Editorial

México, sin pruebas en educación

Por: Salvador Camarena

¿Cuál es el impacto de la pandemia en la educación de niños y adolescentes mexicanos?

No lo sabemos. Peor aún. Distintos expertos en educación explican que México dejó de hacer pruebas a estudiantes de educación básica y media incluso antes de que azotara la pandemia en la primavera del año pasado.

La prueba Planea no se ha aplicado en preparatoria desde 2017. En el caso de la primaria desde 2018. Y en la secundaria desde 2019. Hace ya rato que no sabemos del nivel del logro de aprendizaje de la enorme mayoría de nuestros estudiantes.

El ciclo escolar arrancó al final de la tercera ola de contagios. Todo indica que afortunadamente el regreso a clases no se tradujo en rebrotes de Covid-19. Toca seguir cuidándose, la pandemia no ha terminado, pero también toca instrumentar las medidas que ayuden a recuperar el tiempo perdido y los costos de la emergencia sanitaria.

¿Cómo vamos a saber cuánto dejaron de aprender nuestros niños y adolescentes durante el encierro si no hacemos pruebas generalizadas?

Con la desaparición del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), que ocurrió al reformar el actual gobierno la ley de esa materia, quedó trunco el ciclo de las pruebas Planea, que se realizaban a los alumnos de sexto grado de primaria, tercero de secundaria y en el bachillerato.

Planea medía dos elementos: lenguaje y comunicación, y matemáticas. A partir de los resultados se podían focalizar acciones para atender a las escuelas que necesitaban más apoyo, incluso a los municipios que se habían rezagado, pues permitía diseñar instrumentos para regiones o para temas específicos a fin de fortalecer a los docentes: dedicar más recursos presupuestales y pedagógicos.

El gobierno ha ofrecido que México sí participará en la siguiente edición de la prueba Pisa, organizada por la OCDE y que no mide conocimientos sino habilidades, pero poco ha dicho de retomar Planea.

La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, conocido como Mejoredu y que vino a sustituir al INEE, ha iniciado la aplicación de la Evaluación Diagnóstica para los Alumnos de Educación Básica ciclo escolar 2021. Los especialistas consultados para redactar esta columna destacan la poca información que ha emitido la SEP con respecto de los alcances de ese examen diagnóstico para primaria. Destacan igualmente que Mejoredu no es autónomo, por lo que la SEP será juez y parte.

Según esas fuentes, la Secretaría de Educación Pública es sensible a retomar el tema de pruebas como Planea o Pisa, pero es Palacio Nacional quien se resiste a exámenes estandarizados y más aún a los que se aplican con participación de entidades internacionales. Igualmente, han notado que a la administración le disgusta que se establezcan comparaciones entre las entidades por su desempeño.

Ante ese panorama, ha trascendido información de que estados con más recursos están evaluando la posibilidad de aplicar sus propias pruebas.

Entidades como Nuevo León, Jalisco, Guanajuato, Sinaloa y Aguascalientes han mostrado disposición a desarrollar herramientas para elaborar un diagnóstico sobre el impacto de la pandemia –nivel de deserción incluido– en el aprendizaje de sus alumnos. Pero requieren fondos tanto para el diseño del examen como para la aplicación del mismo. Son estados con ciertas posibilidades al respecto.

Si eso pasa, en contra de los discursos de Andrés Manuel López Obrador de que ahora se trata de apoyar, antes que nada, a los más pobres, estaríamos en el escenario donde las entidades federativas con menos recursos, donde casi siempre están en términos generales los alumnos más castigados con educación de baja calidad, de nueva cuenta saldrán perdiendo.

 

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