Editorial

Coronavirus, ¿Teoría del Pánico? – Y Aquí Empieza el Abismo

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Coronavirus, ¿Teoría del Pánico?

Roberto Cardozo

Y Aquí Empieza el Abismo

 

A inicios de este año empezamos a recibir noticias de lo que conocemos como el lejano oriente, que de lejano ya no le queda mucho en la actualidad. Las primeras noticias de un nuevo virus que estaba contagiando de manera muy veloz a toda la comunidad china, han pasado de ser motivo de chistes a ser detonantes de un pánico cada vez más creciente. Con la noticia de que se ha reportado el primer caso positivo de coronavirus en Yucatán, la histeria colectiva podría acrecentarse en nuestro estado. Pero, ¿qué tanto debemos preocuparnos, si la tasa de mortalidad es de 3% aproximadamente?

Los comentarios en las redes se han volcado, como siempre, con gente que cree todo a pie juntillas y gente que niega todo irremediablemente. Es cierto que padecimientos y enfermedades como la diabetes y el cáncer matan más personas al año que este brote que está alcanzando niveles pandémicos. Es cierto que los accidentes de carretera, que los homicidios y demás interacciones propias de una sociedad que no termina de madurar son más letales que el actual virus.

Es cierto todo esto, también es cierto que los gobiernos y los partidos políticos aprovechan cualquier situación para buscar la confianza y la legitimidad que no consiguen con políticas públicas y acciones que de verdad favorezcan a la población. Se habla de una teoría del pánico en la que se genera alguna situación de pánico, se van tomando medidas que limitan las garantías individuales de las personas hasta llegar a un estado de excepción con el pretexto de salvaguardar el bien común, para que, una vez legitimizados los atropellos, se continúen sin que la población se queje, porque los gobiernos quedan como los salvadores y les debemos pleitesía. Pues, esta situación global por la que estamos atravesando tiene todos los visos de ser parte de esta teoría del pánico, si observamos las noticias de China e Italia, que son las que acaparan los encabezados, como la situación del actor italiano en cuarentena con su hermana muerta.

Por otro lado, no podemos tomarnos a la ligera una epidemia viral global, ya que, si bien, como menciono al inicio, la tasa de mortalidad es baja, esta se eleva hasta cerca del 20% en los adultos mayores y personas cuya salud física esté comprometida por otras condiciones. En todo caso, sin alarmarnos más de lo necesario, sin caer en pánico, podemos tomar medidas personales de salud y preventivas para evitar un posible contagio, sobre todo, cuando tenemos contacto con personas que estén en este grupo de vulnerabilidad.

Del mismo modo que no debemos alarmarnos con las noticias que suelen ser tendenciosas cuando no falsas, debemos ponernos a averiguar cuáles son las medidas higiénicas que podemos poner en práctica en nuestro cotidiano, aprendiendo a discriminar aquellas que no tengan sustento. Me ha tocado ver cómo en las redes sociales se van compartiendo presuntas recomendaciones de médicos que van desde usar cloro, vitaminarse, consumir frutas, métodos de desinfección y más. Las intenciones de las personas que comparten pueden ser buenas, pero no olvidemos que si compartimos sin tener un sentido crítico podríamos estar compartiendo alguna falsedad que podría causar algún perjuicio a personas que apreciamos.

La observación que me queda, es que debemos aprovechar estas situaciones para ser más conscientes de nuestros hábitos de higiene y salud, en el sentido de la prevención. Recordemos que una persona, por ejemplo, con diabetes, es más vulnerable a otras enfermedades, pero que muchos tipos de diabetes pueden prevenirse, así que, al final, la culpa siempre será nuestra y la solución solamente la tenemos nosotros.

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