Editorial

PUNTO DE CONCIENCIA – LA IDEOLOGÍA DEL RESPETO

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PUNTO DE CONCIENCIA

SANDRA VALAREZO

LA IDEOLOGIA DEL RESPETO

 

No puedo evitar leer y escuchar en los medios de comunicación a cerca de los movimientos LGTTTBIQ, unos por un lado dicen: ¡no es de Dios!, actuando como jueces en este gran circo que es la vida y por otro lado personas reclamando ser ellos mismos, saliéndose de lo convencional, con valor enfrentándose a vivir en este infierno impuesto por personas intachables.

Me pregunto ¿acaso en la religión cristiana no existen dos grandes mandamientos? amar a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo. Entonces ¿porque ensañarnos con el prójimo?, ¿Por qué dejar de amar a un familiar o amigo por su estilo de vida?, ¿desde cuándo nos convertimos en jueces?, ¿Quién nos dijo que podíamos imponer condenas?

A veces me divierte ver los largos debates sobre el matrimonio igualitario y si la familia debe ser convencional o no, aunque en realidad no se a que se refieren con el término “familia tradicional” acaso se refieren a tradicionalmente machista, sexista, racista y homofóbica.

Veo a la sociedad conservadora darse golpes de pecho, defendiendo el pensamiento del Estado y la Constitución sin remontarse en la historia cuando hacían marchas y reclamaban a grandes voces que se aprobara el voto femenino o a la comunidad negra luchar por sus derechos o cuando se aprobó el divorcio y el trato justo para las personas con capacidades diferentes, o cuando madres solteras eran señaladas como si fueran mujeres de segunda. Este es el momento en que esbozó una sonrisa de burla como si las leyes estuvieran redactadas por seres divinos sin mácula, la verdad es que solo respetan la “moral” de turno.

Porque no pensar en una ideología del respeto, una ideología que no atropelle el derecho de los demás, a pensar y a vivir diferente sin miedo a que la gente te agreda por ser distinto.

Hace poco me visitó una amiga que no veía hace muchos años, en realidad algo intuía a cerca de sus inclinaciones, pero ella tampoco me decía nada por temor al rechazo, cuando me contó a cerca de sus gustos solo me quedo decirle “no me importa tus preferencias eres mi amiga y lo único que me importa es que eres la mejor persona de este mundo”, el juzgarla solamente me llevaría a abrir una puerta para ser juzgada.

Cómo podemos ser tan ciegos, detrás de esas siglas hay personas de carne y hueso que sufren rechazo y exclusión, lo peor de todo, son gente a la que quiero y respeto, solo piden tener una vida normal con los mismos derechos y obligaciones del común de los mortales.

A nadie se nos ha constituido para ser jueces ni verdugos, si crees no tener culpa lanza la primera piedra.  

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