Reforestación poética
Mariel Turrent
El otro día mientras manejaba mi hija me soltó una pregunta sospechosa: “¿Mamá, ¿tú le haces caso a todos los mensajes de la calle?”.
Y como todo lo que yo diga podría ser usado en mi contra, en unos segundos y antes de contestar, hice todo un análisis, no me fuera a ver envuelta en alguna especie de trampa que me acusara.
Primero que nada, eché un vistazo a mi alrededor y me di cuenta que todos los mensajes eran una especie de invitación a darle vuelo al ego. A florecer, a como dicen, soltarse el pelo. Y como en este caso en particular mi labor es la de educar y dicen que la mejor manera de hacerlo es con el ejemplo, temí responder que no y ser juzgada por la incongruencia entre lo que digo y hago. Y es que justamente había leído una frase de C. S. Lewis (conocido por sus Crónicas de Narnia) : “Si cualquiera se toma la molestia de comparar las enseñanzas morales de los antiguos egipcios, babilonios, hindús, chinos, griegos y romanos, verá que son muy parecidas entre sí, por ejemplo el egoísmo nunca fue algo de admirarse”. Volví los ojos nuevamente para observar, y una voz interna —que podría haber sido la de mi abuela— me dijo: Esto es obra del demonio. A lo que yo pensé: ¡wow! cuánto presupuesto para publicidad ha derrochado el demonio para vendernos la idea de que Dorian Gray iba por el camino adecuado, de que, si compramos tal o cual reloj nuestras pasiones carnales serán satisfechas, incluso recordé un anuncio donde un hijo minusválido exige al papá una Tablet, ¡no amor, ni dedicación, solo una Tablet lo hace feliz! Y es que no importa qué producto vendan, el mensaje es siempre que debemos sentirnos jóvenes, atractivos, seductores, satisfacer nuestras pasiones físicas y materiales, y vivir en mundos donde solo importo yo y la satisfacción de mi ego.
A mi me dieron ganas de preguntarle a mi abuela, si esto, como ella supone, es obra del Demonio, ¿por qué Dios no puede aliarse con algunas transnacionales y hacerse también una buena campaña de medios? Porque no veo mensajes donde la gente ayude a sus semejantes, sea paciente, sea tolerante, valore la fidelidad, la familia, la convivencia, plante árboles, respete la naturaleza.
Y como el tema se complicaba cada vez más en mi cabeza y mi respuesta ya estaba tomando demasiado tiempo. Preferí responder como Sócrates con otra pregunta: ¿A qué mensajes te refieres? A esos que te dicen que no te estaciones ahí o que vayas lento. ¡Ah! Sí. A esos sí. Respondí aliviada. Y luego pensándolo bien agregué. A esos casi siempre les hago caso.
Después me puse a pensar que todos podemos ayudar a sembrar el mundo con mensajes positivos, contrarrestar los que no nos gustan, movernos, llenar de poesía al mundo ¿has visto lo que está haciendo Ocupación Poética? ¿Los mensajes que ha escrito en tu ciudad Acción Poética? ¿Sabes qué es? Te invito a buscarlos en internet y a plantar tú mismo un poco de poesía en tu barda que alimente la mente de quien lo lea.