto de hora para el final, Argentina lo había hecho mucho antes, incapaz de mantener el pasaporte en regla.
Sin que por la ausencia de Messi se devolviera el dinero a las Asociaciones por la defensa del espectáculo España y Argentina disputaron un encuentro que tuvo poco de fogueo y mucho de muestrario de virtudes. El turno de reclamaciones lo apagó Asensio, un virtuoso del pase antes de que el partido se pusiera antipático.
El grupo de Sampaoli, herido por las ausencias de Messi, el Kun y Di María, abrió el libro del raseo del balón, lo movió de lado a lado y nunca se cortó en la primera fase. Un desafío cuando delante estaban los socios de Iniesta. Presión por todo el campo, marcajes individuales y con el balón se prohíbe el pelotazo.
Higuaín pudo virar el capítulo. Es un delantero condenado a la sospecha provisional. Da igual que haga un gol o que provoque migas en una defensa porque siempre aparecerá en un contenedor perdido una película: Las grandes ocasiones falladas por Higuaín, un dossier aterrador para un goleador. El puntero dislocó la puntería en un remate sencillo delante de De Gea. Su señorío lo aprovechó España.
Al otro lado del asfalto esperaba el turno Diego Costa, un delantero que termina las canciones de cuna con frases de Tarantino. El delantero se jugó la tibia, el peroné, la Europa League, la Liga y el Mundial para embocar un pase de Asensio, que inventó un hueco como si estuviera en las inmediaciones de La Bombonera rodeado de papelitos.
A Diego Costa se le puede reprochar que parece que rompe la guitarra mientras los demás están con las baladas. Bueno es el contraste. En un equipo cabe todo y más cuando al otro lado está Argentina, que tenga a quien tenga, va con la personalidad cosida a la camiseta.
La única respuesta albiceleste en el marcador llegó por Otamendi, un ninja en el juego parado. Argentina entró en la segunda mitad con la hermandad de la mala leche dispuesta a todo. El partido estaba abierto, pero una combinación entre Aspas, un diablillo como sustituto de Diego Costa, e Isco fundió la resistencia.
La última media hora transcurrió entre goles y patadas. Argentina no es el mejor rival para enseñar rondos, taconazos y escaparates de joyas. Isco selló el set español. Sin Messi no hay paraíso. España iba sobrada de barriletes cósmicos.
Fuente: Marca
rrc