Editorial
LA CULPA – VAGAMUNDOS
LA CULPA
WINSTON TAMAYO
VAGAMUNDOS
Tengo la cabeza hueca y respiro con bastante dificultad, ya no hablemos de la taquicardia. Una vecina chismosa se ha vuelto a aparecer: La culpa. A veces viene lenta y silenciosa mientras estoy riendo y digo que estoy contento, a veces volteo y la miro en los ojos que no me quieren mirar de Marcela (o de cualquiera) esto me molesta más que nada, entonces me armo de valor y le busco para matarle, pero ella es hábil como el mismo poder que esconde y ya no la encuentro, maldita rata le digo, te conozco desde la más tierna infancia y te odio y por eso también sé que un día serás capaz de asesinarme lentamente y en medio de la plaza principal y no por qué te importe, solo por darle un escarmiento ejemplar a las demás gentes metiches y fisgonas, quienes por supuesto estarán mirando y tomando fotos desde el ojal de la camarita de su celular que hace ese ruido como de “clic” cuando imita el sonido de las cámaras fotográficas, y no faltara el que lleno de amor se acerque a clavar una corona de espinas y también el que me dé la bendición, mientras tu enorme fábrica de culpas y culpables crece y tus soldados acaban con las ultimas flores que aún le brotan al hormigón.