Editorial
La poesía actual y el hibridismo – Mariel Turrent
La poesía actual y el hibridismo
Mariel Turrent
Todo lo que escribimos habla de nosotros y nos conecta con aquel que nos va a leer. Le dice algo de mí y de él. Sin importar qué sea. Lo que escribimos en un árbol o en la puerta de un baño. Todo habla de nosotros. La literatura no se debe quedar en los libreros, olvidada en los estantes de las bibliotecas, sino que debe fusionarse con la vida diaria. Uno de los rasgos que distingue la poesía actual española es su inequívoca apuesta por el hibridismo.
Si ya antes la escritura se relacionaba con otras artes, ahora se mete en la publicidad, en la mercadotecnia, y eso porque la poesía pretende persuadir, mover, conmover al lector y al incursionar en la publicidad intenta conectar con el consumidor.
Basta con echarle un ojo a la poesía de Rodolfo Fogwill y a ese comercial (https://www.youtube.com/watch?v=PJF0i9hnDCs) de Coca Cola en el que la utilizan para remover emociones en los consumidores.
La accesibilidad a que tienen los usuarios de teléfonos móviles a herramientas para crear productos audiovisuales ha provocado una explosión de creatividad. Cualquiera puede crear una coreografía, ponerle un ritmo, declamar un poema y enviarlo a circular por el mundo, contagiando a otros de que hagan lo mismo. Cualquiera puede grabar un videoclip, un pequeño cortometraje, un podcast, publicar un libro electrónico, hacer un booktrailer. Si la segunda mitad del siglo XX se caracterizó por esa invasión de mensajes publicitarios monopolizados por los grandes medios, en el siglo XXI el desarrollo de los medios de comunicación y posteriormente el internet y las redes han disminuido su poder y han empoderado también a los artistas. Por un lado, como explica Leo Spitzer, surgió el “arte de lo cotidiano”, “arte práctico” o “aplicado” y “el anuncio publicitario se erigió en una suerte de emblema o icono de la actual sociedad de consumo”. El análisis de sus mensajes nos ayuda a entender el espíritu del nuestro tiempo, cosa que antes quedaba en manos de los artistas. Pero, por otro lado, provocó también que los artistas utilizaran las técnicas híbridas, y surgió el Pop Art, para crear una forma de arte diferente. En la literatura también surgieron creaciones novedosas, como los artefactos de Nicanor Parra.
Y poetas que integraron la mercadotecnia a sus versos como lo hizo Aníbal Núñez:
Contemplas enfrascada
las crecientes
lunas de laca dior todavía frescas
en la antesala previa
al experto perihelio
alrededor de tu cabello oh bella
esfinge resolviendo los enigmas
del make-up a través del azogue
vía parís-marie-claire…
No podemos negar que esta es nuestra realidad actual, y los poetas, los pintores, los novelistas, los músicos, todos lo han entendido y asimilado. Como en todos los tiempos los artistas hablan de su momento, de sus inquietudes y sus cuestionamientos no es raro que en esta época donde la interrelación de las personas se acrecienta por la tecnología, surjan declamadores con ritmos electrónicos y que Bob Dylan gane el premio nobel de Literatura.