Kim Kardashian ha pasado varios días en Roma, Italia, en compañía de varios de sus colaboradores. Aunque oficialmente no hay explicación para este viaje, hay versiones que aseguran que se encuentra en Italia por negocios.
Durante su estancia, la empresaria aprovechó para darse una escapada al Vaticano, donde su presencia causó revuelo, pero no por tratarse de una visita de «la famosa Kim Kardashian«, sino por la forma en que iba vestida.
Para la ocasión, la ex de Kanye West eligió un look demasiado atrevido: un vestido blanco ceñido con transparencias y apliques de encaje, con los hombros descubiertos y cutouts en la parte del vientre. Para complementar el outfit, la socialité llevaba sandalias de color hueso atadas a los tobillos, el pelo recogido y lentes de sol.
La elección de vestuario causó gran conmoción porque es más que conocido que La Ciudad del Vaticano tiene un estricto código de vestimenta que incluso está a la vista de todos a la entrada: no se permiten shorts, blusas o camisas sin mangas o con escote, minifaldas; de preferencia, tampoco se deben dejar ver los tatuajes y otros accesorios que se consideren ofensivos para la iglesia católica.
Por supuesto, no la dejaron entrar vestida de ese modo así que, con todo y que el verano se siente con todo su poder (hoy están a 30 grados celsius), Kim tuvo que atenerse a las reglas y ponerse un abrigo que la cubriera toda.
Solo entonces pudo entrar y admirar varios icónicos objetos y lugares como la Capilla Sixtina o La Piedad de Miguel Ángel, según compartió ella misma en sus stories.
El vestido que usó Kim Kardashian tenía un propósito. Se trató de una pieza creada por el diseñador mexicano Victor Barragán quien explicó a la revista Vogue que la prenda pertenece a una colección otoño 2020 que «trata sobre la sexualidad como poder y protección de la dominación patriarcal generalizada, como se usó en la brujería en el siglo XVI, que aún puede resuena hoy”.
Se cree que la intención de Kim al usar el vestido fue la de provocar. Prueba de ello es que cuando acudió a visitar otros sitios icónicos de la capital italiana, como el Coliseo, acudió vistiendo un body de Bevza y shorts de Beirendonck.
Otra prueba podría ser el bautizo de sus hijos Saint, Chicago y Psalm, que ocurrió en la catedral de de Ejmiatsin en la ciudad de Vagharshapat, Armenia. Para la ocasión, sí, eligió un vestido ceñido, pero durante su estancia en dicha iglesia «mostró respeto» usando en todo momento un velo que le cubría la cabeza.