Editorial
Derechos Humanos y Migración – Corazón UNAM
Derechos Humanos y Migración
Yussif Emmanuel Aguilar Gamboa
Corazón UNAM
La migración es un fenómeno que se ha observado desde los primeros homínidos, que se desplazaban de un lugar a otro para sobrevivir, sin embargo, a pesar de que el tema ha estado presente en la historia de nuestra humanidad, ha tenido un auge en los últimos años a raíz de la violencia y el miedo que ha surgido en tiempos recientes.
Es a partir de 11 de septiembre de 2001, cuando inicia una paranoia sobre la seguridad pública a raíz de un ataque terrorista en donde se registró la destrucción de todo el complejo de edificios del World Trade Center (incluidas las Torres Gemelas) en Nueva York.
Este suceso es el punto de partida para crear una gobernanza basada en el miedo, en la cual el Estado pide soslayar las libertades no sólo de sus ciudadanos, sino que también de todas las personas que intentan cruzas sus fronteras, con el fin de brindar seguridad a sus gobernados.
En tal virtud, la seguridad nacional se vuelto un tema vital en el discurso de muchos países cuando hablamos del fenómeno migratorio. Este discurso nacionalista tiende a justificar él detrimento de los Derechos Humanos de las personas extranjeras al crear en la sociedad una figura de un enemigo, que no sólo se encuentra fuera del territorio nacional, sino que está adentro de nuestras fronteras, en medio de nosotros, y que sí el Estado omite vigilar a este enemigo, en cualquier momento podría desestabilizar nuestra seguridad (en cualquier ámbito).
Sin embargo, esta paranoia nos cega de una realidad cercana de violencia, marginación y la pobreza en la que viven las personas migrantes, por estas razones la migración resulta ser un tema complejo, que se debe mirar desde los Derechos Humanos, no como un concepto banalizado, sino como una realidad jurídica, que se basa en la dignidad humana, es por eso que debemos buscar la solución por medio de la ponderación de derechos, siendo una invitación para mirar la migración objetivamente antes de que nuestros miedos nos encierren en un domo o en un muro más vergonzoso que él hubo en Berlín.