Daltonismo racial en La pantalla
Gloria Chávez Vásquez
“Yo soy negro y objeto el uso de la raza de un actor como símbolo y estándar para lo que constituye el progreso. Es un insulto a nuestra comunidad —así como a la larga lucha por representación y los recientes logros en el frente”: Alex Miller, columnista estadounidense.
Los productores de la miniserie británica Ana Bolena (2021) fueron objeto de intensa crítica al seleccionar a Jodie Turner-Smith, una actriz de la raza negra, en el papel de una de las más famosas monarcas europeas. Un error garrafal basado en la “conciencia de identidad”
En la serie de Netflix, Bridgerton (2020) actores negros representan nobles con sirvientes blancos, en una época en que, irónicamente, el tráfico de esclavos estaba en todo su apogeo. Los franceses, siempre a la vanguardia, habían producido una versión de Los Tres Mosqueteros (2014), en la que Portos era de la raza negra. Amazon Prime no se quedó atrás y eligió a David Patel, un actor hindú para representar a David Copperfield, (2019) el personaje de Charles Dickens. Mas que la frecuencia de los ejemplos de “conciencia de identidad”, las decisiones apuntan a una falta de lógica y de sentido común.
No es la primera vez que en la industria del cine se cometen errores raciales. Ha llovido mucho en Hollywood desde que Lawrence Olivier representó a Otelo, cuando aún se contaba con un actor negro del calibre de Rex Ingram. Los faux pas se fueron remediando con actores pioneros como Sidney Potier y Diahan Carroll y así fueron llegando hasta impregnar todas las pantallas.
Pero, ahora que la industria del cine cuenta con una mayoría de actores a todo color, Lalandia da la impresión de haberse quedado corta en obras y papeles que ofrecer a su colorida generación de estrellas y audiencias. La fórmula actual: refreír historias e invertir la gama. Y ya que los actores negros ya tienen licencia para representar personajes de la raza blanca, ¿podrán los actores blancos representar personajes negros? Robert Downey Jr. lo ha hecho y las protestas de los activistas negros no se han dejado esperar.
A nivel intelectual la respuesta de la comunidad negra es más sofisticada y sorprendente. La anfitriona del programa de opinión Low Society Podcast (también de la raza negra) Angie Speaks lamenta que los medios aplaudan a estudios de cine como los de HBO por equivocar intencionalmente la selección de actores por el color de la piel, en la serie La Casa del Dragón. Como comenta ella, las representaciones resultaron ser toda una burla, pues la historia trata de una familia obsesionada con la pureza racial.
De acuerdo con Angie, la popularidad de la serie original Juego de Tronos no la salvó de la crítica de los obsesivos medios que cuestionaban: “No hay negros en Juego de Tronos: ¿Por qué es tan blanca la fantasía en la TV?». Entonces tomaron el trabajo de George R.R. Martin que contiene diversidad real, y contrataron a otro escritor para que “adaptara” racialmente La Casa del Dragón.
Admiradora de la literatura universalista de Martin, Angie dice que esa torpe insinuación de diversidad de pantalla, tiene poco sentido en el contexto del argumento. George Martin es un autor sensible, que da un rico y profundo tratamiento a las diferencias raciales en sus libros. Según la comunicadora, es esa nueva versión la que está cometiendo el crimen racial.
Speaks observa que las decisiones de mercadeo de películas sobre diversidad en la fantasía tienen que ver con el clima político y cultural del momento. (No olvidar que Netflix paga jugosos salarios a Michelle y Barack Obama para que velen por el contenido ideológico de su programación). Según la comentarista, como el resto del arte y el entretenimiento, el cine está sometido a las señales de alianzas políticas y a las maquinaciones del cambio social.
Cuando se sacrifica una parte de la obra de un escritor clásico en nombre de la diversidad, no solo se está censurando al autor, sino que se hace cómplice al actor de la farsa de la censura. Pregunta Angie: ¿Qué tan libre puede sentirse un actor de cualquier raza, cuando se le obliga a hacer un papel que no está escrito para él? ¿Qué tanto de esa “conciencia racial” y peso histórico impacta a un actor blanco el hecho de representar a un actor negro?
Lo desatinado de forzar a los actores a mal representar personajes y distorsionar argumentos es que se crea una tensión entre el trabajo creativo y las motivaciones políticas; aparte, corrompe el gusto de la gente por el arte. Imponer imágenes falsas de diversidad a expensas de la humanidad y honestidad de la narrativa es además una sucia táctica de distracción.
Diversidad Forzada
Con la cuota requerida en Hollywood y en el mundo, por la corrección política, de actores de diferente tono de piel, muchos de ellos se quejan de que los directores los usen como fichas, por miedo a que los acusen de racismo. Este “juego de ajedrez” no solo disgusta a la audiencia sino a los actores que suplantan personajes de otra raza.
La selección de un elenco racialmente diverso, aparte de una maniobra política, refleja la escasez de talento en Hollywood. La industria utiliza a los actores negros en las franquicias que tienen éxito para no arriesgar su dinero en historias y personajes auténticos de la raza negra.
¿Se imaginan lo cansadas que estarán las personas de descendencia africana con esa montonera de films que solo hablaban de la esclavitud y la brutalidad hacia los negros cuando pudieran hacer películas de una cultura e historia tan ricas como hay en África?
El periodista afrodescendiente Alex Miller cuestiona la razón por la cual los productores de cine como Disney no hacen películas basadas en historias originales africanas en lugar de cambiar el color o raza como hicieron con la del folclor danés en La Sirenita. ¿Si la raza no es relevante como dicen muchos, entonces porque hacer una Ariel negra? ¿Por qué no invertir su dinero en producciones sobre personajes realmente negros?
Miller critica a Hollywood por actuar como si el cambio de color en los personajes fuera a romper alguna barrera o liberando esclavos. No lo están y tienen que parar, dice. Mas bien están insultando a la gente que merece ser tratada con inteligencia. La diversidad viene en muchas formas y es importante no descartar la originalidad del arte y sus autores simplemente porque el elenco de una obra no representa una coalición del arco iris que reúne todos los requisitos asociados con la sensibilidad racial moderna.
“Empujar a que actores interpreten personajes de otras razas mientras insisten que el color de la piel no importa es pura hipocresía”, opina Miller. Hacer de un personaje blanco uno negro no es progreso: es una indulgencia hipócrita. Lo que es peor, se crea más división al hacerlo, y en lugar de progreso, están alimentado la confusión y la hostilidad, ahondando las diferencias raciales y por ende promoviendo la violencia, los mismos problemas que pretenden resolver.