INICIACIÓN
Melisa Cosilión
De vuelta a la Tierra habitada
mujeres danzaban, moviendo las caderas,
levantaban el peso de sus cuerpos
sencillos, blandos, honestos.
Caminé hacia una vereda,
observé a lo lejos los volcanes
blancos que vigilan el Anahuac.
Dos mujeres sostuvieron mis brazos,
me sentaron en la tierra suelta,
abrí las piernas para iniciar el parto,
mientras, ellas pronunciaban mi nombre,
y entonces nació de mí, con su sonido,
lo sostuvieron en una manta,
yo lloraba como nunca, liberada.
“Te hemos despojado de la tristeza
que venía contigo cuando naciste”.
Me levanté, tomé mi fuerza
y caminé sin miedo hacia la vida,
mi amado vino a mi encuentro
y besó embriagado mis labios de bruja.