Editorial

EN PUÑO Y LETRA LIBERTARIOS – TAUROMAQUIA LIBERTARIA, EL MÁRTIR DE LOS RUEDOS

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EN PUÑO Y LETRA LIBERTARIOS

TAUROMAQUIA LIBERTARIA

EL MÁRTIR DE LOS RUEDOS

LEON DE ALMEIDA

A mi primo Guimer y la familia R. de León

Con el eco ensordecedor de las palabras retumbando, ahora yacía en medio de la lluvia y sangrante, ¡Bajo las astas de un toro habrás de morir! palabras desesperadas de una atribulada madre, doña Carmen García, que sin ser la intención verdadera profirió para detener la peligrosa actividad de su hijo; ese día funesto desde su inicio bajo la pertinaz llovizna pregonaría un sombrío final, comenzaba la fiesta del gallo con gran algarabía, a pesar del clima, en Izamal esta fiesta siendo la mayor del año no podía retrasarse ni mucho menos postergarse, 2 de mayo de 1942, como jefe de cuadrilla el joven, popular, muy reconocido diestro matador de toros Arturo R. de León García, vástago del afamado matador de toros, gloria de Yucatán, Adolfo R. de León “El Yucateco” ahora retirado, decano de los toreros en Mérida y hermano del ex torero ahora promotor, empresario y representante taurino Abelardo R. de León;  reaccionó ante la apatía y gran temor  de su cuadrilla (omito nombres para no avergonzar a nadie) atónitos ante semejante monstruo que como tromba salió al ruedo dispuesto a despedazar lo que se le pusiera enfrente (lo cual finalmente hizo); ¨Pescador¨ un tremendo “SINKEUEL” jamás toreado, de 550 kilos de músculo macizo se revolvía entre charcos de lodo, golpeando el tablado con afán de destruirlo, solo se oyó la voz firme, soberbia, del valeroso, hasta ahora imbatible, labrador de miles de faenas de tantos lustros de abatir “bureles” iguales o mayores a este, ¡yo salgo a hacer el quite, cobardes! ante la afición que redobla el aplauso, se enfrenta el valiente Arturo, sabe que debe terminarlo con rapidez, el riesgo es inmenso tanto por las características del animal, como por la inclemencia del tiempo, apenas pudo asestarle 4 banderillas y decidió acortar la faena 6 dificilísimos mantazos uno de ellos hizo volar la muleta por los aires, espada en mano decide matar (ni siquiera los picadores quisieron hacer su trabajo) todos vitoreaban al joven diestro que a duras penas había salvado las enfurecidas cornadas, no hubo tiempo de más trasteo, al enfilar el estoque, Arturo es prendido de la axila derecha, hecho rehilete humano, cayendo su breve pero digna figura al centro del ruedo, con gran esfuerzo los pajes le quitan al “Pescador” de encima llevándolo a rastras para evaluar sus heridas,  el aun no es consciente de su gravedad cuando el único médico presente el Dr. Alfredo Gaumer de origen Alemán le notificó su condición, ante la inminente amputación del brazo para salvar su vida, el solo hizo una pregunta ¿Podré volver a torear doctor? a lo que el galeno respondió negativamente, ante esta disyuntiva el representante de Arturo decidió su inmediato traslado a Mérida y consultar con su padre Adolfo R. de León (El Viejo León) sobre la amputación.

Ante este deprimente panorama se cirnio la nefasta sombra de la suerte de Arturo, quien luchó por su vida durante 3 días recibiendo una transfusión de sangre y haciendo lo imposible por salvársela, pero al final la mortal gangrena hizo su aparición, sin antibiótico alguno ni medicamentos modernos para poder contrarrestar el mal, falleció el 5 de mayo de 1942, contando con solo 34 años dejando en la orfandad a su pequeño hijo  y una joven viuda, muy caro es el precio a pagar por esta afición tan salvaje, sangrienta, donde bestia irracional defendiéndose y humano buscando de algún modo la gloria, deciden su destino final.

¡LARGA VIDA MATADOR!

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