Editorial

RADIOGRAFÍAS – ¡Macbeth!

RADIOGRAFÍAS

¡Macbeth!

NORMA SALAZAR

La relación entre el psicoanálisis y la literatura florecen de manera sincrónica con las primeras indagaciones de Sigmund Freud; asombrado por el talento de los magnos escritores,  lo que lo traslado examinar un hondo juicio psicoanalítico de los personajes, para él enfocaban manifestaciones de trabajo clínico. En este ensayo deseo hacer algunos caviles referente de la obra Macbeth.

La intensidad de su drama instiga a recapacitar las motivaciones que colocan en partida el aparato mortífero del matrimonio Macbeth. La codicia, el dominio, la culpabilidad, la infecundidad, el conflicto entre virilidad y feminidad, la entelequia impresionante, han sido exhortadas para exponer esta tragedia de cerrazón, linaje y muerte.

De tal manera, Macbeth cuyo significado es “hijo de la vida”, nombre y apellido, el rubricaba en su época colegial como “Macbeth más Finlacch” (Macbeth, hijo de Finlacch), línea al trono, al parecer más directa por parte de su madre que de su padre, pues es viable que ella era hija de Kenneth II, de ahí, la posibilidad de parentesco entre Macbeth y Duncan el tío y sobrino o el de primos, siendo Macbeth el mayor de ambos, la querella por el poder es obvia entre familias del mismo árbol genealógico.

Ahora bien, la culpabilidad como un concepto de “culpa” y estado de “culpabilidad” es necesario citar a Paul Ricouer que acentuó “el hombre lleva marcada institucionalmente la posibilidad del mal moral”, todo ser humano es susceptible de perpetrar una falta sin distinción de clases sociales, sexo, cultura, religión, etcétera. Precisamente Lady Macbeth es un catártico personaje.

“Una persona que se derrumba tras alcanzar el triunfo,

después que bregó por él con pertinaz energía,

es Lady Macbeth, de Shakespeare.

Antes, ninguna vacilación y ningún indicio en ella de lucha interior,

Ninguna otra aspiración que disipar los reparos de su ambicioso,

pero sentimental marido”

Muestra Freud los ímpetus oscuros que se ciñen en Macbeth sin localizar una respuesta satisfactoria. La hecatombe del amor en los lazos naturales libera el odio destructor, porque, no olvidemos los designios de las brujas donde revela los deseos de Macbeth, se apropia de la profecía se esmera por su realización sin perder el horror de ésta.

Cualquier ser humano es “Lábil”, tiene la destreza de cometer un mal que le afecta a él, a los demás o ambas situaciones, es decir, Macbeth y Lady Macbeth son personajes lábiles porque se les presenta la ocasión del mal, y sólo piensan en sus derechos reales, el trono por línea directa les pertenece. Las brujas no hicieron más que recordárselo, la labilidad de Macbeth y la estirpe de Lady Macbeth componen a su vez la oportunidad, el punto de menor firmeza por donde el mal pueda penetrar. “Lo hermoso es feo y lo feo es hermoso. Revuelen entre la niebla y el aire turbio”

El crimen es incitado por una fuerza no solo impulsa a matar, sino que sustenta  que el sujeto solo asesinando se hace más humano; es un impulso demoledor inducido por una identificación con objetos primitivos. El primer obstáculo a vencer aparece en el primer acto.

“la leche de la bondad humana”, cualquier indicio de amor hacia el objeto frena sus designios destructivos. Cuando Macbeth se acerca, su mujer invoca a los espíritus asesinos.

“¡Arrancadme mi sexo y llenadme del todo,

de pies a cabeza,

con la más espantosa cruelfdad!

¡Que se adense mi sangre, que se bloqueen todas las puertas del remordimiento!

¡Que no vengan a mí, contritos sentimientos naturales a perturbar mi propósito cruel,

o a poner tregua a su realización!

¡Venid hasta de mujer y transformad mi leche en hiel, espíritus

de muerte que por doquiera estás-esencias invisibles-

al acecho de que Naturaleza se destruya!

Tanto Macbeth como su consorte libran una lucha interna un conflicto, dos personajes que son opuestos, Macbeth no decide por sí mismo en sus deberes, pues vive su realidad de forma intelectual o ficticia.

Lady Macbeth vive su conflicto y decide en tomar acciones sin remordimientos, son caracteres opuestos y fascinantes para el estudio clínico psicoanalítico. Éstos caracteres son complementarios uno suple la carencia del otro; Macbeth le falta temple para decidir, Lady Macbeth define sin contemplaciones

MACBETH

“Si todo terminara una vez hecho, sería conveniente

acabar pronto ¡Si pudiera el crimen frenar sus consecuencias

y al desaparecer asegurar el éxito, de modo que este golpe,

a un tiempo fuese todo y fin de todo… aquí,

sólo aquí, sobre esta orilla y páramo del Tiempo

se arriesgaría la vida por venir”

Aquí, observamos un ser inferior, culpable por no amar lo suficiente a su mujer, culminando con una afirmación de cobardía absoluta.

A lo que responde

LADY MACBETH

Desde hoy ésa será la cuenta que haga de tu amor

¿Te asusta el que tus actos y tu valentía lleguen a ser quizás igual que tu deseo?

¿Quiénes, acaso, poseer lo que ornamento crees de la vida y vivir

ante ti como un cobarde, dejando que a “quisiera” suceda

“no me atrevo” como hace el pobre gato del refrán”

Termino ávidos lectores, la presencia de lo sobrenatural desde el inicio nos presta contra exégesis desmesuradas “realistas”. Las brujas están desde el inicio, el desconcierto y el caos están ahí.

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