A tres semanas de haber contraído matrimonio en Las Vegas, Ben Affleck y JLo decidieron separarse para fortalecer la relación.
Mientras que el actor se trasladó de regreso a Los Ángeles para rodar algunas escenas para “Aquaman and the Lost Kingdom», protagonizada por su amigo Jason Momoa y dónde él volverá a ponerse el traje de Batman; ella permanece en Europa, donde el flamante matrimonio vivió una apasionada luna de miel, enfocada en su música y su carrera actoral. Junto a la artista, quedaron sus hijos Emme y Maximilian, mientras que Affleck voló a casa con los suyos: Violet, Seraphina y Samuel que viven en Los Ángeles junto a su madre, Jennifer Garner.
“Lo que hace única a su relación es que saben mejor que nadie lo demandante que conlleva hacer lo que hacen. Ellos realmente creen que pasar tiempo separados los hace más fuertes y es perfecto porque cuando están separados, los dos están ganando una cantidad extrema de dinero. Es una situación donde ambos ganan”, dijo una fuente cercana a la pareja a Hollywood Life.
“Siempre están hablando, enviándose mensajes de texto y haciendo videollamadas cuando están separados trabajando. Y el tiempo que pasan lejos el uno del otro hace que reunirse de nuevo sea mucho mejor. A JLo le encanta el hecho de que sabe que su esposo estará allí para ella pase lo que pase”, agregó.
Al reencontrarse 20 años después de su separación, Ben Affleck y JLo se reencontraron a los 49 y 52 años respectivamente lo que hice que entre ellos lo que primara fuera la adultez entre ambos y no el apasionamiento cuasi adolescente que caracteriza a los recién casados mucho más jóvenes.
“Entienden completamente que habrá momentos en los que no siempre podrán estar juntos. Es algo que ambos han reconocido y discutido extensamente a lo largo de su relación, por lo que no es nada nuevo. Disfrutan cada minuto del viaje”, concluyó la misma fuente.
