LA TRAGEDIA DEL 5G – ALEJANDRO ROMANELLA

LA TRAGEDIA DEL 5G

ALEJANDRO ROMANELLA

Desde hace unos años se ha venido desarrollando una nueva tecnología de telecomunicaciones a la cual se le conoce como 5G. Esto ha despertado una serie de opiniones opuestas por parte de muchos individuos de casi cada sector social, y de lo cual vale la pena hablar.

Pero ¿qué es el 5G? Básicamente es una nueva generación de tecnología para la telefonía móvil – la quinta, pasa ser exactos. Es la sucesora lógica de la tecnología que usamos actualmente, la cual se llama 4G. Es el medio que utilizamos para comunicarnos de forma inalámbrica; es decir, la red móvil con la cual tenemos acceso a internet desde nuestros teléfonos. Y si tuviéramos que explicarlo con peras y manzanas, diríamos que el 5G es un aumento de la velocidad de nuestro internet.

Pero las aplicaciones de esta tecnología no se limitan simplemente a telefonía, sino que con la nueva tecnología de 5G armaría toda una revolución tecnológica: desde el refrigerador hasta los automóviles, quedarían conectados a través de una super autopista de datos. Focos inteligentes, tostadoras inteligentes, y casi todo lo que sea electrónico y tenga acceso a una red, se podría volver inteligente.

Por ejemplo, con el 4G podemos navegar a una velocidad de 200 MB/s, lo cual nos permite descargar una película de unos 2 GB en veinte o treinta minutos. En cambio, con el 5G actual, el cual tendría una capacidad de 10,000 MB/s, podríamos descargar la misma película en un segundo. Pero, los expertos predicen que para cuando el 5G llegue a su pico de evolución, llegará a ser unas 10 veces más poderoso.

Si bien todo esto suena como un paraíso tecnológico, un gran avance para la humanidad, muchos han tratado de sabotear este invento. Cualquiera se preguntaría, ¿por qué la esta tecnología ha levantado opiniones tanto a favor como en contra?

Todo se resume a una frase: teorías de conspiración. Desde “el 5G provoca enfermedades en el hombre” hasta “el coronavirus se esparce con el 5G. El argumento para ello es que las ondas electromagnéticas que emiten las torres de 5G provocan alteraciones en la homeóstasis de los seres vivos, desde microorganismos hasta el mismísimo ser humano. Esto ha llevado a los cospiracionistas a quemar varias torres de 5G ya instaladas y a agredir a los técnicos que las instalan.

Si bien no hay evidencia de que la radiación electromagnética que emiten dichas torres sea dañina, estas personas sostienen que los organismos encargados de medir dicha radiación nos mienten; esto, obviamente, fruto de la multimillonaria coima proporcionada por la élite mundial. Un ejemplo de una de las teorías de conspiración más esparcidas por los detractores de este avance tecnológico es que el empresario Bill Gates, fundador de Microsoft y uno de los hombres más ricos del mundo, fomenta la instalación de las torres 5G y, además de eso, la colocación de un chip universal, por medio de vacunas, que permitirá a los gobiernos controlar a toda la población.

Aun así, a pesar de la intervención de este grupo de personas, entre las cuales se encuentra la más florida combinación de antivacunas, terraplanistas y practicantes de varias subculturas New Age, desde abril del 2019 el 5G ha sido instalado en muchísimos países, tales como Suiza, Corea del Sur, Emiratos Árabes, Finlandia, Reino Unido, España, Italia, Alemania, Japón, Irlanda, China, Rumania, Suecia, Estados Unidos, Canadá, Austria, Tailandia y Bélgica.

Entonces, habiendo visto las dos caras de la misma moneda, ¿estamos hablando de un milagro o de una maldición? Si bien aún no podemos saberlo, no hay duda de que la evidencia científica, e incluso la lógica, nos indica que esta nueva tecnología podría favorecer enormemente al crecimiento de la raza humana. Y hasta que esto no cambie, el 5G se esparcirá por el mundo hasta conectarnos a todos, facilitando las tareas cotidianas del hombre, el cual, al final del día, es el propósito de toda tecnología, desde la primera fogata que calentó a nuestros antepasados, hasta la chimenea inteligente que calentará a nuestra descendencia.