DESCENDIENDO EN LOS DERRAMES QUE VUELAN
Sara Tonatiuh Joven Célis
NIÑA JUGANDO EN EL JARDÏN: Baja una mujer de aíre y fuego y me anuncia que soy un ángel; me da unas alas … no sé si me las cose o de qué forma las pega a mi espalda.
Muchos años después, cuando ya estaba más en los pies y la cabeza dando vueltas, estuve asistiendo en una ceremonia de peyote, ayudando a los Marakames, y sobre todo a la gente. No tomé medicina… ya tenía muchas puertas abiertas. Al día siguiente, me dicen los cinco guardianes que tengo un ala blanca del lado derecho y otra negra ven el izquierdo.
Niña tímida que se sostiene con esas alas, que se pierde con esas alas.
Su cuerpo, nunca es su cuerpo… ella es un ángel y no pertenece aquí.
Es mujer, pero también se siente varón… y lo más que se siente es nada.
A veces nada es todo, pero a ella le resulta nada.
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Cama, no bañarse, usar la misma ropa para salir y dormir… mucho sueño, evadir las clases y buscar iglesias vacías; estar a solas, cumplir un horario donde ya no existe el tiempo. Fumar mota y ponerte lentes de soldador y salir a las calles sin ver casi nada y milagrosamente por las noches ver que sí llegaste a casa.
La mujer de fuego se aparece, ahora da miedo, la gata negra y yo nos erizamos… hay sombreros, santos, yerbas y cruces en el cuarto; pero ella siempre llega… hermosa, flotando: llamas color rojo y naranja; ojos grandes amarillos y azules… y miedo… años después me dijeron que era yo.
Un cerro, serpientes enredándose entre mis piernas…. Ya lo recordé, fui a buscar la leña, las serpientes se van y se vuelven de madera. Las llevo, el duende está ahí para prender el fuego… empieza la lluvia, el duende baila y rebaila, yo le rezo al fuego y el fuego se hace… lluvia y fuego, deslumbrante.
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Noche de noches: Se ve al espejo, una flama sale de su cabeza y le ordena irse, regresar a su lugar. Cajas de pastillas, botella de vino y una canción de Chabuca Granda.
No saber si eso es la muerte y despertar en un hospital y de ahí el traslado al primer manicomio.
Tu ropita (pijamas) tu toalla. Tu mamá acompañándote y que no la dejen entrar… afuera de la puerta ¡no me dejes, mamá! Hay más tristeza en ella que en ti. Tú entras mareada a una puerta, de tantas puertas ya ni sabes a cuál vas.
Pasillo: una mujer cantando como sin cantar, fuerza en su voz, una letra desconocida; ella con una sonrisa, pero la canción es triste y alegre… una canción que no viene de aquí, que tiene las dos voces. Aterrador al principio, luego hasta bailador.
“Pasa, esta es tu cama, esta es tu ropa” Te niegas a ponerte esa ropa, un traje azul usado, sientes que tiene muy mala energía, quieren que te desnudes para que te lo pongas… te resistes, tienes fuerza todavía y tú traes tus pijamas. Necia y te dejan, no usarás ese traje azul, aunque tu color favorito sea el azul.
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Bañarse: Entrar todas a la misma hora, desnudarse, pocas regaderas… esperar. Un hombre en silla de ruedas que las enfermeras lo bañaban en el baño de mujeres; él no hablaba, pero veía todo. No estaba inconsciente. Esperar ahí, piso mojado, estar al pendiente que no te robaran tu toalla o tu jabón.
Cuidar tus cosas ¡Qué pesadez! ¡magia! Lo que tenías desaparecía. Ella aferrada, lego se quedaba en su cama todo el día cuidando sus cosas: su pijama, su jabón, su toalla y sus calzones.
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Romance de por fin aceptar que soy lesbiana y salir del closet, poder tener contacto femenino con otras pacientes. Enamorarme y desenamorarme, en ese mundo tan pequeñito e inmenso…. Que te dan de alta, que sigues ahí, que ya perdiste la memoria.
Electroshocks; En un cuarto, recostada en una camilla, algo en la boca “cuenta del 10 al 1”, en el 8 ya te quedas dormida; despiertas, no sabes lo qué pasó. Lo recuerdas, pero pierdes la memoria.
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En otro hospital te tomaban puntos: había trabajos o actividades… más locas que los locos. En los trabajos te pagaban, pero muy poco y tal vez el más bonito era hacer cerámica, pero siempre estaba lleno. Decidí ir a la peluquería todos los días (la peluquera y yo nos hicimos muy buenas amigas). Para mis puntos tenía que llegar con algo nuevo todos los días, así que me pintaba las uñas de muchos colores y también terminé casi sin pelo… pero eran puntos y valían… absurdo, absurdo, también los lunes había que hacer homenaje a la patria y a la bandera, yo no soy muy patriota y me caga estar en el sol insolándome cantando un himno de guerra, pero si no ibas te quitaban puntos… era un hospital planeado para que salieras siendo funcional “autosuficiente”, pero todo se basaba en puntos (los crónicos ya vivían ahí, pero los agudos podíamos salir) salir con puntos.
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Insomnio: En una noche pasada se te aparece un hombre, lo puedes ver con claridad, no huyes, ni le preguntas nada, es oscuro, no hay nada que tratar con él… aprendes a estar en las dos dimensiones, el hombre se va. Ni siquiera tienes que platicarlo con tu psiquiatra.
CALOR: El colchón forrado de un hule grueso; color azul, color de mar; mar de infierno. Sumergirte en sudor, ahogarte… alcanzas a escuchar a las sirenas nocturnas deambulando por los pasillos; cantan, aúllan, gritan, lloran… te pierdes en esa pequeña isla; es tu arrullo cotidiano…. Encantamiento de sirenas, mar profundo que quema; letargo… Duermes.
¿Cómo madurar y ser funcional al salir de ese viaje telaraña? Sigues buscando estar atrás de las ventanas y ahora con cortinas cerradas, objetos plásticos; vasos y platos que no puedas romper… pero a ti te gusta el vidrio, añoras romperlo y caminar sobre él… se te cae la baba, te excitan las navajas y cuchillos… SANGRE.
Joven Célis, Sara Tonatiuh. (Nació en Tepexpan, Estado de México. Texcocana por elección y amor a ese pueblo (que ya no tiene tanto de pueblo)) Desde niña escribía bajo un árbol sin una formación académica (profesional) respecto a las letras, pero sí tomó talleres que le hicieron germinar más su gusto por la escritura y le ayudaron a tener cierto rumbo de al acomodar palabras. Exorcista de sentimientos desbordados (interviniendo muñecas) que sin querer la hacen convertirse en “artista plástica”. Tiene algunas cuantas exposiciones. En el momento de poder subir un poco, se pausa en eso, el inició mágico tiene que terminar en magia: entierra algunas muñecas y otras las regala a un grupo de personas que pedían donación de muñecas usadas. Por ahora retirada de eso de ser artista plástica y de otras cosas. Estudió para Psicoterapeuta Corporal y fue discípula del Maestro Claudio Naranjo. Encontrando ahí un sentido de la vida (con lo bueno y lo malo), y otra forma de arte mágico (terapias no tan académicas y sí muy vivenciales (tal vez un algo chamánicas)).