Editorial

LA MORALEJA DE LOS SIOUX – GLORIA CHÁVEZ VÁZQUEZ

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LA MORALEJA DE LOS SIOUX

GLORIA CHÁVEZ VÁZQUEZ

 

 

Cuando veas que tu caballo ha muerto, desmóntalo, entierrarlo y adiestra uno vivo.

Proverbio Sioux

 

Quizás la alegoría más aplicable para nuestros tiempos, es una de las tradicionales en el folklor aborigen norteamericano; los nativos de la tribu Sioux de Dakota la enseñaban a sus hijos desde la infancia, y, para los efectos, era como el decálogo de la eficiencia y el sentido común. La misma enseñaba a que cuando uno descubre que se han estado haciendo mal las cosas, no es posible encontrar una solución. Como un caballo muerto, un asunto fallido, no va para ningún lado. La lógica, cuando se descubre que el caballo está muerto es, por supuesto, desmontarlo.

Esa alegoría ha sido muy útil por mucho tiempo para los entrenadores de personal en las diferentes ramas de los negocios. Es indudable que los empresarios que la utilizan, casi por instinto, son los más exitosos y es una que se puede aplicar en todos los aspectos de la vida. El caos en el que parece sumida la sociedad moderna, sin embargo, nos da a entender que los actuales “jinetes” de los sistemas que la hacen funcionar, han preferido seguir cabalgando en el caballo muerto y pretenden revivirlo buscando soluciones a lo que deberían considerarse proyectos fracasados.

¿Quién insiste en montar un animal que ya está muerto? Figurativamente, en la vida diaria, personas obsesivas, ególatras y mediocres disfrazados de líderes. Es lo que convierte a un devoto en fanático, al líder en déspota y tirano. Los que no saben manejar el poder, quieren imponerlo a la fuerza.

Así, en esta época de ideologías fenecidas, más por las debilidades de la naturaleza humana que por las doctrinas de los ismos y la misma decadencia de la democracia, sus jinetes demuestran, no solo tener poca inteligencia, sino que están sumidos en el letargo de la negación total. Propietarios que buscan lucrar a costa de reducir sueldos. Supervisores que no delegan sino que oprimen a sus subordinados. Gerentes que se jactan de gastos pagos pero niegan salarios justos a sus subalternos. Directores ineptos que roban el poder a sus profesionales. Jefes perezosos que achacan sus errores a sus empleados. Tiranos que sumergen a los ciudadanos de un país en la miseria moral y económica. En fin, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que hay más caballos muertos en este nuestro mundo, por causa de la avaricia, la testarudez y la cobardía que por cualquier otro virus inventado por los jinetes de la ciencia.

He aquí como los jinetes de sistemas frustrados, ya sea como gobierno, o en el ámbito administrativo de una nación, (educativo, salud, justicia, entre otros), manejan sus caballos muertos:

  1. Compran un látigo más fuerte.
  2. Cambian de jinetes.
  3. Dicen cosas como “”Así es que siempre hemos cabalgado.”
  4. Nombran un comité para estudiar al caballo.
  5. Visitan otros lugares para ver como cabalgan en caballos muertos.
  6. Aumentan las reglas y requisitos para cabalgar en caballos muertos.
  7. Nombran un equipo de tigres para revivir el caballo muerto.
  8. Crean un taller de entrenamiento para aumentar la habilidad para cabalgar.
  9. Comparan el estado de los caballos muertos en el ambiente actual.
  10. Cambian los requisitos declarando que “el caballo no está muerto”.
  11. Emplean a contratistas para montar el caballo.
  12. Ensillan varios caballos muertos juntos para aumentar la velocidad.
  13. Declaran que “ningún caballo está demasiado muerto” para golpearlo.
  14. Proveen fondos adicionales para aumentar el comportamiento del caballo.
  15. Hacen un estudio para ver si los contratistas pueden cabalgar los caballos más barato.
  16. Compran un producto para hacer que los caballos muertos corran más rápido.
  17. Declaran que el caballo es más rápido, mejor y más barato si está muerto.
  18. Forman un círculo de calidad para hallar usos para caballos muertos.
  19. Revisitan los requisitos de comportamiento para caballos.
  20. Dicen que ese caballo se consiguió como costo y como variable independiente.
  21. Promueven el caballo muerto a una posición de supervisión.

Damas y caballeros, para los que buscan revivir sus caballos muertos con todas o alguna de esas estrategias, déjenme decirles que, como la alegoría Sioux, solo existe una moraleja:                                                                                                                          

“Cuando veas que el caballo ha muerto, desmóntalo, entierrarlo, y adiestra uno vivo.”

 

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