Editorial

La Nueva Normalidad – Y Aquí Empieza el Abismo

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La Nueva Normalidad

Roberto Cardozo

Y Aquí Empieza el Abismo

 

En estos días se ha empezado a hablar sobre un eventual (inminente y necesario) regreso a una “nueva normalidad”, de la que aún no nos queda claro qué tendrá de nueva. Se anuncian tres etapas, clasificaciones de actividades económicas que pueden ser subjetivas, categorizaciones de los municipios resaltando aquellos llamados “de la esperanza”, entre varias de las acciones a tomar para este regreso a la activación social y económica en nuestro país.

Pero no podemos dejar de observar que hay varios estados que aún están con tendencias al alza en cuanto a números de nuevos contagios y de fallecimientos derivados de la pandemia. Tal es el caso de Yucatán, donde el gobernador recién anunció que el regreso a clases será hasta el siguiente ciclo escolar y anuncia medidas propias del estado, en contrapunto a los anuncios federales.

Primero, observamos que continúa el reparto de culpas, los dimes y diretes, el manejo de la información al criterio de las autoridades locales. Todo esto hace que el ambiente siga enrarecido en el aspecto de los ánimos sociales sumado a la tendencia nacional del individualismo y el “gandallismo”.

Segundo, ha quedado demostrado que los yucatecos no estamos preparados para un eventual regreso a las actividades cotidianas con nuevas medidas de sanidad y de seguridad observadas de forma personal. Esto es que, si se levantara la cuarentena, la gran mayoría de las personas saldrían de nuevo sin cubre bocas, sin tomar las medidas de higiene necesarias y con la creencia de que todo esto ha sido solo un mal sueño. De hecho, entre las personas que tienen la necesidad de salir, me ha tocado ver cómo las medidas de higiene son mínimas y, por lo general, mal aplicadas.

Es urgente que entre las medidas a seguir para este regreso a una “nueva normalidad” se dediquen esfuerzos en una educación para todos, tanto en lo emocional como en esta nueva manera de interactuar socialmente, sin eso, es cuestión de semanas para que un nuevo repunte a fin de año nos obligue a suspender las actividades nuevamente.

Entre estas medidas pueden estar, la publicación de modelos y protocolos de seguridad para salir de casa, para el momento de regresar, para las interacciones en los supermercados y las tiendas, así como en las demás actividades necesarias para el desarrollo económico. Es cierto, se han publicado y difundido este tipo de medidas, pero seguimos en lo general sin aplicarlas como se debería, lo que se ve reflejado en el constante crecimiento de los casos positivos de COVID-19 en nuestro estado.

Sin esta educación, la eventual reactivación de las actividades no será una nueva normalidad, sino más de lo mismo con consecuencias terribles si no actuamos con responsabilidad. Por otro lado, también se hace urgente que reduzcamos los factores de mortalidad en Yucatán, que son los determinantes en la alta mortalidad en esta pandemia. Urge un sistema de salud que refuerce la educación alimentaria y de que promueva acciones que nos conduzcan a una mejoría general de nuestra salud personal.

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