Por: Darío Celis
HACE UNOS DÍAS el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la salida de Rogelio Jiménez Pons del Fonatur, dependencia encargada de las obras del Tren Maya.
Esta decisión tiene que ver con los retrasos en la ejecución del proyecto, los cuales en gran medida obedecen a la intromisión de un personaje de nombre Manuel Santiago Quijano.
En los hechos tenía una fuerte influencia en el desarrollo de esta megaobra insignia de la 4T y controlaba las principales direcciones del Fonatur desde diciembre de 2018.
Logró acomodar a todos sus incondicionales en áreas clave, la mayoría colaboradores suyos cuando encabezó la Secretaría de Movilidad y Transporte de Morelos y a su paso por la delegación Tlalpan de la CdMx.
Junto con las consultoras extranjeras Mextypsa, Senermex y Deutsche Bahn, Santiago logró formar un auténtico búnker desde donde controlaba todas las decisiones técnicas y contratos del Tren Maya.
El cerco era infranqueable, incluso para el mismo Jiménez Pons, quien empezó a ser alertado por otras dependencias del gobierno sobre los malos manejos de la empresa Barrientos y Asociados.
Hablamos de la Secretaría del Bienestar, dirigida entonces por Javier May; la de Desarrollo Agrario, a cargo de Román Meyer Falcón, y la Procuraduría Agraria, que lleva Luis Hernández Palacios.
Esa empresa, protegida por Manuel Santiago, fue contratada para liberar el derecho de vía. Algunos ejidos de Campeche denunciaron fraudes y prácticas irregulares por parte de Barrientos y Asociados.
A pesar de las acusaciones, se le adjudicó de manera directa un segundo contrato por 53 millones de pesos, situación que llegó hasta el escritorio de López Obrador, quien pidió a Jiménez Pons acciones.
Ante esa llamada de atención, Santiago Quijano se vio obligado a rescindir a Barrientos y Asociados, pero contrató a su personal en el Tren Maya y a algunos los colocó en las consultoras fichadas por él para gestionar el derecho de vía.
Ahora que encomendaron la obra a May, se comenta que no permitirá que un personaje oscuro como aquel siga haciendo de las suyas en uno de los principales proyectos del gobierno del tabasqueño.
Quien arropa al exfuncionario de Morelos y de la entonces delegación Tlalpan es Jorge Arganis, el secretario de Comunicaciones y Transportes, quien ya le prepara un puesto directamente con él.
AYER INICIÓ LA audiencia del plan de reorganización de Aeroméxico, que dirige Andrés Conesa. Arrancó con el anuncio de un acuerdo al que la empresa alcanzó con el comité de acreedores no garantizados que permitió el retiro de la objeción a dicho plan. Se les va a pagar hasta 40 millones de dólares sujetos a objetivos que la aerolínea logre en los próximos años. Con ello se evitó una larga discusión en la audiencia de ayer, la cual duró aproximadamente seis horas. Lo que no se logró resolver es la diferencia con el fondo Invictus. La audiencia va a continuar mañana, en otra audiencia que se estima se prolongue por otras cuatro horas más, con lo cual se terminarían las deliberaciones para que la jueza Shelley C. Chapman emita su resolución de confirmación. Ésta es probable que salga hasta la próxima semana.
SON SEIS FIRMAS especializadas en ingeniería, procura y construcción con las que está negociando la CFE para subirlas a los proyectos de estas cinco plantas de ciclo combinado que les fueron asignadas directamente a Mitsubishi y a Siemens apenas la semana pasada. Nos referimos a Mérida, Valladolid, San Luis Río Colorado, Tuxpan Fase 1 y González Ortega, en Mexicali. La empresa productiva del Estado que dirige Manuel Bartlett va a desembolsar cerca de 2 mil 750 millones de dólares en esta infraestructura que agregará tres mil 517 megawatts de nueva capacidad. Los “epecistas” con los que se acercó CFE Energía a platicar, además de TSK, son las también españolas Duro Felguera y Abener, esta última subsidiaria de Abengoa. Asimismo apunte a la estadounidense Kiewit y a las mexicanas SEISA y DVS.
APUNTE ESTE NOMBRE: Salvador Fernández Ayala. Salvó al subsecretario de Infraestructura, Jorge Nuño, del rotundo fracaso que avecinaba la construcción de los caminos de acceso al nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) los cuales aquél había prometido resolver. Fernández es un ingeniero civil con basta experiencia académica, gremial y dentro de la rebautizada Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, ha resultado un verdadero caudillo para los directores de los centros de la dependencia. Ingenieras e ingenieros cada vez se deslindan más de Nuño.