Editorial
Bienestar para Mujeres en Retiro – El autocuidado como experiencia divertida
El autocuidado como experiencia divertida
Lourdes Cabrera Ruiz
El ambiente de fiesta no acaba con el popular tramo del calendario “Guadalupe-Reyes”, pues los tamales nos esperan cada 2 de febrero, a pesar de haber dicho adiós a las bebidas embotelladas y a la repostería. Sin duda, para muchas de nosotras resulta un combate frontal entre nuestra voluntad y la costumbre. Bueno, se sigue así hasta que tocamos a la puerta de algún consultorio o preferimos, en cambio, pasarla bien en un ambiente cordial donde asumimos que nuestra salud no es un pendiente más, sino el pilar que sostendrá nuestros buenos propósitos para 2019.
Saber lo que nos pasa
Es costumbre que al llegar enero, después de la tradicional “quema del año viejo”, se sienta el impulso de abandonar lo que no nos ha servido. Es un buen momento para recordar algo que alguna vez leímos: “el sabio puede cambiar de opinión. El necio nunca”. Aforismos o sentencias semejantes nos descubren lo que conlleva alcanzar una vida plena en este sentido: “Saber que no se sabe, eso es humildad. Pensar que uno sabe lo que no sabe es enfermedad”.
Estamos a buen tiempo para meditar, así que andemos entre el pensamiento de Kant y el de Lao-tsé, dos tradiciones complementarias. Sin embargo, optemos por la segunda, pues involucra una consecuencia que la necedad sola no insinúa. Dicho de otro modo, la tradición oriental no acostumbra desvincular la consecuencia física y emocional que resultaría de un determinado pensamiento. No calla que la necedad —o más bien, la soberbia que subyace—, pueda conducir a la enfermedad.
Los cambios de opinión, si bien no necesariamente significan una adopción más sabia, por lo menos denotan cierta flexibilidad, un camino que permita la exploración de, al menos, otras experiencias que en algún momento habrán de enriquecer nuestras vidas. Como un ciclo que ha cumplido su función, así las personas que han acumulado dolencias o enfermedades se detienen un momento para exclamar “que no sabemos lo que nos pasa, eso es lo que nos pasa”, en consonancia con Ortega y Gasset.
De manera que la filosofía puede ser vista como una forma de trascendencia y no como la que está sobre el conjunto de conocimientos, ya que estamos de acuerdo en que uno puede saber de todo —en este caso, acerca de sí mismo— aunque no quiera ni tenga la voluntad de aplicar lo que sabe. Incluso a pesar del dolor o del sufrimiento, tal parece que no siempre valoramos lo que esos signos nos dicen del cuerpo, especialmente porque los interpretamos en forma aislada.
Por fortuna, en pleno siglo XXI estamos científicamente adentrados en el ámbito de la sabiduría y el mundo considera —al igual que en otros momentos de la historia de la humanidad— que las dimensiones física, emocional o mental requieren atención conjunta: una sabia atención, la cual, no tiene por qué ser aburrida, dificultosa o impuesta. Todo lo contrario.
Existen diversos clubes, gimnasios y centros deportivos en los que puedes comenzar bien tu año. En el Club Cultiva Mente impartimos un taller sabatino para grupos pequeños, dirigido a mujeres, que integra diversas actividades para fortalecer tu bienestar en un ambiente cordial y divertido: gimnasia psicofísica, desayuno saludable, buena charla, juegos de mesa, música ambiental. Mayores informes por WApp al 9991926808.