Editorial
RADIOGRAFÍAS – Waiting for the barbarians J. M. Coetzee
RADIOGRAFÍAS
Waiting for the barbarians J. M. Coetzee
NORMA SALAZAR
Hoy, nos ocupa una lectura visual poscolonial y es que la narrativa de Esperando a los bárbaros de John Maxwell Coetzee escrita en los años 70’s focaliza substancialmente una crítica al IMPERIALISMO, ese mal que avasalla un país del primer mundo a una nación del tercer mundo asimismo retrata sin miramientos, poderosamente escenas que matizan la xenofobia, el odio, el desprecio por el otro. Todo esto lo escribe perfectamente el novelista y Premio Nobel 2003 Coetzee en esta obra que no podía dejar inadvertido temas que afilan las conciencias humanas e invita a las agudas miradas del séptimo arte poner a la vista a los subyugados y dominantes a través del personaje narrativo/protagónico de la cinta, el Coronel siniestro Joll, (Jhonny Depp) que pertenece al Tercer Departamento de la sección de la Guardia Nacional.
¿Por qué la acción de tortura? La respuesta es contundente; verificar a través del tono del sumiso para hacer confesar una verdad.
“-¡El tono de la verdad! ¿Puede usted reconocer ese tono en la conversación?
¿Oye si yo digo la verdad?
-No, me está malinterpretando. Ahora hablo solo de una situación determinada,
de una situación en la que investigo para dar con la verdad en la que tengo que
presionar para encontrarla.
Al principio solo obtengo mentiras, así es, primero solo mentiras, entonces hay
que presionar más; luego el desmoramiento, tras este seguimos presionando,
por fin la verdad. Así es como se obtiene la verdad”
En conclusión en unas líneas de su novela subraya filosamente Coetzee “El dolor es la verdad, todo lo demás está sujeto a una duda”
El director colombiano Ciro Guerra y el novelista sudafricano nos comparten un excelente trabajo conectando la dupla literatura/cine donde podemos observar, por supuesto, a través de todos nuestros escrúpulos humanos el otro espejo inhumano e interminable de una realidad, una metáfora desgraciadamente actual. Transcurre la historia en pleno siglo XXI donde la cinta va mostrando el bofetón de nuestra época, un busto brutal de nuestros tiempos modernos.
Amables lectores, por otro lado, déjeme enfatizar con la siguiente interrogante ¿Qué sabemos de la Doxa? Su origen proviene de la palabra griega que se traduce como “opinión” que esta fue utilizado por Parménides, al hacer referencia a la “vía de la verdad”, “vía de la opinión” mientras que para Platón en la terminología encarnaba, la episteme, “conocimiento justificado como verdad” sí, la muralla está ahí para colindar el espacio de la razón, la historia más obvia no puede ser; las ideas, razonamientos qué decir planteamientos al tocar sus límites siempre se ven avasallados en negaciones, críticas; en líneas divisorias, status, territorios no contaminados, nuestro escritor y guionista Coetzee nos lleva a otra forma de contemplar las discrepancias y, lo entiende perfectamente el director Guerra de una manera creativa quita la careta con otra interrogante “¿Y si la frontera fuera una ventana en vez de un muro?”, nuevamente entre a través de su narrativa encontramos la respuesta directa de Coetzee “Decidí que cuando la civilización supiera la corrupción de las virtudes bárbaras y la creación de un pueblo dependiente, estaría en contra de la civilización” Incomprensible crueldad se muestra a lo largo de la película, las revelaciones sobre episodios de sedición adquiridas a base de golpes y vilipendias, que en nuestros días aciagos ya no es de extrañeza. El magistrado (interpretado por Mark Rylance), busca finiquitar los ultrajes del coronel Joll, asimismo enmendar los propios, tomando bajo su protección a una joven que ha sido torturada al grado de casi perder la vista y caminar sólo apoyada con muletas, éste como otros inconmensurables hechos son la secuela impenetrable qué subsiguientemente tiene un precio, la caída del imperio.
Vamos terminando con esta crítica que hace referencia el director Ciro Guerra al poscolonialismo. Otra incógnita ¿Quiénes son los bárbaros? En la novela son aquellos seres humanos sin continente que no tienen compatibilidades fundadas. En el séptimo arte el director colombiano, sí, los identifica con un atuendo muy afín a los de unos errantes mongoles, sin serlo personifican y siguen coexistiendo en “los otros” aquellos que visten, dialogan, sobreviven de opuesta manera. En consecuencia podemos exponer que existe una incomprensión por su origen tan obvio y complejo; otra característica latente es un miedo infundido, promovido por cierta humanidad que demuestra una arrogancia, a su vez, antepone límites que “los otros” aceptan a falta de alternativas en un futuro incierto, sin conocer cómo será, van a un lugar totalmente desconocido. Esperando a los bárbaros una metáfora pura de cualquier frontera en cualquier lugar del mundo, de cualquier ser humano es reflejada por un personaje como el magistrado en una ciudad colonial ubicada al borde del desierto, sí, el límite del imperio, déjeme ser enfática la verdad que corrompe y lacera. La tortura un método inefable para obtención de la verdad en palabras del magistrado
“Creemos que esta tierra nos pertenece, es parte de nuestro Imperio: nuestro
pueblo, nuestro mercado. Pero esas gentes, esos bárbaros, no lo ven de la misma
manera. Llevamos aquí más de cien años, hemos recuperado tierras del desierto
y hemos construido regadíos y cultivado los campos y levantado lugares sólidos
y erigido una muralla alrededor de nuestro pueblo, pero ellos todavía nos consideran
visitantes, viajeros de paso”
Término ávido lector con las siguientes , citando las siguientes “La inteligencia oculta de los imperios sólo tiene una idea fija: cómo no acabar, cómo no sucumbir, cómo prolongar su era” a remete Guerra “la historia no es del pasado, sino de ahora” El discurso xenófobo es el del siempre es por costumbres y sobrevivencia de los más poderosos. Es también una reflexión en torno a nuestras acciones, actitudes ante nuestra vida con todas sus consecuencias.