Editorial
Carlos Gómez Camuzzo, un hombre que se entrega a las letras sin temores: “Los finales felices no me gustan porque sencillamente no existen” – Entre Pausas
Carlos Gómez Camuzzo, un hombre que se entrega a las letras sin temores:
“Los finales felices no me gustan porque sencillamente no existen”
Entre Pausas
Gabriel Avilés
Hace poco tiempo, conocí a Carlos Gómez Camuzzo que fue al programa Los Territorios del Artista a platicar de su obra, desde el primer saludo, hubo una gran química, en parte por su forma de ser tan abierta y por sus orígenes cubanos, esa sinceridad tan infiltrada en los genes del pueblo cubano, por lo anterior, un gusto fue entrevistar a este escritor de cuentos, al cual, estimado lector, les invito a conocer por medio de esta charla que transcribo.
Es un gusto estar contigo Gabriel, te agradezco la invitación y pues vamos a darle a esos cuestionamientos que tienes con todo gusto.
Mi primera pregunta es: ¿Quién es Carlos Gómez Camuzzo?
En efecto, ese es mi nombre, soy de origen cubano, llevo radicando 10 años en México, viví 5 años en la Ciudad de México y 5 en Mérida donde pienso lanzar mis cenizas, por muchas cosas en común, su arquitectura, la idiosincrasia de la gente, la hospitalidad, las bondades del yucateco. No puedo decir lo mismo de la urbe donde estuve pues en ella por la misma cotidianeidad hay una distancia mucho mayor entre las personas. Por eso, decidí radicar aquí, hay muchos nexos y cercanía con mi país que se da desde antes de la antigua colonización española. Mi familia no fue ni pobre ni rica, éramos gente modesta que tenía para vivir, para que vayamos a la escuela, primero, mi hermano gemelo y yo, ambos teníamos mucha competitividad pero se tranquilizó esa situación cuando llego mi hermana, Te puedo decir que somos muy unidos, una familia amorosa, conocí a mis abuelos, viví con mis padres y respecto a mi educación fue en escuelas públicas pues pertenecimos a la clase trabajadora.
Al volverme todo un adulto decidí irme a varios lugares donde trabaje en diversos empleos hasta que llegue a Mérida y comienzo a ser corrector de un rotativo local.
¿Cómo llegas al taller Hypogeo?
Conocí a este grupo de escritores, paralelamente, al de los Atorrantes; hay miembros de este taller que son Atorrantes igual. No así, los talleristas de Hypogeo son otra cosa, por ejemplo, el profesor Víctor Garduño, fundador de éste, él es una persona maravillosa que tiene ya 6 años llevando el taller, no le gusta que se hable de su persona pero tengo que decirlo además de ser un excelente maestro, es una gran persona, No falta nunca a dar la clase, condescendiente con nosotros, entre comillas, pues, nos dice nuestras fallas sin pelos en la lengua.
Mi siguiente pregunta es respecto a tu forma de hacer cuento, ¿cómo lo desarrollas, tienes una idea primaria que vas desarrollando o surge de la llamada inspiración?
Mira es una respuesta complicada porque no hay una receta para escribir, no la tengo yo ni nadie, no toda la gente reacciona igual; en mi caso, la idea puede surgir de un título y así voy escribiendo la idea, a veces tienes la idea completa, en lo personal, me agrada esa forma o te puedes despertar con una idea y redondearla, así es muy fácil sentarme frente a la computadora y hacer el cuento. En otro caso, tengo un pensamiento de posible cuento, lo dejo a medias, posteriormente, se vuelve más complicado ya que tengo que improvisar.
En mi caso, prefiero que me nazca la idea completa de principio a fin.
¿Qué temáticas te gusta manejar?
Generalmente, el humor negro por una razón fundamental cuando el lector lee un texto que escribiste, de una manera cómoda, de buen ánimo y le provocas la risa, la sonrisa, te lleva a que se quede en la historia que narras; por ende, me baso en ese recurso literario. La historia está llena de obras que a partir de lo humorístico hacen un trabajo muy profundo sobre las características sociales de un país o determinadas manifestaciones que afectan a la sociedad. El humor negro se da en mis textos cuando al final trato de impactar al lector ya sea con una muerte, una tragedia, una acción violenta o el desamor, la moral que ya se perdió; todo en su conjunto hace que los lectores terminen en la reflexión. Los finales felices no me gustan porque sencillamente no existen.
¿Qué proyectos literarios tienes para este año que ya casi finaliza o para el próximo que está casi a punto de iniciar?
Mira tengo más proyectos que vida, sin embargo, déjame hacer un paréntesis, en mi vida pensé escribir para otra persona que no fuera para mí; siempre escribo por la necesidad de hacerlo pero nunca para una tercera persona.
De hecho viene una antología y mis compañeros han sido los culpables que publique, por lo comentado anteriormente, no por un acto de egoísmo pues todos hemos estado en diversas actividades de lecturas, editores, de lo anterior, percibieron que a la gente le gusta lo que escribo.
Ellos por medio de sus premisas me han convencido de que los de a conocer. A partir de ahí descubrí la función de la literatura a mover mentes, hacer mejores o peores personas.
Obvio, sigo escribiendo igual pero con un interés más enfocado a la sociedad; como con mis historias puedo hacer que la gente se sienta mejor.
Tienes más de cincuenta textos listos para editar, entre ellos, ¿hay alguno especial o favorito tuyo, el más querido para ti, el mejor tratado por la crítica?
No, ni una cosa ni la otra, para mí los primeros cuentos son los peores debido a mi constante aprendizaje, siempre veo a los últimos mejor que los anteriores y cuando veo si alguno de los últimos no es bueno, simplemente lo deshecho; siempre trato de estar en la autosuperación constante.
Para finalizar esta charla, me gustaría saber: ¿aparte del humor negro has escrito sobre otros temas?
Claro, lo he realizado, he escrito sobre otros temas porque no me gusta encasillarme, no quiero parecerme a esos literatos que consiguen una formula exitosa desde el punto de vista mercantil, ocasionando en ellos hacer libros repetitivos que de tanto serlo, los dejan de leer.
Gabriel, a mí me gusta el ensayo pero éste requiere una investigación muy amplia porque es de opinión y nadie puede opinar sobre algo que desconoce o no tienes la información necesaria, sin embargo, confío en hacer textos ensayísticos.
Asimismo, sí, he publicado cuentos de contenido social, eróticos como en la antología de los Atorrantes, sin embargo, en proporción con los de humor negro son mucho menos.