Blanca Isaza de Jaramillo
El enclave de las musas
Gloria Chávez Vásquez
Unidad de la luz sobre la rosa.
Y otra vez la conquista alucinante
De la eterna poesía victoriosa.
Juana de Ibarbourou, uruguaya, (1892-1979)
El feminismo actual no concibe la independencia y la creatividad en una mujer que sea intelectual y a la vez ama de casa. Pero si alguien pudo probar que es posible, esa fue Blanca Isaza, la escritora colombiana que, en medio de la sociedad de antaño, reconocida como patriarcal, dio a luz 13 hijos al tiempo que escribió 16 libros. Con un lápiz y libreta en el bolsillo de su delantal, por si las musas, Blanca escribía poesía, crónicas, anécdotas, artículos y editaba una revista literaria, mientras administraba su hogar. Invitada con frecuencia a dar conferencias y a leer su poesía por la radio, un día llevó por error sus recetas de cocina.
“Se canta porque sí, porque es preciso fraguar la vida en moldes de belleza”, decía ella desvirtuando así los comentarios insulsos como los del crítico que, pretendiendo ensalzarla, le dijo un día que escribía “más como poeta que como poetisa”. Una idiosincrasia torpe, que contribuyó a desprestigiar un término que por siglos equivalió a sacerdotisa de la poesía.
Con su leal esposo y compañero, el escritor y periodista Juan Bautista Jaramillo Meza, Blanca atendía invitados y celebraba tertulias al estilo paisa, que trascendieron las fronteras y atrajeron la atención de una multitud de personalidades del mundo de las letras y las artes. Porfirio Barba Jacob, se refirió a la proverbial generosidad de unos anfitriones, que dedicaron su vida entera a la literatura. La pareja de poeta y poetisa fue laureada en diciembre de 1951. En 1961 Blanca recibió la medalla al Mérito Periodístico del departamento de Caldas. Su obra poética está muy difundida por el continente americano.
Juan Bautista y Blanca conformaron un matrimonio ideal, familiar y literario que, como el de Robert y Clara Schumann en la música, fertilizó el terreno cultural de su época. Y fue precisamente la publicación de un poema de Blanca, “El rio”, lo que captó la atención de su futuro príncipe poeta. El la descubrió a ella y ella se prendo de él. Un cuento de hadas en un ambiente artístico y literario usualmente desleal y hosco.
Hija de Félix y Carmen Rosa, Blanca Isaza Londoño nació en Abejorral, Antioquía. Su familia se relocalizó en Manizales, Caldas, cuando ella tenía cinco años. A los 14 comenzó a escribir y a los 28 ya había publicado dos colecciones de poemas. Contrajo matrimonio (1916) con Juan Bautista y con él fundó la revista Manizales en 1940. La revista Manizales fue “todo un movimiento cultural” escribe Rogelio Vallejo Obando (La Patria, Sept. 10, 2020).
Cuando murió Blanca en 1967, Juan Bautista quedó al frente hasta su fallecimiento, en 1978. Aida Jaramillo Isaza, la hija menor y heredera intelectual, asumió la dirección hasta 2004, año en que la revista cerró, tras 64 años de labor continua. Durante ese tiempo, Aída resguardó con devoción el archivo familiar hasta su retiro, cuando lo donó a la Universidad de Caldas.
En 2018, el municipio de Abejorral y la Universidad de Caldas publicaron la antología Blanca, para conmemorar los 120 años de su nacimiento y los 50 años de su muerte. Compilada por Alba Mery Botero, Fernando León González y Juan Camilo Jaramillo, la antología consta de en 272 páginas en las que se explora la afinidad de la obra poética de la escritora colombiana con las de Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou, así como las de escritoras colombianas Meira del Mar, Maruja Vieira y Dora Castellanos. Francisco González, es el autor de la cátedra Blanca Isaza. En 2019 la Facultad de Bellas Artes y Humanidades de la universidad Tecnológica de Pereira publicó la tesis Blanca Isaza Escritora y Editora, de Jorge Mario Ochoa Marín.
El filósofo y prologuista de la antología, profesor Nicolas Duque Buitrago, define a la escritora como “mujer múltiple” dada su versatilidad personal y humana; añade que la obra de Blanca Isaza “… recrea los valores culturales de la sociedad patriarcal de la primera mitad del siglo XX en Colombia y permite a los lectores actuales acercarse a las mujeres de ese tiempo.” Duque Buitrago encuentra en ella “una mística de condiciones sobresalientes y de una clarividencia ostensible, como en su poema Apóstrofe del Siglo XX y que corrobora el por qué, desde la antigüedad, ser poeta, es ser profeta”.
A raíz de la muerte de Porfirio Barba Jacob, Blanca escribe sobre los infortunios del poeta frente a “la indolencia de sus amigos y el desamparo de la patria”. Blanca Isaza es una cronista atenta y perceptiva. Su leguaje es agudo y su observación lúcida, como en su descripción de la lluvia de pájaros muertos, días antes de la aparición del cometa Halley. En “La ilusión del oro” describe la angustia de la madre ante el hijo aventurero que se va a la montaña en busca del tesoro de las minas. “Su palabra es fluida, espontánea, limpia, sin afectaciones ni adornos superfluos” señala el periodista y escritor Gustavo Páez Escobar en su semblanza Regresa Blanca (El Espectador, 2017).
Comentando sobre su experiencia de niña en el hogar de sus abuelos, donde vivió hasta los 12 años, la escritora Esperanza Jaramillo, nieta de los Jaramillo Isaza, cuenta que era una casa que atraía mucha gente. “Siempre había actividad, y visitas de todo tipo”. Una de las ventanas que permanecía abierta, se denominada “la ventana del amor” porque era un dispensario de caridad permanente para con los menesterosos. En aquel hogar tenían cabida el mas pobre y el mas rico.
En cierta ocasión en que la pareja atendía a varios invitados, entró un hombre bien trajeado y de buen porte que saludó muy cortésmente. Los demás le devolvieron el saludo y continuaron la conversación mientras el individuo siguió caminando hacia el fondo de la casa. Al rato, el hombre salió con el televisor del cuarto de la pareja a cuestas, dándoles las gracias. “Yo no sabía que el televisor se había dañado”, Blanca le dijo casualmente a Juan Bautista. Él la miró extrañado, diciendo que él tampoco lo sabía. De repente se dieron cuenta que se trataba de un ladrón que había aprovechado el momento para robarles.
EL NIETO AUSENTE (Fragmento)
Tu amor, para mi nave por las tormentas rota/será tranquila playa;/apoyaré en tus manos cuando la noche llegue/mi frente fatigada. /He de enseñarte historias que escribieron/en luminosas páginas, /los viejos trovadores bohemios que creían/en la existencia de las hadas.
Algunos de los títulos de Blanca Isaza de Jaramillo: Selva florida (1917), Los cuentos de montaña (1926), La antigua canción (1935), Claridad (1945), Del lejano ayer (1951), Preludio de invierno (1954), Itinerarios breves (siete volúmenes de crónicas), Cuentos a Aída.
Gloria Chávez Vásquez es escritora, periodista y educadora residente en Estados Unidos